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Thomas Harding
Thomas Harding

Entrevista a Thomas Harding, autor de “Hanns y Rudolf”

“Rudolf Höss creía en lo que hacía”

jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

El periodista y escritor británico Thomas Harding acaba de publicar en España un ensayo estremecedor, “Hanns y Rudolf”. Es la historia del Kommandant de Auschwitz Rudolf Höss y de su cazador, el judío Hanns Alexander. Precisamente por este último llegó la historia a él. Ese anciano amable y callado era su tío abuelo, una persona que no solía contar su historia y cuando lo hacía, nadie le creía.

 (Fotos: Javier Velasco)
(Fotos: Javier Velasco)

Thomas Harding ha estado siete años desempolvando recuerdos familiares y buscando fuentes originales sobre los hechos que narra en el libro. Una historia francamente interesante, que narra en forma de crónica la historia de dos personas en la que se ve claramente lo diferentes y opuestas que eran. Pero no todo es tan fácil, el autor juega con las percepciones del lector y no todo es lo que parece.

Con la aparición del libro en Alemania saltó la polémica. El título no gustó a los lectores teutones. Parecía como una falta de respeto por los crímenes de guerra que había cometido Höss. Los periodistas alemanes que le entrevistaron quisieron dejarle muy claro que la sociedad alemana no tiene nada que ver con aquella sociedad de los años cuarenta. Fueron otros quienes perpetraron aquellos salvajes crímenes.

¿Cómo podía titular el libro el autor con los nombres propios de ambos protagonistas? ¿Por qué llamar por su nombre de pila a la persona culpable de cerca de un millón de muertos en el campo de exterminio de Auschwitz? Pues muy sencillo, Thomas Harding quiso tratar a los dos protagonistas como personas, dejando aparte la villanía y la monstruosidad del asesino nazi, para mostrarle cercano y saber por qué una persona normal puede convertirse en un monstruo de tal calibre.

El libro se desarrolla de forma lineal. Comienza con el nacimiento de Rudolf Höss en Baden Baden, una entrañable población de la Selva Negra, donde el autor nos lo muestra como un niño con un padre fanático e intolerante y una madre distante. Con 15 años se alista en el ejército y parte a luchar en la Gran Guerra a Turquía. De allí pasa al nacimiento de Hanns Alexander, judío alemán de familia adinerada. Su padre había sido héroe de guerra en la Primera Guerra Mundial desempeñando su labor de médico militar. De forma alternativa va contando la historia de los dos protagonistas con verbo ágil y preciso.

“Ambos protagonistas tienen unos orígenes muy similares. Vienen de un entorno muy familiar, una misma época y dos familias muy parecidas con un acendrado sentimiento religioso”, cuenta el escritor americano-británico. Incluso el criminal nazi se hace simpático como héroe de guerra y por sufrir a un padre demasiado déspota, más incluso que el cazador de nazis, que tuvo una infancia más gris.

“Quiero que el lector sienta una cierta empatía con Rudolf porque así se planteará preguntas y tendrá que elegir sus propias conclusiones”, señala. Su objetivo ha sido darle al lector todos los datos posibles sobre las vidas de ambos para que el lector pueda sacar sus propias conclusiones.

Hanns y Rudolf” es la historia de dos hombres basadas en los hechos y en las notificaciones de las fuentes originales. He incluido fotografías de ellos para que el lector vea que el libro está basado en pruebas”, apunta solícito. Pero en el libro, para hacerlo atractivo, ha introducido elementos de ficción y de thriller, como la acción, suspense y evolución y desarrollo de los personajes, en la trama del mismo. “He querido que fuese atractivo para el lector. Que hubiese una tensión y un ritmo diferente a los libros de historia. He querido llegar a otros lectores que no están acostumbrados a leer no ficción explicando un momento histórico de una forma accesible”, argumenta con ligeros movimientos de sus manos para reforzar sus ideas.

También ha querido plantearse ciertas cuestiones sobre la condición humana. Cómo se pueden cometer los crímenes más abyectos procediendo de familias aparentemente normales. Quizá por ello, las personas involucradas en la Segunda Guerra Mundial optaron por el silencio. Nadie quiere recordar unos hechos trágicos de los que no se está orgulloso. Algo parecido ocurrió en nuestra guerra civil. Pero en Inglaterra, a mediados de los años noventa, empezó a surgir un renacimiento de lo que pasó y fue cuando decidió abrirse Hanns y mostrar lo que había vivido. Al menos, dos audios y un vídeo dan fe de lo que vivió.

La historia del libro la descubrió en el funeral de su tío abuelo. Sus dos hijos no sabían nada que lo que había pasado y no acababan de creerlo. Como Hanns Alexander había sido un bromista toda su vida no daban verosimilitud a la historia. Ante tanto desconocimiento, Thomas Harding no sabía muy bien cómo afrontar la estructura del libro hasta que decidió que lo mejor era hacer un desarrollo gradual y cronológico de la historia para que el lector fuese entendiendo poco a poco los acontecimientos.

Al ser el libro de no ficción, el autor tuvo que investigar en muchos países europeos, pero también en Estados Unidos, en el archivo que Steven Spielberg tiene en San Diego y en Israel. Así pudo saber qué coches conducían, qué ropa vestían, cómo hablaban los protagonistas. Pero, aún siendo importantes esos extremos, lo más importante es: ¿cómo un ser humano puede ser capaz de tanta crueldad? Una infancia difícil, no puede servir de excusa y, desde luego, no lo fue.

“Rudolf Höss creía en lo que hacía y lo siguió creyendo hasta el momento de su ahorcamiento”, asevera convencido. No sintió remordimientos, creyó hasta la muerte en lo que hizo y si en algo no estuvo de acuerdo fue en el método. Vio mucha corrupción en los campo de exterminio, una corrupción económica donde arrancaban dientes a los asesinados, les cortaban el pelo, les cogían la ropa para venderla. No sintió remordimientos de lo que hizo.

Por el contrario Hanns Alexander, fue una persona de principios. Huyó con su familia a Inglaterra cuando vio que les podían matar. Se alistó en el ejército inglés para luchar contra los nazis y una vez terminada la guerra, en su tiempo libre se dedicó a buscar criminales de guerra. Al final, le ordenaron buscar a Höss y removió cielo y tierra y muchos archivos para encontrarle. La forma en la que lo consiguió merece la pena ser contada, pero lo dejaremos para que el lector lea este libro, que tiene un interés mayúsculo. Los más mínimos detalles pueden dar las soluciones más grandes.

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Thomas Harding
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