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José Zoilo Hernández
José Zoilo Hernández (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Entrevista a José Zoilo Hernández: “En las épocas de cambio, la desesperanza se apodera de unos, mientras las oportunidades comienzan a dejarse ver para otros"

Autor de la trilogía “Las cenizas de Hispania”
jueves 09 de enero de 2020, 19:20h

En cuestión de menos de tres meses, el escritor tinerfeño José Zoilo Hernández ha publicado su trilogía histórica “Las cenizas de Hispania”, un recorrido por la Hispania del siglo V que se debatía entre el final del dominio romano y las primeras invasiones bárbaras. “El alano”, “Niebla y acero” y la conclusión “El Dux del fin del mundo” conforman esta épica trilogía sobre uno de los momentos más decisivos de la historia de la península Ibérica.

José Zoilo Hernández
José Zoilo Hernández (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Aprovechando que nos encontramos en el Certamen de Novela Histórica de Úbeda, entre presentación y presentación, entre copa y copa, pudimos charlar tranquilamente sobre su trilogía hispana. El año 2019 ha sido un gran año para José Zoilo, ya que la publicación de la trilogía le ha supuesto estar de actualidad durante buena parte del año. Sus novelas lo merecen, además trata una época poco tratada, tanto por los historiadores como por los novelistas del género. En la entrevista nos cuenta como era nuestra tierra en aquellos tiempos y algún que otro secretillo.

Publicar tres novelas históricas en cuestión de meses es toda una proeza, pero cuanto tiempo ha dedicado a documentarse y escribir la trilogía “Las cenizas de Hispania”.

Una proeza inolvidable e inesperada, que me ha reportado horas y horas de diversión, porque nunca pensé que escribir y documentarse para hacerlo pudiera ser tan placentero.

Como cuando decidí lanzarme a esta aventura solo tenía claro que quería escribir una novela que a mí, como lector, me pudiera interesar; lo primero que hice fue documentarme hasta quedar satisfecho, hasta que creía tener bajo control la época que había elegido. De esta manera, invertí un año entero en esta labor de investigación: un tiempo entretenidísimo. Leí documentos contemporáneos a la época, pero también las últimas aportaciones realizadas por historiadores e investigadores actuales y, como aderezo, me desplacé a los principales escenarios donde planteaba desarrollar la trilogía.

Después de aquello, cuando me sentí preparado, comencé a teclear. Al principio me resultó extraño sentarme frente al ordenador para escribir algo ajeno a mi trabajo, pero pronto me resultó tan gratificante que no tardé en plantearme unos objetivos ambiciosos en cuanto al ritmo de escritura, ansioso de avanzar episodio a episodio en la turbulenta vida de Attax. Así que, a razón de una media de tres páginas al día, tardé cuatro meses en escribir cada una de las novelas que componen la trilogía de "Las cenizas de Hispania": un año en total, igual período al que invertí en documentarme.

¿Cómo surgió la idea de escribir la trilogía?

Pues la verdad es que fue todo muy inesperado. Yo siempre he sido un ávido lector de novela histórica, pero nunca antes se me había ocurrido intentar escribir mi propia novela. Todo surgió por una especie de apuesta. Como me gustaba mucho la historia, y a veces le contaba algunas “batallitas” a mi mujer, un día me dijo que me regalaba un portátil si le escribía una historia… y claro, me lo regaló y a mí no me quedó más remedio que cumplir con mi parte del trato. A partir de ahí comencé el proceso de elegir la época y dar forma a la trama, aunque tengo que reconocer que mi idea inicial era escribir una única novela. Pero claro, con una fase de documentación tan apasionante y fructífera, hubiera sido una pena no aprovecharla para exponer durante más líneas las aventuras de este alano irreductible.

Las novelas se desarrollan en el siglo V. ¿Qué le atrae de este siglo?

Es una época que me ha apasionado desde niño, pues en ella también se encuadra una de mis leyendas favoritas de ese entonces: la del “rey Arturo”. Por supuesto, también dentro de mi faceta de aficionado a la historia ha sido uno de mis periodos recurrentes de investigación.

Pero es que además siempre me han gustado las épocas de cambio, los momentos de finalización de un orden establecido, en los que la desesperanza se apodera de unos, mientras las oportunidades comienzan a dejarse ver para otros. Y este siglo V me ofrecía precisamente eso: una época de transición, de cambios. Y también existía algo que terminó por inclinar definitivamente la balanza a favor de ese siglo, y fue que se trataba de un período poco tratado a nivel tanto de ficción como de no ficción, en el que existían lagunas de información, noticias contradictorias, y algunos hechos puntuales más o menos bien contrastados, que nos dan una perspectiva incompleta de una diócesis tan grande y diversa como resultaba la hispana: terreno abonado para hilar una novela asentando con cuidado las bases para que los personajes de ficción sean capaces de enhebrar, a lo largo de su camino, los diferentes hechos, de manera que sean capaces de conducirnos de uno a otro mientras afrontan ‒o sufren‒ las adversidades que azotaron Hispania en ese entonces.

¿Tienen una secuencia cronológica las tres novelas?

Sí, la narración es en primera persona, desde la perspectiva de Attax, y durante ellas se expone su vida. Un recorrido desde su juventud, en la que da por sentado que quien esgrime un arma todo lo puede, hasta sus últimos años. Un viaje hacia la madurez que nunca creyó que le alcanzaría.

¿Cuáles son los periodos que abarcan cada una de ellas?

Para responder a esta pregunta siempre pongo el ejemplo de que San Agustín de Hipona o Hydacio, contemporáneos de Attax que vivieron más de setenta años, incluso Genserico, el rey vándalo de la época que sobrepasó los noventa. Hay que decirlo para entender cómo nuestro alano tiene una vida tan longeva, pese a separarse en muy pocas ocasiones de su fiel spatha.

La primera novela abarca desde el año 438, momento en el que una expedición sueva alcanza la antigua provincia romana de la Baetica, hasta el 456, cuando se produce la llegada de un contingente visigodo a la península cumpliendo órdenes del emperador de Roma.

La segunda ocupa la totalidad de la campaña hispana del rey visigodo Teodorico. En total, menos de un año, entre octubre del año 456 y mayo del 457. Una novela muy dinámica que narra con detalle los principales hechos que acontecieron con la primera llegada visigoda a la vieja Hispania. Un episodio interesantísimo de nuestra historia, con algunos hechos inesperados.

La tercera narra los últimos años de Attax, y comienza en ese mes de mayo del 457. Atención, spoiler: la última escena de Attax discurre en el año 483 y no, su espada no se encuentra en su vaina colgando de su cinto, sino bien guardada en un baúl.

“El siglo V fue convulso y crucial para comprender lo que sucedió en la península en los siglos venideros”

Estamos en un periodo de franca decadencia romana, invasiones de los suevos y el advenimiento de los visigodos. ¿Fue un siglo problemático para Hispania?

Exacto, fue un siglo convulso y crucial para comprender lo que sucedió en la península en los siglos venideros. Sin duda, fue una época espeluznante para gentes como Hydacio, obispo de Aquae Flaviae y el principal cronista de la época, pero esperanzadora para gentes como Genserico, Rechiario o Teodorico, por poner algunos ejemplos de personajes históricos que aparecen en las novelas. Un período en el que el sistema que llevaba rigiendo los destinos de Hispania, como de muchos otros lugares, se encontraba en plena descomposición, mientras múltiples pueblos ajenos al imperio luchaban por entrar en él; no necesariamente para acabar con el sistema establecido (los propios visigodos solían mantener las estructuras administrativas romanas en su territorio), sino simplemente para beneficiarse de un modo de vida que, pese al evidente deterioro que había sufrido durante los siglos IV y V, seguía siendo infinitamente mejor que la realidad que conocían francos, godos, alanos, suevos, alamanes, sajones y otro largo etcétera de pueblos de más allá del Rin y del Danubio.

Hispania se encontraba relativamente alejada del centro de poder imperial, y hasta entonces no había sufrido, salvo escasas acciones de pillaje, la irrupción de pueblos extranjeros dentro de sus fronteras. Pero eso cambió en ese siglo V. Siempre digo que nuestros anglos, jutos y sajones (por paralelismo con la Britania de Arturo), fueron los suevos, vándalos y alanos. Pueblos que accedieron a Hispania desde la Galia gracias a la intervención de uno de los múltiples usurpadores imperiales de esa época, en este caso un hispano de la Tarraconense de nombre Máximo. Con el objetivo de defender sus ansias de auparse al trono imperial, animó a estos tres pueblos a establecerse en la península, con la condición de que sus hombres lucharan a su lado en las batallas que estarían por llegar. Pero aquellas nunca lo hicieron. El principal general de Máximo, un bretón de nombre Gerontius fue derrotado al poco de llegar los pueblos bárbaros a Hispania, y con aquel, murió tempranamente la rebelión de Máximo. Pero para entonces estos tres pueblos, de origen germánico los dos primeros, e iranio el último, el de los alanos, ya habían quedado como dueños de un territorio aislado e indefenso.

El protagonista de la trilogía es el alano Attax. ¿Cómo le definiría?

Attax es un personaje que, de alguna manera, se encuentra en el lugar equivocado en el momento equivocado. Es un superviviente, el último de los suyos, que ha quedado aislado en una tierra en la que es un extraño, pero que a la vez es la única que conoce, pues nació en Emerita Augusta al poco de llegar sus padres a Hispania. Un lugar muy alejado de la tierra de su ancestros, a miles de kilómetros de su hogar, lejos de su religión, de sus costumbres, de sus iguales… Un personaje que queda huérfano a la temprana edad de cinco años, cuando su pueblo es derrotado en batalla, y casi completamente exterminado. Este episodio marcará el resto de su existencia, pues no tendrá más remedio que endurecerse, que volcarse en sí mismo, que luchar a cada paso que da para poder seguir avanzando. Un personaje duro, perteneciente a un pueblo del que los romanos aseguraban que su principal afición era la guerra, y que despreciaban conseguir mediante su esfuerzo lo que podían obtener por medio de las armas.

En definitiva, un tipo al que en cualquier batalla sería mejor tenerlo a tu lado que enfrente.

¿Consiguió Teodorico calmar las agua hispanas?

Se podría decir que durante un tiempo sí, aunque al final su intervención lo que provocó realmente fue una desestabilización de la zona mayor, incluso, que la inicial. Pero, desde luego sí consiguió algo que fue muy importante de cara al pueblo visigodo, (que no del romano, que fue quien lo envió): mostrarle a los suyos las ventajas de asentarse en un lugar como Hispania, rodeado por mar y por montañas, y sin la competencia de otros pueblos germánicos. Todo esto hizo que poco después su hermano Eurico comenzara la ocupación sistemática de algunos enclaves, preludio del asentamiento definitivo de los visigodos en la península y la posterior formación del reino visigodo de Toledo.

Teodorico mostró a los suyos las ventajas de asentarse en un lugar como Hispania, rodeado por mar y por montañas

¿Podríamos considerar al protagonista como un mercenario?

Bueno, no exactamente. Attax es un personaje que vive por y para la guerra, pues es lo poco a lo que puede aferrarse de las costumbres que recuerda de su pueblo. Es un hombre que no tiene reparos en matar para sobrevivir, que disfruta sembrando el miedo entre quienes lo rodean, que no duda en emplear la violencia cuando lo cree necesario, pero que también tiene un gran sentido del honor. Mata cuando debe, o cuando quiere, no cuando se lo ordenan.

De la trilogía, ¿tiene algún libro favorito?

Mi favorita es la novela que cierra el ciclo. Ocupé el mismo tiempo en escribir las más de cuatrocientas páginas de word que me ocupó, que en escribir “El alano”, que no llegaba a las trescientas. No puedo negar que escribir “El dux del fin del mundo” es de las cosas más gratificantes que he hecho.

¿De cuál ha quedado más satisfecho?

En general de todas, pero si debo decir alguna, diré de “El Alano”. Más que nada porque fue el primer paso, fue como lanzarme al vacío sin red, y comprobar que llegaba al suelo sin un rasguño.

Supongo que sus lecturas estarán llenas de novelas históricas. ¿Ha habido alguna que le haya marcado?

Desde luego, y estoy empezando a temer que voy a tener que ampliar mis estanterías, porque me estoy quedando sin espacio…

La verdad es que leo muy poca ficción que no sea novela histórica: es mi debilidad. Podría decir muchas, pero si tengo que quedarme con una lo haría con la trilogía de las “Crónicas del Señor de la Guerra”, de Bernard Cornwell. Las leí por primera vez hace veinte años, y aún tengo su recuerdo grabado en mi mente como el primer día. Una lectura imprescindible.

¿Cuáles son sus escritores favoritos del género histórico?

No puedo disimular que Bernard Cornwell, pero también me gustan otros muchos como Colleen McCullough, Rosemary Sutcliff, Lindsey Davis, Gisbert Haef, Gillian Bradshaw, Rebecca Gablé… Muchos, y muchas, a los que siempre es un placer leer.

Este año, ha sido la primera vez que ha estado presentando sus libros en el Certamen de Novela Histórica de Úbeda. ¿Cuál ha sido su experiencia en el mismo?

Pues ha sido como cumplir la segunda parte de un sueño. La primera fue publicar nada más y nada menos que con Ediciones B, de la que tantos libros tengo en mi estantería, y la segunda fue acudir a este certamen, desde mi punto de vista, un referente a nivel nacional para quienes disfrutamos con la novela histórica.

Y el sueño no solo respondió a mis expectativas, sino que las superó. Fue un placer enorme conocer a otros escritores a los que siempre he admirado, a periodistas, a lectores, asistir a las recreaciones, descubrir la propia ciudad de Úbeda, que me enamoró desde el primer día. Desde luego, nunca olvidaré las alegrías literarias que me brindó el 2019.

¿Le veremos más años por allí?

¡Por supuesto! No me lo perdería por nada del mundo.

¿Ya está escribiendo una nueva novela histórica? O ¿quiere cambiar de género?

Sigo fiel a mis gustos, y no creo que cambie en el futuro, aunque déjame no decirlo muy alto…

Sí, desde que acabé “Las cenizas de Hispania” no he podido dejar de escribir y de documentarme. Probablemente en este 2020 vuelva a haber noticias mías dentro del panorama editorial, pero además ahora mismo estoy escribiendo otra novela que me tiene absolutamente encantado. Estoy sintiendo lo mismo que con Attax, y esa es muy buena señal.

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