Por si fuera poco, en el año 1997 publicó “Un baúl lleno de momias”, lo que sería el comienzo de otra vertiente de su literatura, esta orientada hacia un público infantil y juvenil, que continúa hasta el presente con la publicación bajo el sello Unaria Ediciones de “Poemas de día. Poemas de noche”, un original libro de poemas para niños.
La apasionada y barroca autora de “Devocionario” (1985) cambia drásticamente en su poesía de registro y nos ofrece un libro de poemas para niños a partir de cuatro años en el que la fantasía y el color de sus versos no solo está en la palabra, sino también en la pintura. La joven artista castellonense Sara Bellés ilustra a la perfección los poemas de Rosetti, no solo encuentra una gama de colores y motivos que comulga armoniosamente con la desnudez y frescura de los versos, sino también potencia hábilmente su atractivo.
Esta fusión de talentos resulta en un libro de gran formato que debería estar en la biblioteca de todos los niños. Editado a todo color, una de sus cualidades es la de ser un libro reversible. Tanto si comenzamos su lectura comenzando por sus poemas de día, como si lo hacemos por sus poemas de noche, llegaremos a un punto intermedio en el que deberemos dar la vuelta al libro para poder continuar leyendo.
De Ana Rosetti, como poeta, poco vamos a descubrir. Sus casi cuatro décadas de trayectoria como escritora le avalan, y no solo eso, su experiencia dota a los poemas de variados matices: inocencia, ternura, magia, humor; sensaciones que su sensibilidad hilvana sutilmente a nuestra tradición literaria, pues muchos de los poemas estremecen nuestros corazones a través de rimas asonantes: «Por el aire va el limón, / la canela y el café, / el incienso y el clavel / y el pan recién horneado. // Por el aire va la voz, / el aullido, el balido, / el ruido y el sonido / del eco reverberando».
El viaje propuesto por la autora cruza por playas y bosques, amaneceres, ventanas, jardines, primaveras; un recorrido narrado desde los ojos de un niño que se fascina por esas pequeñas cosas que pasan inadvertidas para los adultos y sin embargo en él despiertan sueños y emociones. El cromatismo de las ilustraciones trasciende a los versos, o viceversa, todo se impregna de color y luz, de vida en los albores del despertar infante. Algo que cambia en los “Poemas de noche”, donde la luna, los gatos, un astronauta o simplemente, una ciudad, viven entre las sombras y se revelan personajes y parajes de bellezas subrayadas por la poesía fluorescente de las imágenes de Sara Bellés y las palabras de Ana Rosetti.
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