Julio Alejandre es profesor y pedagogo, trabaja actualmente para la Junta de Extremadura como orientador educativo, y siempre que tiene tiempo libre lo dedica a la escritura. “Las islas de Poniente es mi segunda novela. También he publicado otros dos libros de relatos, donde he recopilado mi producción. Muchos de estos cuentos los había mandado a diversos certámenes literarios”, nos dice este viajero impenitente que ha vivido varios años en Centroamérica. “Cuando tenía 25 años estaba muy loco”, confiesa en voz baja. Esa experiencia le ha hecho que escribiese su novela histórica. El autor madrileño es un fanático de la literatura de nuestro querido Juan Rulfo. “Es mi maestro”, afirma. También le gusta Gabriel García Márquez, “cuando leí por primer vez Cien años de soledad no me gustó mucho. Hace unos cinco años la volví a leer y me encantó. No hay nada cómo describir esta sociedad en la que vivimos a través del realismo mágico”, sostiene con una sonrisa en los labios. El germen de “Las islas de Poniente” se fraguó leyendo las crónicas antiguas del descubrimiento de América. “La epopeya de la colonización y el descubrimiento del Océano Pacífico, antes llamado Mar del Sur o de Balboa, me atrajo muchísimo. Se ha hablado poquísimo de las dificultades de conquista de ese océano”, recuerda el autor del libro. La novela nos traslada al año 1595 y a la expedición de don Álvaro de Mendaña que partiendo del puerto de El Callao en Perú puso rumbo hacia las islas Salomón. “Partió con cuatro barcos, uno de ellos desapareció sin saberse su destino por culpa de una sublevación, para fundar una colonia en las Salomón. En el viaje descubriría las llamadas Regiones Australes”, evoca con pasión. La novela está escrita en primera persona por el cronista Juan Torres, ex convicto y aprendiz de barbero y cirujano –ambas actividades solían ir juntas-. “La novela partió de un relato, me sentí tan a gusto que lo fui ampliando. Fue un reto”, reconoce. Pero no es el único reto que emprendió porque realizar una novela en un espacio tan reducido como la cubierta de una nao es otro reto en sí. “Tuve que realizar un trabajo exhaustivo con los personajes”, señala. “Me separo de la realidad todo lo que puedo, me gusta rellenar los huecos que deja la historia”“El gusto por este tipo de aventuras me viene por mis lecturas de historia. Siempre me ha gustado. Además, tenía muchas ganas de escribir una novela histórica”, dice. Pero no es solamente histórica es su novela, “partí de una situación más o menos real para hacer una obra de ficción pura. Me separé de la realidad todo lo que pude, me gusta rellenar los huecos que deja la historia. En la novela hay muchos personajes históricos, pero los que llevan el peso de la trama son los que he inventado yo”, mantiene con mucha expresividad.
Mucha de la documentación que ha manejado la consiguió en el Archivo de Indias, estuvo cerca de un año manejando los legajos de la época para conocer todo lo que debía conocer sobre la expedición, luego otro año escribiendo el libro. “Leí muchos papeles del viaje de Álvaro de Mendaña. Su objetivo era la colonización de las Salomón, pero también comenzar a comerciar con países como China o Japón. En dicha documentación, vi muchas cosas que no eran muy normales en aquellos tiempos. En la nao Santa Ysabel viajaban más o menos la mitad de los expedicionarios. Eran un total de 182, de las que 75 eran mujeres”, recapitula el escritor madrileño. Julio Alejandre cree que es un valor añadido de su novela que sea un tema muy poco tratado este tipo de expediciones. “Esta fue una época apasionante de la que no se ha interesado casi nadie”, asevera con convicción y agrega “los británicos tienen muy trillada está parte de la historia, así como las batallas navales, nosotros casi no hemos tratado la historia naval de los reinados de los Reyes Católicos, Carlos V y Felipe II. Somos unos de los pueblos más acomplejados de Europa”. Cree que la Leyenda Negra nos ha pasado factura. “Por eso, apenas se han rodados películas españolas sobre nuestras gestas en ultramar, tampoco de nuestros victorias navales. Parece que pesa mucho nuestra historia y no son políticamente correctos. Todo un error”, evalúa el escritor que ha dado un papel muy relevante a las mujeres en su novela. “Dos de las protagonistas son femeninas. Las mujeres en la colonización jugaron un papel más determinante de lo que se cree”, concluye Julio Alejandre Calviño que cree que esa periodo histórico tiene “muchas sombras, pero también muchas luces”. Menos mal que existen escritores como él, sin complejos; que cuentan la historia tal y como fue y también como pudo haber sido. El resultado es excepcional. Puedes comprar el libro en:
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