Astuto y descreído, escurridizo y decente, culto y europeísta, implacable pero de buen corazón, aparecería en diversas novelas y se consolidaría como el personaje más emblemático de su creador, al tiempo que una de las figuras imprescindibles de la ficción de espías. Un cuarto de siglo después de su último avistamiento, en "El peregrino secreto", Smiley sobrevuela la última novela de Le Carré, que sirve a la vez de precuela y de coda al clásico que lo lanzó a la fama, "El espía que surgió del frío", aunque no hace falta estar familiarizado con sus pormenores para disfrutarla plenamente.
Peter Guillam, ex mano derecha de Smiley, un anciano duro de oído pero que conserva un vigor físico y una lucidez mental envidiables, lleva muchos años disfrutando de una jubilación idílica en el pueblo de la Bretaña que lo vio nacer, hijo de una bretona y de un héroe de guerra inglés que murió a manos de los nazis. Un fatídico día su tranquilidad se ve perturbada con la llegada de una carta en la que el servicio de inteligencia de su país le insta a acudir a Londres de inmediato para escuchar su testimonio en relación con una delicada investigación en marcha, la cual hunde sus raíces en unos acontecimientos del pasado en los que tuvo un papel destacado.
Citado en un cuartel central que no guarda ningún parecido con aquel en el que prestó servicio, y rodeado de unos protocolos de actuación que no le resultan en absoluto familiares, Guillam se verá sometido a un severo interrogatorio por parte de dos abogados. Este lo transportará de vuelta a uno de los episodios más espinosos y turbios de su hoja de servicios, cuyos pormenores oscuros ha mantenido a buen recaudo en un compartimento oculto de su cerebro: la infiltración de un doble agente británico, y buen amigo personal de él, Alec Leamas, en el corazón de la Stasi, el servicio de espionaje de Alemania Oriental. La operación acabó en tragedia, con el asesinato en 1961 de Leamas y de su novia comunista, Liz Gold, al pie del Muro de Berlín, mientras trataban de regresar a Occidente. Guillam nunca superó del todo el hecho de que Leamas fuera en realidad manipulado (y finalmente sacrificado) por Smiley para proteger la identidad de un topo.
John le Carré ha urdido una única trama tan ingeniosa y apasionante como la de las dos predecesoras sobre las que se ha basado: El espía que surgió del frío y El topo.
Ahora, décadas después de los hechos, el Gobierno se enfrenta a una investigación parlamentaria y a una demanda por parte de los hijos de Alec y Liz, quienes exigen justicia y una onerosa indemnización. Al investigar los hechos, sin embargo, el MI6 descubre que los archivos relativos a la operación —bautizada con el nombre en clave de Carambola— están incompletos. Con su antiguo jefe en paradero desconocido y sospechoso de haber contribuido a la desaparición de los documentos, Guillam se verá forzado a pasar cuentas con una misión dolorosa y que sigue provocándole dudas y remordimientos, al tiempo que deberá hacer equilibrios para evitar ser incriminado y vivir sus últimos años en la ignominia. Entretejiendo pasado y presente para que ambos cuenten su tensa historia, John le Carré ha urdido una única trama tan ingeniosa y apasionante como la de las dos predecesoras sobre las que se ha basado: El espía que surgió del frío y El topo.
Le Carré regresa al terreno que ha explorado y retratado como ningún otro escritor: el de la amoralidad, la duplicidad y la traición consustanciales a los servicios secretos, un mundo en el que se agolpan las dudas existenciales, como por ejemplo si el fin justifica los medios, o si los intereses del individuo están por sistema supeditados a los del colectivo. A los ochenta y seis años, después de seis décadas publicando y casi treinta años después de la caída del Muro de Berlín, John le Carré vuelve a apuntalar su condición de clásico con el vigor narrativo y la inteligencia que siempre lo han acompañado.
David Cornwell (Dorset, Inglaterra, 1931), mundialmente conocido por su seudónimo literario, John le Carré, es la mayor leyenda viva de la novela de espionaje. Sus libros han vendido 35 millones de ejemplares en 40 países y han sido traducidos a 36 idiomas. Durante los años cincuenta y sesenta trabajó para los servicios de inteligencia británicos, tanto en su rama de política interior (MI5) como exterior (MI6). El éxito internacional de su tercera novela, El espía que surgió del frío, provocó que se centrara por entero en la literatura. Su personaje más célebre es George Smiley, jefe del Circus, la agencia de inteligencia británica en el extranjero, presente en novelas como Llamada para el muerto, Asesinato de calidad, El topo, La gente de Smiley o El honorable colegial. La obra de Le Carré ha sido llevada en numerosas ocasiones al cine y la televisión, destacando producciones como El topo, El sastre de Panamá, El jardinero fiel, El hombre más buscado o El infiltrado. Su último libro publicado hasta la fecha "Una verdad delicada" consiguió un gran éxito de ventas en nuestro país. Investido doctor honoris causa por la Universidad de Oxford y escogido por la revista Time entre los cincuenta escritores británicos más importantes de 1945 en adelante, reparte su tiempo entre Londres y Cornualles.
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