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Luis Miguel Sánchez Tostado
Luis Miguel Sánchez Tostado

Luis Miguel Sánchez Tostado: "La ficción otorga al autor patente de corso para el lucimiento”

Autor de "Juvencia"
domingo 11 de marzo de 2018, 01:00h

Luis Miguel Sánchez Tostado es escritor, historiador y criminólogo. Todos esos oficios los ha utilizado para escribir su épica novela “Juvencia”, que bebe de diversas fuentes, incluidas la que buscó Juan Ponce de León.

Si el explorador español buscó la fuente de la eterna juventud, Luis Miguel Sánchez Tostado busca la fuente de la eterna literatura. Su novela es un ejemplo de ello porque hace de una novela histórica un dechado de tecnología actual y ha conseguido hacer inmortal una historia, que como casi todas las nuestras, no son apenas conocidas. Estoy seguro que, desde dónde esté, Ponce de León se lo agradecerá como lo hacen los lectores por su novela.

El escritor es un conocido erudito e intelectual de la Andalucía Oriental. Experto en nuestra Guerra Civil, ha tratado en numerosos libros la historia del maquis. Pocos historiadores nos han enseñado esta historia como él lo ha hecho. Ahora, cambia de registro y se adentra en la ficción con paso firme. En la entrevista nos descubre con mucho humor los secretos de “Juvencia”. Algo que no nos debería nunca faltar como no le falta de Luismi, como le conocen todos sus amigos y sus lectores.

Su obra “Juvencia, la maldición de la eterna juventud” ha sido recientemente galardonada con el Premio Nacional Editorial Círculo Rojo 2018 a la mejor novela histórica. ¿Fue un premio inesperado?

"Juvencia" ya había sido finalista en tres prestigiosos certámenes internacionales: el “Ciudad de Badajoz” en 2014, el “Ciudad de Úbeda” en 2015 y el “Ciudad de Torremolinos” en 2016. En sólo un mes y medio se agotó la primera edición y está avalada por el escritor Juan Eslava Galán. Nunca se está seguro del todo, pero confieso que tenía grandes esperanzas en esta obra y que algún día sería premiada, como así ha sido.

Usted ha sido sobre todo un autor de ensayo histórico. ¿Qué le hizo dar el paso a la novela?

Tras más de 25 años dedicados al ensayo histórico de ámbito local o provincial, me apetecía experimentar con nuevos géneros. El escritor Juan Eslava Galán, amigo y paisano, me convenció para dar el salto porque, según él, ya había adquirido músculo narrativo suficiente para enfrentarme a proyectos de interés general más ambiciosos.

Para un ensayista histórico, ¿es difícil escribir ficción?

Sí que lo es, al menos para mí. Son dos géneros muy diferentes. En el ensayo lo relevante se centra en el método para argumentar un tema con opiniones sustentadas. Su redacción es más científica que lucida. En cambio, la narrativa de ficción incorpora descripciones, sentimientos, diálogos, recursos literarios y tramas argumentales elaboradas que no se utilizan en el género ensayístico. La ficción otorga al autor patente de corso para el lucimiento.

¿Cómo surgió la historia de "Juvencia"?

Una noche imaginaba cómo sería el mundo si de pronto nos comunicaran la fecha de nuestra muerte. Fantaseé con situaciones paradójicas y, al mismo tiempo, imaginé algún tipo de fluido que hiciera revertir el camino hacia el fin de la vida y mitigara nuestra angustia existencial. Algo así como beber del santo grial. Recordé las referencias bíblicas al estanque Bethesda que sanaba a los enfermos, o el “agua de la vida” en las novelas de Alejandro Magno, pero sobre todo la Fuente de la Eterna Juventud(juvencia) buscada en Florida por Juan Ponce de León.

“La eterna juventud es una rebelión ingenua ante la brevedad de nuestro tránsito por el mundo”

¿Seguimos empeñados en encontrar la fuente de la eterna juventud?

La ciencia sigue buscando alternativas para el acortamiento de los telómeros en las replicaciones del ADN, responsables del proceso de muerte celular asociada al envejecimiento. Entre tanto, como no podemos volver a ser jóvenes, nos conformamos con parecerlo a base de botox, liposucciones, tintes capilares, implantes y viagras. Le declaramos la guerra al paso de los años en un inútil esfuerzo de subsistencia, porque la vida se nos va con cada respiración. La eterna juventud es una rebelión ingenua ante la brevedad de nuestro tránsito por el mundo, porque nos aterra pensar que no haya nada después de la muerte y que caigamos en el abismo del silencio.

¿"Juvencia" es una novela histórica, de ciencia ficción o dos novelas entrelazadas?

Es una novela histórica con pinceladas de narrativa fantástica (ciencia ficción), lo que le aporta un plus de originalidad. La acción se desarrolla en dos tiempos (siglos XVI y XXI) que se alternan como dos novelas independientes, pero al mismo tiempo relacionadas.

En la novela hay muchos flashback. ¿Le parece necesario introducirlos para comprender la trama?

La analepsis o flashback es una técnica muy cinematográfica porque se producen saltos en el tiempo durante la trama, viajes restrospectivos que alteran la cronología de la historia. En Juvencia esta técnica es necesaria por cuanto pasado y futuro llegan a fusionarse, pero antes caminan por separado. No debo contar más.

Dice que discurre en dos espacios temporales, el siglo actual y el XVI. ¿Es difícil, como escritor, desdoblarse para escribir historias tan dispares, aunque relacionadas?

Bueno, depende de la capacidad del autor. Es cierto que hay que hacer un ejercicio de ubicación en cada tiempo. Es más difícil situarse en un periodo lejano como el siglo XVI por lo que es necesaria una documentación previa para hacer creíble la historia. Tuve que recurrir a los clásicos de la picaresca del Siglo de Oro para documentarme.

De los dos periodos, ¿cuál costó más escribir?

Curiosamente me sentí más cómodo con los capítulos del siglo XVI. De hecho los lectores dicen que tienen mucha fuerza. Tal vez se deba a la adecuada ambientación y a mi empeño por ubicarme en aquella parcela histórica.

Juan Ponce de León buscó la Fuente de la Eterna Juventud. Me tomé la licencia literaria de proponer un conquistador codicioso con una personalidad obsesiva

¿Cuánto tiempo le costó documentarse?

Cuatro años desde que surgió la idea hasta la publicación de la obra. La fase de documentación ha sido permanente. Más al principio, lógicamente, porque hice numerosas lecturas de clásicos como el Buscón de Quevedo, el Lazarillo de Tormes, la Celestina, etc., También diversas obras sobre la conquista de América y los viajes de Colón, incluso la saga Alatriste de Pérez Reverte o la serie Cienfuegos de Alberto Vázquez Figueroa.

Por una parte, tenemos la aventura de Ponce de León en La Florida, y por otra la investigación de unos huesos hallados, que se va complicando. ¿Qué le llamó más la atención del descubridor Ponce de León?

De joven, Juan Ponce de León había sido paje del rey Fernando el Católico y llegó a ser el primer gobernador de Puerto Rico. Realizó dos viajes a la gran “isla” de Bimini (que resultó ser la península de Florida), una en 1513 y otra en 1521. Se dice que allí buscó la Fuente de la Eterna Juventud. Me tomé la licencia literaria de proponer un conquistador codicioso con una personalidad obsesiva.

¿Fueron los españoles los primeros europeos en llegar a esas tierras?

No fuimos los primeros. Por entonces los portugueses tenían mejores flotas y mayores conocimientos náuticos. Mapas como el Planisferio de Cantino, que se conserva en la Biblioteca Estense de Módena, demuestran que los portugueses llegaron a Florida tres lustros antes, pero lo hicieron en expediciones secretas porque el Tratado de Tordesillas de 1494 entre España y Portugal para el repartimiento de las zonas de conquista americana impedía hacerlo público.

La gesta que protagonizaron esos 200 aventureros españoles no es muy conocida. ¿A qué se debe?

Los dos viajes de Ponce de León a Florida fueron expediciones de exploración, no llegaron a fundar ciudades, tal vez porque no encontraron lo que buscaban: riquezas o el agua prodigiosa. El sur de Florida (actual Parque Nacional Everglades) está formado por inhóspitos y salvajes marjales donde, por entonces, residían indios caníbales como los calusas. Mi novela está ambientada en la segunda expedición de 1521 formada por dos barcos y doscientos hombres que duró unos seis meses y en la que Juan Ponce de León fue herido de muerte por una flecha india mientras huían. Un marco ideal para una historia de aventuras.

“Los españoles fuimos a América por pura codicia y un rápido enriquecimiento”

¿Nos avergonzamos de nuestro pasado en América?

Todavía se ensalza el Día de la Hispanidad y la grandeza universal de España, cuando nuestro paso por América no fue precisamente glorioso. Evangelizar fue un pretexto. Los españoles fuimos allá por pura codicia y un rápido enriquecimiento. Tratamos a los indígenas con desprecio, nos quedamos con sus tierras, con sus mujeres y con su oro. Eran hombres libres y les obligamos a aceptar que a partir de aquel momento los ríos, los árboles, las montañas y hasta ellos mismos eran propiedad de un rey al que nunca verán que vivía al otro lado del océano. En pocos años se extinguieron tribus enteras por la represión, la esclavitud y las enfermedades europeas. Y cuando fray Bartolomé de las Casas denunció los abusos españoles con los amerindios, los españoles compramos a los portugueses esclavos negros que capturaban en África. Una epopeya poco edificante.

La parte de la novela en la época actual, ¿podríamos denominarla como thriller?

Sí, esa parte puede considerarse un thriller donde la CIA y una organización masónica intentan apoderarse del descubrimiento que cayó en manos de la doctora Brenda Lauper.

En “Juvencia” hay muchos escenarios. ¿Todos son reales?

La acción se desarrolla en Florida, Zúrich y Jaén y todos los escenarios son reales salvo, lógicamente, el templo milenario donde encontraron la Juvencia. Existe incluso la residencia del malvado Gottlieb, una espectacular mansión neomedieval situada en el centro de un lago que nos recuerda a las leyendas artúricas. Se encuentra en la ciudad de Homestead, a unos 50 km. de Miami.

Los personajes de los capítulos ambientados en Florida son también reales o ha utilizado alguno ficticio.

Salvo Ponce de León, los personajes son todos de ficción aunque algunos de ellos están inspirados en personas de mi entorno.

Vemos que ha cuidado mucho el lenguaje de la época. ¿Cuesta hacer comprender al lector actual ese castellano antiguo?

El texto de esos capítulos es una imitación sutil de aquel lenguaje de la época aunque respetando algunas expresiones, usos y costumbres de aquel tiempo, pero ni mucho menos es castellano antiguo. De haberlo escrito así la lectura hubiera sido muy dificultosa. Debía hacer una adaptación actual para que fuese fluida.

La novela tiene muchos rasgos de humor. ¿Necesitamos el humor en los tiempos que corren?

Es muy necesario, si, y hasta terapéutico. La vida no solo son dramas. En la novela es “Gualas”, el escudero de don Íñigo de Velasco, quien nos aporta desternillantes situaciones de un humor muy actual. Es un personaje socarrón, pícaro y algo verde, pero tierno y sensible al mismo tiempo.

¿Gualas? ¿No querrá decir William Wallace?

Este divertido escudero se llamaba Benito Camelo. Como de niño, en el hospicio, los frailes lo llamaban Ben-i-tó-camelo” (“Ven y tócamelo”) decidió apodarse Gualas en honor del famoso guerrero William Wallace, jajaja.

La novela es un género maravilloso pero requiere cierta destreza de los recursos literarios y del lenguaje

La edición del libro está muy cuidada, podríamos decir que es todo un lujo. ¿Ha participado en la misma o ha sido trabajo de la editorial?

Por ahora Juvencia es mi mejor obra de narrativa y quería para ella una edición especial con tapa dura, un papel de buen gramaje y un diseño espectacular. Esto encareció los costes de edición, pero se redujeron márgenes de beneficio para fijar un competitivo precio de 19´95 euros. Fue un capricho mío que la editorial aceptó. El diseño es obra de mi buen amigo Juanjo Muñoz Cayuela, que además de cantautor, es un excelente publicista.

Ahora que tiene una buena experiencia en la ficción. ¿Va a continuar escribiendo novelas?

Juvencia no es mi primera obra de ficción. En 2002 publiqué Mi señorito el maqui y san Cucufato, una novela satírica, y en 2012 Más allá de la mirada, novela negra basada en un crimen real que tuvo un gran impacto en la España de 1898. La novela es un género maravilloso pero requiere cierta destreza de los recursos literarios y del lenguaje y, por tanto, de un mayor esfuerzo intelectual. Sin duda seguiré escribiendo novela, pero no con el ritmo que me impuse en mi producción ensayística.

¿Cree que quedan historias que contar de nuestra guerra civil y de los maquis?

La guerra civil y la dictadura franquista son fuentes inagotables de producción literaria. Seguirán apareciendo ensayos porque, pese al tiempo transcurrido, las fuentes documentales han estado vetadas a los investigadores hasta hace poco tiempo. Y también seguirán editándose obras de ficción porque el episodio más cruel de nuestra historia aún colea en nuestra memoria con su enorme carga dramática. Es un semillero de héroes y villanos.

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