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"Asha o la fuerza de la esperanza", el sueño de levantar una escuela en Nepal

Por Briseida Zenobia
sábado 27 de abril de 2019, 18:34h
Asha o la fuerza de la esperanza
Asha o la fuerza de la esperanza
En "Asha o la fuerza de la esperanza", la autora explica su lucha por escolarizar a los niños olvidados de Nepal, un país con sus propias normas y códigos de conducta, donde la corrupción se cuela por cada rendija. Una historia intensa y emocionante en la que la esperanza cobra vida propia.

Con solo 21 años, la autora se decidió a montar una escuela de educación especial en Nepal

A través de una organización española que gestionaba voluntariado internacional, Aina Barca contactó con una casa de acogida situada en el sur de Nepal, concretamente en la ciudad de Hetauda. Allí vivían niños y niñas con situaciones muy diversas: algunos eran huérfanos, otros provenían de familias muy pobres y también había niños con diferentes tipos de discapacidad física, sensorial o intelectual. Aina tenía muy poca información por aquel entonces sobre Hetauda y la guía de viaje que había comprado, de esta ciudad tan sólo decía: «Parar únicamente en caso de tener que cambiar de autobús». A pesar de ello, no dudó ni un momento en decidirse.

“En estos seis años de dedicación plena a la educación de los niños con discapacidad, he conocido la corrupción de cerca, he convivido con el estigma que supone el hecho de ser extranjera y he sufrido las consecuencias de una sociedad que conserva valores patriarcales muy arraigados. Me he tenido que enfrentar también a amenazas, coacciones y abusos. Y para defenderme de tanta hostilidad tuve que construir una muralla a mi alrededor, tras la que cobijé todas las experiencias profundas vividas en Nepal. Un refugio infranqueable desde donde pude enmascarar la fragilidad, el miedo y las heridas bajo una capa de firmeza que me ha permitido aparentar en todo momento un dominio total de la situación. Y siempre, hasta ahora, había callado. Llega un momento, sin embargo, en que hay que mostrar, con la mayor honestidad posible, no sólo el trabajo llevado a cabo por Familia de Hetauda, sino también la lucha que ha sido necesario librar para llegar hasta donde estamos hoy. Y para ello he tenido que derribar esa muralla y abrazar el dolor que ocultaba para poder escribir a través de él, para poder traspasarlo. He tenido que dar voz a los sentimientos y sustituir el sufrimiento por la amorosidad.”

El instinto de supervivencia de los niños en la casa de acogida era lo que más maravilló a Aina. A pesar de que les faltara una pierna o una mano, fueran sordos o provinieran de familias muy humildes, todos los niños habían desarrollado una capacidad de supervivencia extraordinaria. Todos menos tres: Kumar, Sandhya y Kiran, tres niños con discapacidad intelectual que solían quedarse apartados en un rincón, al margen del ritmo frenético del entorno y sin participar en ninguna de las actividades. Y a la hora de disfrutar de cualquier pequeño privilegio, ellos siempre eran los últimos. Esta vulnerabilidad que sintió Aina provocó que Nepal se convirtiera en su destino.

“Mi objetivo era que pudieran desarrollar al máximo sus capacidades y que vivieran una vida lo más feliz y plena posible. Sabía que la educación era la única vía para lograrlo, y me comprometí a conseguir que los niños con discapacidad intelectual pudieran ir a la escuela igual como lo hacían los otros niños de su edad.(…) organicé conciertos benéficos, espectáculos de baile y comidas solidarias para recaudar fondos. No exagero si digo que cada mes organizaba uno o dos eventos para obtener financiación destinada a la construcción de la escuela.”

Actualmente, Asha School ofrece educación especial a cuarenta y un niños y niñas con discapacidad en la ciudad de Hetauda. No obstante, para seguir ampliando este proyecto y crear una esperanza de futuro para el mayor número de beneficiarios posible, Familia de Hetauda necesita contar con el máximo de solidaridad posible.

Desde su creación, en el año 2012, Familia de Hetauda trabaja para transformar la realidad de los niños y niñas con discapacidad intelectual de Nepal y conseguir que puedan vivir con dignidad, a través de la educación, la fisioterapia y la inclusión sociolaboral.

Aina Barca (Barcelona, 1991) es emprendedora social y activista por los derechos de las personas con discapacidad. Fue fundadora de la ONG Familia de Hetauda (España) y de Hetaudeli Pariwar (Nepal). También es la fundadora de Asha School, la primera escuela de educación especial de la ciudad de Hetauda, al sur de Nepal. Se graduó en Trabajo Social por la Universitat de Barcelona (2013) y posteriormente obtuvo un máster en Dirección y Gestión de Entidades no Lucrativas por la Universitat Oberta de Catalunya. Su experiencia profesional en Barcelona estuvo siempre vinculada al mundo de la discapacidad. En 2012, visitó Nepal por primera vez. Durante su viaje conoció a algunos niños y niñas con discapacidad intelectual. Ver las pésimas condiciones en las que vivían supuso un punto de inflexión en su vida, que la condujo a tomar la decisión de ayudarlos. Con esta intención, cuando volvió a Barcelona, fundó la ONG Familia de Hetauda, a través de la cual pudo hacer realidad la construcción de Asha School. Desde entonces, vive a caballo entre Barcelona y Nepal, trabajando incansablemente por los derechos de los niños con discapacidad. Actualmente, Asha School supone una esperanza para el futuro de 41 niños y niñas con discapacidad intelectual.

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Aina Barca
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