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Entrevista a la autora de "Invisibilidades": Azula

Por Fabio Mendoza Obando
miércoles 06 de enero de 2021, 03:00h

Apreciable lector, hoy tengo el privilegio de compartir una entrevista que le realicé a la escritora, poeta, docente, yutúber, coreógrafa, bailarina y columnista internacional puertorriqueña Tania Anaid Ramos González conocida como Azula (n,1971). Posee un doctorado en Filosofía y Letras de la Universidad de Puerto Rico del Recinto de Río Piedras. Su tesis de maestría le mereció el Premio Gertrudis Gómez de Avellaneda otorgado por la UNESCO en el 2002. En noviembre, fue publicado su primer libro de poesía Invisibilidades, por la Editorial Areté Boricua. El poemario Llueve y el libro de cuentos Piso 13 están próximos a ser publicados.

Azula
Azula
¿Cómo fueron los inicios en la escritura?

Escribo ideas sueltas, símiles y metáforas desde los ocho años, pero como un juego. Ya a los 13, a partir de la muerte de mi abuela, comencé a escribir ininterrumpidamente. Al parecer ese momento, a pesar de ser tan triste y doloroso, despertó algo que ella había sembrado en mí: su amor por la poesía. He de confesarle que siempre que me preguntan cómo se originó mi escritura o por qué escribo, respondo con un nudo en la garganta, porque, aunque a partir de la adultez se ha convertido en una necesidad intrínseca, lo cierto es que sigo buscando a mi abuela en la poesía y siento que la escritura es la mejor manera de encontrarla.

¿Cuáles poetas la han marcado en su formación poética?

Son muchos los poetas que han marcado mi manera de escribir y de pensar la poesía. No quisiera dejar a ninguno fuera; así que haré una breve selección bajo protesta. De igual forma, no mencionaré a poetas que he destacado en otras entrevistas.

Conocí de la voz de mi abuela a muchos poetas puertorriqueños, destaco solo tres: José Gautier Benítez (1848-1880), Trina Padilla de Sanz (1894-1957), también llamada la Hija del Caribe, y Julia de Burgos (1914-1953). Gautier fue un poeta muy romántico y de Sanz más modernista, ambos esculpen hermosamente la patria y las Antillas en su pluma. Leer a Julia de Burgos fue como encontrarme. Su genial uso de recursos retóricos, su musicalidad y el ritmo de sus versos construyeron en mí un nuevo paradigma de belleza.

Entre los poetas hispanoamericanos destaco a Rubén Darío (1867-1916) y Julio Herrera y Reissig (1875-1910) por su compleja musicalidad. Con César Vallejo (1892-1938), aprendí a desmenuzar la tristeza verso a verso. De Roque Dalton (1935-1975) me sedujo su extraña dureza, su burla sagaz y su cinismo político. De Alejandra Pizarnik (1936-1972) me cautiva su observación de la angustia y el dolor. Su cuestionamiento de la existencia me parece extraordinario.

Entre los poetas españoles están Luis de Góngora (1561-1627) con su poesía culta, aguda e “indescifrable” retórica; Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) con su sencillez y tono íntimo; Juan Ramón Jiménez (1881-1958) por su genialidad poética y Miguel Hernández (1910-1942) con quien aprendí a desgarrar el alma bellamente.

¿Tiene un horario fijo para escribir y algunas manías para hacerlo?

Prefiero escribir tarde en la noche y de madrugada, cuando ha finalizado la vorágine del día laboral y el trajín de la cotidianidad. Necesito estar tranquila y sola. Al escribir, escucho ciertas piezas musicales instrumentales que son como un mantra que me ayuda a escapar de la rutina y me conecta con la habitación soleada de la poesía. Me gusta escribir alejada de la contaminación sonora citadina, pero acompañada por el cantar del coquí y mis ancestros.

Es una asidua lectora, ¿sobre qué temas lee?

Soy muy curiosa. Prácticamente, leo de todo, pero le dedico más tiempo a la poesía, la teoría poética, la danza, la filosofía, la historia y la música. Por mi trabajo, leo también mucho sobre la enseñanza del español, las destrezas y capacidades de aprendizaje por niveles educativos, la comprensión lectora y el análisis e interpretación de textos literarios y no literarios. Si tuviera que escoger, me apasiona la poesía, además de la neurociencia, la historia de las cosas y la mitología.

Es una mujer con múltiples ocupaciones. ¿Cómo organiza su tiempo para escribir?

Tengo un trabajo a tiempo completo que exige de mí muchísimo. Tengo dos hijos adolescentes a quienes crío sola y una madre con Alzheimer, a quien cuido. Como ve, en algún lugar la ecuación no va a cuadrar, así que he optado por dejar de dormir para escribir. En ese espacio robado al sueño, paradójicamente, encuentro el equilibrio con mi alma, porque si no, la cotidianidad fuera una locura y solo quedaría de mí una sombra. Es muy agotador, pero por suerte durante los fines de semana trato de compensar un poco esa batalla.

¿Piensa que la mujer ha tenido un rol destacado en las letras actualmente?

La mujer se va a destacar siempre a pesar de las circunstancias, de sus miedos y de la desigualdad; aunque sean pocas, aunque las hayan querido silenciar. Sin duda, el peso de la historia de los pueblos lo han llevado las mujeres porque son las portadoras incondicionales del amor, y el mundo sin amor no sabe cómo moverse. Pero nos falta mucho por crecer a nivel social para que se respete y valore con justicia y equidad no tan solo a la mujer, sino a los niños, a los viejos y a los migrantes. Una política pública anquilosada en el papel no nos sirve, hay que llevarla a la práctica. Los estados y gobiernos no acaban de entender que una población saludable y feliz es más productiva, y que estar bien en todos los sentidos, no debe ser un privilegio, sino un derecho y más que un derecho, la única forma posible de existencia. Disculpe el discurso, pero no se me quita la manía de seguir soñando despierta.

Con respecto a las escritoras, sin duda, en proporción, hay más escritores publicando, que escritoras y también más laureados. Mencionaré un dato curioso. Según la web del Premio Nobel de Literatura, se ha otorgado a 117 escritores este premio, de los cuales solo 16 son mujeres y entre ellas solo una es hispanoamericana, la chilena Gabriela Mistral en el año 1945. Aún así, hay más escritoras que antes y también hay editoras y libreras. Poco a poco vamos siendo más.

Siendo objetiva, si sumamos y restamos las horas de trabajo, duplicadas en el caso de muchas mujeres, a menos que vivas cómodamente y seas una privilegiada del sistema, que no tengas hijos y si tienes, que tengas un compañero solidario, es difícil lograrlo. Muchas veces no se trata de talento, sino de cómo están organizadas nuestras diferencias y prioridades socialmente. La consigna es y será compartir las tareas, además de solidaridad y empatía.

¿Cómo define su poesía?

Mi poesía es una manifestación de libertad. Doy rienda suelta al corazón para que hable en el único lugar que será escuchado sin juicio ni restricciones. Son tantas las cosas feas que suceden diariamente que resguardarse en la belleza de las palabras es un alivio.

¿Cómo concibe y desarrolla un poema?

Después de cierta edad, la escritura es un hábito y eso le da continuidad temática a lo escrito. En mi caso, los poemas nacen visceralmente. Para mí, es impensable decir, ahora voy a escribir del amor o del desamor y la tristeza, ello sucede. Los poemas llegan y con esto no quiero idealizar el constructo de la musa o la inspiración, pero ellos se despiertan por distintas razones. La vida es un estímulo extraordinario.

Hay poemas que quedan perfectos, semánticamente, desde que nacen; otros los trabajo según la intención que me merecen en ese momento. Lo importante es que una vez nace el poema y se pasa por el calor, la vibración y la intensidad de esa gestación; hay que dejarlos descansar y volver a ellos para trabajarlos arduamente, lejos del ego que los subvierte.

Hay poemas que tardan en estar listos, y no me lo dice nadie, los leo y sé que falta algo, bien sea porque entiendo que el final no funciona o que se repite una idea, una entonación pesada, algo en él lo hace incompleto e inacabado. No me apresuro con ninguno. Cuando joven, escribía mucho y tenía prisa, soltaba los poemas para “siempre”. Con el tiempo, me di cuenta de que hay que madurarlos. Es por esta razón, que encuentro muy difícil escribir poemas por encargo, ni los pido y ruego que no me los pidan, es como obligar a alguien a escoger una pareja que no ama, difícil gestión para el alma. Cuando lo he hecho, le aseguro que el resultado es vacuo, trivial e incómodo.

¿Qué objetivo desea lograr con su poesía?

El “objetivo” de la poesía es la belleza en sí y producir placer. Intento que la mía siga ese principio. Quiero que el poema sea gozo de los sentidos, pero también consciencia en la memoria colectiva desde mi idea de belleza. La poesía no es utilitaria. Ella despierta nuestra sensibilidad y nos vincula con las emociones, y en el fondo, nos regresa a mirar el mismo laberinto humano, pero de forma diferente.

¿Qué le parecen las nuevas formas de difusión digital de la literatura?

Creo que los medios de difusión complementan el camino andado. El ser humano necesita del otro para existir, aunque piense que no. La comunicación es fundamental. En lo que va de este siglo, se han desarrollado formas efectivas para hacerlo y eso es un avance importante. La Internet, aunque pueda estar controlada por unos grupos e ideologías, tiene unas fisuras por donde nos podemos escapar y encontrarnos o crear vínculos con personas que de no ser por este medio no las hubiéramos conocido. Este año he conocido a gente maravillosa que ha venido a aportar mucho a mi vida literaria y también personal. Así que, esos medios son puentes, nos unen, nos acercan. Eso es muy valioso.

¿Cómo se enfrenta a las críticas y cómo las supera?

Las críticas constructivas siempre son buenas, aunque a veces puedan ser incómodas. En el espacio académico, la mayoría del tiempo los argumentos son cuestionados constantemente y qué bueno que es así. La crítica nos enriquece como investigadores, nos ayuda a ser precisos en nuestros debates y propuestas e incrementa nuestro conocimiento. Lo triste es cuando la crítica viene a destruir y no a aportar. En lo personal, trato de no pasar juicio adjudicándole adjetivos ni sobrenombres a nadie, los insultos no funcionan, eso lo tengo bien claro desde mi adolescencia. Es una actitud insensible e inmadura que induce a error en la vida. Tristemente, hay quien juzga y critica negativamente sin argumentos y con claras intenciones de hacer daño. Es un error ético, igual que la mentira, la injusticia y la corrupción. Cuando las recibo, tengo dos opciones, o soy compasiva sin que me afecte porque habla del otro y no me pertenece ni su coraje ni su inseguridad, o me alejo. Con las críticas destructivas, por lo general, opto por lo segundo, a menos que me sea imposible.

Su primer libro se titula Invisibilidades¿Es rebelde en la invisibilidad?

Rebelde con causa. Soy rebelde ante la injusticia. Oponer resistencia ante lo que está mal y no funciona en una sociedad es un bien. No hay que gritar o vociferar para hacerlo, esa solo es una forma de manifestarlo. Cada cual elige cómo serlo, lo importante es no hacerle daño a nadie. Una cosa es diferir y otra hacer daño. En mi libro Invisibilidades, hablo del malestar, pero también de la caricia, del amor, de la esperanza y si eso es ser rebelde en la invisibilidad, pues lo soy.

Este año ha sido uno muy significativo para usted. Sin duda, la cobertura de la prensa internacional ha sido fundamental. ¿Cómo una poeta logra una hazaña así?

Qué hermosa pregunta. Se sabe que en medio de las grandes crisis el arte aflora como una necesidad, oponiéndose a la burda realidad. Así que mi libro y muchos otros que han sido publicados este año dan cuenta de la necesidad que tiene el arte de manifestarse.

Me siento bendecida de que mi libro se haya publicado este año. Es un poemario que lleva más de 10 años escrito. Nunca me planteé cuándo sería el momento de la publicación, no me propuse que fuera este año en particular. Tocó que fuese a pesar de la pandemia.

También tengo muy claro que el éxito de una publicación depende de muchos factores y yo soy uno en esa cadena de amor. Por un lado, representa la realización de un sueño, y sé que suena trillado, pero es así. Además, representa dejar de ser invisible no tan solo a nivel internacional, sino nacional. Para que esto sea así, hay personas que han sido clave y tengo la responsabilidad de mencionarlas: los directores de la editorial Areté Boricua, Mayra Encarnación y Ricardo Rodríguez, creyeron en mi poesía desde que la escucharon; la artista y diagramadora del libro, Nathalia Colón, dio visibilidad a lo que le decía mi corazón y a mis intenciones textuales. Tres nicaragüenses han respaldado mi trabajo: el escritor y gestor cultural Carlos Javier Jarquín ha valorado mi trabajo literario y ha sido generoso e incondicional con su apoyo a nivel internacional; el escritor y locutor Leo Acosta también ha dado visibilidad a mi trabajo literario y usted, Fabio Mendoza, con esta entrevista me hace un honor. Asimismo, otros escritores, periodistas, editores y directores de periódicos y revistas me han apoyado. Son muchos los responsables de esta divulgación y éxito. Gracias a todos ellos y a los amantes de la poesía es posible esta visibilidad mundial, por eso digo que soy una bendecida por haber conocido a gente tan extraordinaria en este momento de mi vida.

He leído que las críticas literarias de su primer libro han sido muy buenas. ¿Cómo se siente al respecto?

Me siento inmensamente agradecida y quiero aprovechar esta oportunidad para hacerlo públicamente. Gracias a Melissa Figueroa, prologuista del libro, y Mercedes López Baralt por su Enhorabuena en la contraportada. Gracias a los escritores, poetas y periodistas que han reseñado mi libro: Mayra Encarnación (Puerto Rico), Félix Córdova Iturregui (Puerto Rico), José Luis Ortiz (España), Ana Anka (Perú) y Conrado Pallares (México). Gracias también a quienes reseñaron la presentación virtual del libro: Carlos Javier Jarquín (Nicaragua), Claudia Figueroa (Guatemala) y Carlos Díaz (República Dominicana). Tener el reconocimiento de tus pares y de la crítica internacional es un privilegio y una alegría. Lo digo y aún me ruborizo conmovida. Gracias a todos. Acá en este enlace les comparto la presentación oficial de mi libro: https://youtu.be/o65u2kjPEa4

¿Además de la poesía, cuáles son los otros géneros que cultiva?

Trabajo el cuento, el microcuento y el ensayo.

Se dice que los poetas casi no venden sus libros. ¿Cree que actualmente la poesía pasa por un mal momento o siempre ha sido así?

Publicar poesía es un acto de mucha fe. Los amantes de la poesía son una inmensa minoría, como diría el poeta Juan Ramón Jiménez. A muchos les gusta cómo suena, o quien la declama, pero no llegan a comprarla. Ese es otro de los misterios de la poesía, que a pesar de ser la de menor popularidad entre los géneros literarios, se mantiene incólume. Creo que entre quienes la encuentran cursi, y sí, hay poetas cursi, o quienes no la entienden, hemos perdido un buen número de adeptos. Al final se quedan solo los amantes y con ellos nos va bien. Prefiero un amante a miles de observadores y lectores incrédulos.

Hay muchos poetas en el anonimato que no se atreven a publicar, ¿qué mensaje le envía?

Hay espacio para todos, hay público para todo. Dijo el poeta José Martí que había tres cosas que cada persona debía hacer en la vida: “plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”. Yo no soy tan categórica, pero es importante tener un propósito en la vida y enfocarse para realizarlo. Dejar a un lado el ego o el miedo y armarse de valor para completar ese propósito. Es una sola vida, no se repite. Esta es la única oportunidad para ser aportación y dejar un legado a la humanidad, atrévete.

¿Para cuándo tendremos otro libro?

Los próximos libros están listos: el poemario Llueve y el libro de cuentos Piso 13.

Solo falta que una casa editora se interese por publicarlos.

  • Fabio Mendoza Obando (n.11 de Mayo) es escritor, periodista, locutor, poeta y columnista internacional nicaragüense residente en Costa Rica. Su pasión por la lectura y escritura despertó desde muy joven. Escribe, poesía, relatos, crónicas y artículos de opinión, en su obra literaria siempre aborda temas variados, actuales e interesantes. Parte de su trabajo literario ha sido publicado en distintos medios nacionales e internacionales digitales e impresos. Es autor de algunos libros de poesía y narrativa inéditos.

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Participantes en la entrevista virtual
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