Žemaitė, polígrafa lituana, feminista activa y convencida en la lucha por los valores nacionales

Julija Beniuševičiūtė-Žymantienė nació en 1845 en Lituania. Conocida con el sobrenombre de Zemaitè, pertenece a una familia de origen nobiliario en la que todos sus miembros hablan polaco, se comunican en dicho idioma siempre y crece educada junto con sus hermanas en un marco completamente polaco.

Conviene insistir en este aspecto inicial, porque luego asistiremos al viraje que da su vida, su ideología y sus propias creencias.

No asistió a la escuela y recibe formación académica en su casa; será en el ámbito doméstico, por tanto, donde desarrolle su temprana afición por la lectura y la escritura con tan notables éxitos en su madurez.

Entre los años 1863 y 1864 vive la revolución denominada del “Levantamiento de enero” contra el imperio ruso y no duda entonces en dar su apoyo al sector rebelado.

Muy apegada al sentido de la tierra de su país, desempeñó trabajos de sirvienta en una finca rural donde conoció a su marido, guardabosques y padre de sus seis hijos. Terruñera y convencida del valor del trabajo duro para prosperar en la sociedad, se comprometió en la defensa de “lo nacional” lituano; había que destacar lo que fuera significativo y diferenciador de su pueblo y marcar sin paliativos sus auténticas raíces.

Interesante evolución en su vida tras entablar amistad con el activista Povilas Visinski pues abandonaba su contexto original de tradición polaca para mantener lo propio y genuino de su país, Lituania, hasta el punto de comenzar a escribir en lituano. A principios de la centuria anterior la encontramos viviendo en Vilnius como editora del periódico Lietuvos žinios.

Al estallar la Primera Guerra Mundial emprende un viaje con destino a Estados Unidos; su objetivo estaba claro: recaudar fondos destinados a mitigar el sufrimiento de los lituanos por el conflicto bélico. Consiguió un total de más de 30 mil dólares. Se instala en la localidad de Marijampolė donde fallece en 1921 como consecuencia de un resfriado.

Su prolífica y variopinta producción literaria abarca casi todos los géneros: del cuento al ensayo, del teatro a los artículos periodísticos.

De un total de 350 cuentos, el titulado Hijastra llega a ser el más famoso como ejemplo femenino y feminista a través de la tragedia de su protagonista Katrė.

La autora siempre iba ataviada de un pañuelo cubriendo su cabeza, lo que le daba un aspecto de cierta aldeanería como así se lo advertían en especial mujeres próximas a su vida: amigas, colegas y las propias inmigrantes lituanas norteamericanas. Intenta desprenderse de él pero vuelve a su uso y se niega a quitárselo al margen de la situación pública en la que se encuentre, más allá de las convenciones sociales.

Dato anecdótico que muestra su carácter y el contenido de su obra.