www.todoliteratura.es
Joaquín Campos
Ampliar
Joaquín Campos

Entrevista a Joaquín Campos: "Considero a la mayoría de la sociedad literaria actual pueril"

Autor de "Pedagogía"
domingo 19 de marzo de 2023, 11:00h
Uno lee "Pedagogía" y se queda perplejo. Sobre todo en estos tiempos que corren no ya de corrección política sino de censuras por doquier y autocensuras por si acaso. Libro concreto y directo donde su autor nos va desgranando su vida, sueños, trabajos, mudanzas, divorcios, amores, alcoholes, amistades, tribunales, además de literatura propia y ajena mezclada con bastante actualidad a través de pensamientos tan certeros como polémicos.
Pedagogía
Pedagogía

Es su libro número trece y por primera vez no estará presentándolo por España–“me canso cada vez más”, me comenta­– cuando me anuncia que su novela Avenida ya está escrita y preparada para tomar el testigo de estos diarios a flor de piel y de Últimas esperanzas, la última novela que a Campos le publicaron allá por el año 2019. Desde Bali, donde ahora reside tras cuatro años y medio en Cabo Verde, nos atiende. Pero no desde una playa con palmeras rodeada de jungla, surferos y monos, sino a casi dos mil metros de altura en los alrededores de Bedugul, a la temperatura que él necesita para sentirse seguro: unos 16 grados. Y por la noche, según me cuenta, más frío aún y manta que te crio. La entrada 497 de Pedagogía, en la que alguien le dice algo, resume bastante la personalidad de Campos: “Podrán acusarte de muchas cosas pero nunca de ser un mediocre”.

En tu obra, y en especial en tus diarios, dedicas varias páginas a retratar a tantas personas que te encuentras y detectas, la mayoría de ellos seres ruines, hipócritas, ignorantes, pueriles. ¿Pero qué definirían a aquellos que merecen ser amados, si es que alguien merece ser amado?

No ha sido sólo por culpa de la globalización. Pero es que no damos para más. Uno lee a Sócrates o a Catulo o lo que ocurría en el siglo de Oro y trata de pensar que toda historia está manipulada, exagerada; porque o si no… Vivimos en un mundo muy parecido al de hace medio siglo pero con menos libertades y más estupideces; por lo que mucho menos excitante. Imagino que la falta de belicosidad entre naciones y el exceso de retransmisiones deportivas a sumar la marabunta de las redes sociales han engendrado todo este mundo parasitario. La información que recibimos no es que venga sesgada, es que directamente es mentira –ya verás tú cuando se enteren que el 11M fue Francia–. La educación se fue hace tiempo al guano. Pero bueno, siempre nos quedarán los libros atemporales que uno decide leer, sin imposiciones. ¿Y que quienes merecen ser amados? Imagino que hasta alguna de las personas que yo critico, porque en general, y lo sé de primera mano, existen asesinos y descuartizadores que alguna vez fueron buenos padres y hasta buenas personas. Yo amaría a los que dedican su vida a la investigación para hacer el bien. A los que residen en los faros dando luz a los barcos. Al que vive en medio de la nada y no va por ahí contándolo. A un campesino de esta zona montañosa, lejos de todo pero tan cerca del cielo.

Sin ningún género de dudas, son los primeros diarios que leo donde, no sólo se citan nombres, apellidos y cargos, sino hasta apodos, tantas veces despreciativos. ¿Te consideras un kamikaze?

Te refieres a mis excompañeros de Hilton; aquellos que arrodillados mintieron ante un juez para seguir el plan urdido por el director, en sí la empresa, sin tener en cuenta no ya sólo las consecuencias sino la capacidad que tendrán de aguantar, al menos durante los primeros años, por ese asunto de los remordimientos. Mira, todos tenían, como bien dices, nombre, apellido y cargo. Pero conforme se iban arrastrando a favor de la mentira de la multinacional, caricaturizándose con empeño, yo les ponía motes, acorde a los tiempos. El de finanzas pasó a ser el Caniche del Director, el propio director se transformó en el Cretino, y su mujer –nepotismo en una empresa estadounidense que cotiza en Wall Street– en Mantenida e inseminada artificialmente. Me considero muy humorista. Pero de los chistes aciagos de humor negro, sobre gordas y maricones, sordos y calvos, gangosos y chepudos.

¿Y qué se siente peleándose con alguien tan grande como Hilton? ¿Ha valido la pena? Aunque al final de la lectura de Pedagogía te enteras que has ganado los tres juicios (perdón por el spoiler).

Y los tres los apelaron, como bien dijo en público el Director, para dilatar en el tiempo el dinero que tengo que recibir. Para que me joda aún más, vaya. Y aún queda el juicio inmenso, en el que se piden responsabilidades, indemnizaciones… Mira, yo no sentí que me estaba peleando con una multinacional hotelera sino que estaba defendiendo lo mío. Jamás me había ocurrido nada parecido y dudo mucho me vuelva a ocurrir. El desasosiego, la falta de horizonte, el estrés, el no saber por dónde me venían las hostias… lo recuerdo todo como un infierno absoluto en una isla minúscula y desierta que se convirtió en lo más parecido a un presidio. Pero claro, yo no llevo años leyendo filosofía, humanidades, ética, viviendo solo y sin hijos ni hipotecas, para arrodillarme ante una injusticia flagrante. Ahí el director y su señora no calcularon bien, eso es evidente. Cualquiera de los que allí trabajábamos le habrían valido menos yo. Porque estoy preparadísimo para morirme antes de cobrar, si es que todo esto se dilatara mucho, y sobre todo antes que negociar con esa panda de mafiosos. Esperaré sentado, tomándome un vino, escribiendo, leyendo, amando… Vuelvo a ser feliz.

La obra está dedicada a Chris Nassetta, que es el CEO de Hilton. ¿Crees que algún día llegará a leerla?

Hombre… eso espero. Y sobre todo que la lean cada uno de los jefes supremos de todas las multinacionales de este mundo que se vanaglorian de ser el mejor lugar para trabajar, pagando a Forbes y otras revistas por esos titulares y reportajes tan rimbombantes, cuando en realidad, y si te tuerces lo más mínimo ante una injusticia flagrante, actúan como si fueran una sucursal de cualquier presidio de Corea del Norte. Yo sé que Nassetta no sabe ni el 5% de lo que ha ocurrido, aunque en su día le envié un email. Por eso la dedicatoria. Para que sus sabuesos acaben informándole al detalle. Por el bien de los que vengan después. No más negligencias. Que si me hubiera suicidado seguro que habría enviado un ramo de flores además de un buen cheque. Porque así son las cosas, tristemente. Y ya no te digo nada si hubiera sido señora, africana y negra.

Pedagogía son tus segundos diarios, que sin querer ser una continuación exacta con Ajuste de cuentas –los primeros– sí que enlazan varias situaciones de aquellos. Por ejemplo, la forma en cómo tratas a algunos literatos o periodistas contemporáneos. ¿Has perdido amigos o contactos desde que escribes diarios a tumba abierta?

Y no sólo amigos o contactos del mundo de la literatura o los medios. Aun reconociendo que escribo sin autocensura alguna, considero a la mayoría de la sociedad literaria actual pueril. Infantil. Ya que si les halagas te abrazan, y si les señalas te silencian, insultan, desprecian. Pero yo no escribo diarios para no decir lo que siento, porque yo en primer lugar escribo para mí. Y una cosa es que al repasarme me dé vergüenza mi sintaxis y otra muy diferente que detecte que escribo con miedo: que me dejo cosas en el tintero.

¿Tú en cambio sí crees estar preparado para las críticas?

La peor crítica de mi carrera literaria fue ver que mientras mis libros anteriores fueron reseñados decenas de veces con Ajuste de cuentas me tuve que conformar con sólo un par de ellas. Incluso fui incapaz de encontrar escritores o periodistas para que me ayudaran, como siempre había ocurrido, a presentar el libro en las ciudades donde suelo acudir a promocionar mi obra. Pero bueno, así están las cosas cuando te alejas del rebaño, o incluso, cuando señalas a parte de los corderos. Y si te das cuenta, en medio de todos estos embrollos, queda algo de luz. Y esa luz es mi editorial, Sr. Scott Libros, que no corrige una coma salvo que ésta esté mal puesta.

¿Crees que el mundo literario en España está pasando por un mal momento?

Mira, soy incapaz de leerme todo lo que se publica aunque desgraciadamente sí que me llegan comentarios en prensa y tuits de los autores contemporáneos donde se aprecia claramente que la insignificancia se ha apoderado de nosotros. El mundo literario español, como dices, no deja de ser un movimiento politizado, repetitivo, pusilánime, feminista forzado, y generalmente plano. Puedo parecer duro, pero es lo que hay. Luego hay gente que escribe bien o incluso muy bien. Pero en general estamos a dos telediarios de que el Ministerio de Cultura nos organice unos premios Goya de la literatura que para mí serían un sueño. No porque fuera a ser premiado, siquiera nominado, sino porque verlos en directo y por televisión arrastrarse aún más sería ya el no va más. Pura pornografía en horario infantil.

Recomienda escritores vivos en español.

Asumiendo que casi todo lo que leo es atemporal y casi nunca novela, te voy a contar lo que llegó a mis manos en los últimos años y me gustó. Poéticamente hablando, Miguel D’Ors. Prosísticamente, Juan Bonilla. Y del mundo del teatro, Juan Mayorga. Y no hay más. Mira, recuerdo un muy buen poemario de Josep M. Rodríguez: Sangre seca, se titula. Otro de Maribel Andrés Llamero, Autobús de Fermoselle, con el que elevé mi interés por mudarme a pueblos perdidos de la meseta. Y sí, tengo amigos que leen más actualidad y que me aseguran que Jon Bilbao atesora mucha calidad así como Fernando Aramburu y Juan Tallón. Espero algún día leerles. Y otra cosa: estoy seguro que me olvido de otros pero, ¿me permitirías adjuntar a fallecidos? Me sería mucho más fácil explayarme.

En Pedagogía citas bastante los Cuadernos de Cioran, que también son diarios.

Mi fascinación por los Cuadernos tiene más que ver con el pensamiento de Cioran que con su día a día, el cual por cierto, también lo aprecio mucho, así como su sentido del humor y sarcasmo. Y los diarios, así como las memorias, son unos géneros que me apasionan justamente porque hay más verdad que en cualquier otro género. Que ya no estoy para muchos cuentos.

¿Lees mucha filosofía?

He sustituido el 70% del tiempo que utilizaba para leer poesía por la filosofía, que consumo hasta quedar enajenado. Porque yo no leo buscando la mejor prosa, el mejor comienzo o cierre de novela, la trama de tu vida, o yo qué sé más. Yo leo simplemente para aprender, descubrir. Yo no estudié. Y con la filosofía asumo que resido a setenta años luz de sus autores. Y eso siempre es bueno para ver lo inútil que uno puede llegar a ser y lo mucho que aún tengo que aprender. Acabé hace unos días con Wittgenstein y ahora transito por el Diario de viaje de un filósofo de Keyserling cuando en unos días me llegan a Indonesia obras de Quine, Nietzsche, Cicerón y Chesterton. Ah, y acabo de empezar con la mastodóntica obra La filosofía japonesa en su historia, de Thomas P. Kasulis. Que haya cambiado vicios moralmente repudiables por el acopio de libros me congratula, en parte, con esta sociedad cainita.

¿Recomendarías a Wittgenstein?

Si son mundanos como yo, mejor que se ciñan a sus Investigaciones filosóficas. El tractatus son palabras muy mayores. Dudo mucho que yo haya siquiera comprendido el 5% de su contenido.

¿Serás capaz algún día de publicar filosofía?

Ni en siete vidas. Absolutamente imposible. Mira, te cuento una anécdota. Es tal el interés que me genera que por segunda vez he tratado de estudiarla en la universidad, esta vez siendo aprobado mi ingreso. Pues bien, justo cuando iba a pagar la matrícula volvió a hacérseme la luz: mi vida escolar ya pasó. Prefiero leer a pelo filosofía antes que estudiar desde abajo. Y sé que me pierdo cosas. Pero gano tiempo y poder de selección. Ya estoy viviendo mis 50 años de vida que cumpliré en once meses y pico. No hay tiempo que perder.

"Eliminar la filosofía de los planes de estudios es un error terrible que debería conllevar penas de prisión para los que tomaron esa decisión"

La filosofía ha sido barrida de los planes de estudios. ¿Nos acercamos inevitablemente a la ignorancia?

Sin lugar a dudas es un error terrible que debería conllevar penas de prisión para los que tomaron esa decisión. Pero trato de ser, a veces, positivo: aún se imprimen libros de pensamiento. Que todo se andará.

Pedagogía finaliza con tu nueva mudanza a Bali. ¿No te cansas de tanto cambio? ¿Habrá más diarios desde allí?

Diarios seguro, porque no paro de escribir y me siguen ocurriendo muchas cosas reseñables. Estoy en un momento dulce y debo aprovecharlo. Sobre lo de los cambios de países, continentes, y en este caso, hasta hemisferios, debo reconocer que me canso, no ya por el viaje en sí, sino por el mero hecho de cambiar. Y mira, ahora no sólo parezco asentado, sino que hasta no trabajo y puedo centrarme en mis proyectos y lecturas. Y no, no vivo de mi literatura. Aunque todo se andará.

Ya era hora de que se invirtieran los términos y alguna vez los hombres pudieran ser mantenidos por las mujeres

¿Y puede saberse de que vive un escritor que no puede vivir de sus libros y que acaba de dejar de trabajar en hostelería donde llevabas décadas como Chef Ejecutivo?

Pues de mi pareja que ha decidido esponsorizarme. Así de claro. Yo espero dinero por las negligencias de Hilton y trataré mientras de no gastar mucho, algo a lo que ya me he acostumbrado. Pero sí, como comentaba el otro día en una columna del diario online El Imparcial donde ahora colaboro, para mí la igualdad ya lo es todo, porque ya era hora de que se invirtieran los términos y alguna vez los hombres pudieran ser mantenidos por las mujeres.

La sinceridad y la espontaneidad son notorias en tus diarios, hablas sin tapujos, ¿esto te hace vivir peligrosamente con la gente que te rodea?, ¿crees que tienen miedo a que escribas de ellos?

Yo escribo sobre mí y mis circunstancias. Y bueno, la gente quiere ser famosa incluso saliendo en los libros de un casi desconocido salvo, claro está, si dicen algo de él que no le acaba de gustar. La piel fina, de nuevo. O papilla o suero, pero nada de masticar. Las nuevas generaciones son así. Apestan a Betadine y polvos de talco.

¿Qué harías si te se te prohibiera escribir, o a título particular o porque donde resides estuviera prohibido o por una incapacidad física?

Bueno, imagino que la prohibición aumentaría el deseo de escribir. Creo que las ilegalidades ayudan a que la perversión por participar de ellas aumente. Y si no fíjate en el mundo de las drogas. Pero bueno, si el gobierno español, muy dado a prohibir, no me permitiera escribir, o prohibiera mis libros, imagino que seguiría leyendo, escribiendo para mí aunque no fuera publicado e intentaría aprender a tocar algún instrumento. En realidad me escucho decir esto y me veo genuflexo. Por lo que realmente, y según la edad que tuviera con mis mermas mentales y físicas, me quemaría a lo bonzo en la puerta del Congreso de los Diputados. Aunque claro, sin desearlo me convertiría en mártir, algo odioso. No sé, la verdad. Pero a lo mejor estoy especulando demasiado ya que el día que recibiera esa prohibición probablemente me moriría de pena. O de un infarto. Si perdiera las manos dictaría. Y si con eso no me llegara, me quitaría de en medio.

Al desnudar tanto tu alma, impregnadas de vicios, ¿de dónde sacas la fortaleza o la seguridad para no tener miedo a que nadie te juzgue?

Todo tiene que ver con dos asuntos primordiales: siempre me ha dado igual lo que opinen los demás de mí, sobre todo si lo que recalcan es algo que a mí me parece bien, y por otra parte considero mi vida, aún, lo suficientemente interesante como para transcribirla. Siempre he dicho que no soy el mejor escritor del mundo ni aspiro a ello. Pero al menos sí debo estar en la parte alta de la clasificación de los que no se dejan nada en el tintero por el qué dirán. Para mí escribir, en general, es una autopsia. Abrirse en canal.

Quiero terminar permitiéndote añadir algo. O mejor, ¿por qué crees que la gente debería leer Pedagogía?

Porque no existe nada igual, para bien o para mal, y porque detecto que algún día lo que yo escribo no será publicable. Ojalá me equivoque.

Se me olvidaba, ¿y por qué ese título?

Culpa del Cretino, o sea, del Director. En el fondo fue mi musa.

Puedes comprar el libro en:

9788412523850
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios