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"Y Julia retó a los dioses", de Santiago Posteguillo

Ed. Planeta. 2021
Por José María Manuel García-Osuna Rodríguez
viernes 24 de marzo de 2023, 18:00h
Y Julia retó a los dioses
Y Julia retó a los dioses
En este libro, también de primera calidad, se produce la culminación de los deseos de Julia Domna, en la vida y en la política. Todo está a saliendo de pedir de boca, y la emperatriz no contempla tormentas en su inmediato futuro. Pero, el porvenir es incierto.

«Mantenerse en lo alto es mucho más difícil que llegar. Julia está en la cúspide de su poder, pero la traición y la división familiar amenazan con echarlo todo a perder. Para colmo de males, el médico Galeno diagnostica que la emperatriz padece lo que él, en griego, llama ‘karkinos’, y que los romanos, en latín, denominan ‘cancer’. El enfrentamiento brutal entre sus dos hijos aboca la dinastía de Julia al colapso. En medio del dolor físico y moral que padece la augusta, cualquiera se habría rendido. Se acumulan tantos desastres que Julia siente que es cómo si luchara contra los dioses de Roma. Pero, en medio del caos, una historia de amor más fuerte que la muerte, una pasión capaz de superar pruebas imposibles emerge al rescate de Julia. Nada está perdido. La partida por el control del imperio continúa».

La primera mujer divinizada, en Roma, fue Livia la esposa del Emperador César Augusto; pero la primera fémina que recibió la nómina de Augusta fue Julia Domna. Septimio Severo y Julia Domna ya no tienen enemigos que les puedan cerrar el paso para llegar al Capitolio de la Urbe. La mitología está en la obra, actuando con los humanos, y ha maldito a la emperatriz, aunque la diosa Minerva protege a la antigua sacerdotisa siria de Emesa-Homs. La historia de esta novela-histórica, del prof. Santiago Posteguillo, sigue el patrón de la primera, llena de intrigas, asesinatos, estrategias, odios, rencillas y luchas sangrientas para obtener el poder en la urbe del SPQR. El cuadro más prístino se refiere al odio que siente, ella, por el prefecto del pretorio, Plauciano, amigo personal del emperador de origen cartaginés; pero Julia Domna desconfía de él , ya que colige que su afán de poder le puede conducir, sin solución de continuidad, a intentar asesinar al propio Septimio Severo, y, en Roma, si se producía un magnicidio, caía toda la familia del político asesinado, verbigracia así ocurrió cuando el 2º emperador romano Tiberio ordenó, en el pasado, la eliminación de Lucio Elio Sejano, prefecto del pretorio.

Septimio Severo no acepta la visión de su esposa, y, a la par, Plauciano conoce que Julia Domna sospecha de él y de su plausible traición. Julia Domna es muy inteligente, y casi nada se escapa a su perspicacia. Ella gobierna, en la sombra, pero quizás más que el propio césar. Sea como sea, esta obra tiene un ritmo narrativo casi perfecto; estudia, al dedillo, la evolución psicológica e histórica de los personajes. La emperatriz trama, y el desarrollo evolutivo lo produce y lo acepta. La novela nos ofrece una lucha permanente de los mortales contra los dioses romanos inmortales; y, consiguiente, Julia Domna debe superar todas las pruebas arteras, que Júpiter Óptimo Máximo va sembrando en su contra.

Júpiter escuchaba con cierto aire de fastidio. Temía una nueva división entre los dioses, como ya ocurriera durante la guerra de Troya o la mortífera persecución de Ulises por Neptuno. Y aquellos enfrentamientos resultaron tan agotadores… Júpiter había dejado en el suelo el orbe que solía sostener en la mano derecha y se entretenía en acariciar el cuello de la gran águila que estaba a sus pies. Mantenía el cetro en la mano izquierda para no perder su presencia majestuosa y de poder absoluto ante el resto de las deidades congregadas aquella mañana. Intentaba encontrar un justo punto medio entre indiferencia y porte magno durante la larga soflama de Vesta contra la emperatriz madre del Imperio romano”.

Una vez eliminado Plauciano, el nuevo prefecto del pretorio, ahora Quinto Mecio, se sentirá atraído por la emperatriz; pero sus deseos no son moralmente aceptables, ya que Julia Domna es la esposa y madre de dos emperadores, Septimio Severo y Basiano/Antonio/Caracalla. Rol más que interesante el del médico de Roma, Galeno, cuyo nombre nos da nómina general a todos los que seguimos la ciencia de Esculapio. Elio Galeno explora el conocimiento científico de la época histórica, en la que le tocó vivir, y de esta forma mejorará la ciencia médica, utilizando los medios anatómicos, de disección, que tiene a su alcance. “… En cuanto al diagnóstico de su dolencia y su desenlace, como explicaré a continuación, no tengo la más mínima duda del trágico y doloroso final. Sin embargo, con relación al control del poder y al mantenimiento de su dinastía, si bien no preveo mejor conclusión, he de aceptar que en este ámbito es la emperatriz la persona más experimentada y mi criterio puede verse superado en este punto por su ingenio, deslumbrante y sorprendente en extremo a la hora de retener el poder”.

La obra nos deja claro, que siempre existe un Dios que es más poderoso que cualquier mortal. Nada ni nadie podrá oponerse, para que Julia Domna conduzca adelante sus planes. Al precio que sea, su dinastía de los ‘Severos’ debe seguir en el poder; pero, para ello deberá pagar un alto precio, utilizando todo tipo de armas a su alcance; aunque, en ocasiones deba acudir a maniobras carentes de ética. “Sin Cómodo, ni Pértinax, ni Juliano, ni Nigro ni Albino, Julia, por fin, lo había logrado: su esposo era el señor todopoderoso del Imperio romano y su hijo Antonino su sucesor, por si fuera poco, contaban con el pequeño Geta para garantizar la dinastía en caso de que algo le ocurriera al primogénito”.

La extraordinaria documentación histórica conseguida, se encuentra, motu proprio, perfectamente incardinada en la deliciosa cadencia narrativa; con todo ello obtiene una ambientación muy rigurosa del momento histórico narrado; utilizando dos calificativos sobre la forma de contar la historia de Julia Domna, yo lo haría con los vocablos de intensa y de trepidante. Otra de las formas diferentes que tiene de relatar el prof. Posteguillo se refiere, lo que suele ser muy importante en la NOVELA-HISTÓRICA, en cómo se utilizan a los personajes no reales o secundarios, y en este caso lo hace tan bien, que son los que dan la forma evolutiva y el ritmo de la narración a la globalidad de la obra literaria. Deseo destacar, de forma definitiva, como era de esperar, y por ser, además, dos personajes históricos, a los dos hermanos Caracalla y Geta, tan bien dibujados, aunque educados en el mundo de la ambición, por lo que la lucha entre ellos será inevitable, toda esta educación tan desastrosa conllevará el crecimiento de un odio que conducirá a uno de ellos, Geta, a la tumba, asesinado por su propio hermano.

A instancias del joven Antonino [el futuro Heliogábalo], su abuela Julia Domna fue deificada y, seguramente por presión del propio joven emperador y de su abuela Julia Maesa, las cenizas de Julia fueron, finalmente, llevadas al Mausoleo de Adriano. Desde el punto de vista de la religión romana, el alma de Julia acababa de entrar en el Olimpo. En el reino de los vivos, entretanto, y a modo de celebración de aquel gran acontecimiento de la consagración o divinización de Julia, se emitieron monedas que conmemoraban este grandioso evento”. En suma, notable obra literaria, con todos los parabienes. ¡Sobresaliente libro! «Homo sunt, humani nihil a me alienum puto».

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9788408224693
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