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Juan Pedro Aparicio
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Juan Pedro Aparicio (Foto: Miguel Ángel de Rus)

Entrevista a Juan Pedro Aparicio: "Hoy habría escrito El caso de la viuda polaca de otro modo. La revolución despertó me exigiría una prudencia que entonces no tuve ni quise tener"

Autor de "El caso de la viuda polaca"
jueves 15 de mayo de 2025, 12:11h
Juan Pedro Aparicio tiene una larga carrera plena de reconocimientos: ganó el Premio Nadal de Novela en 1989, el Setenil de Relatos y el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos. Ha sido director del Instituto Cervantes en Londres y comisario de la conmemoración del 1100 Aniversario del Reino de León. A pesar de estar últimamente dedicado casi en exclusiva a la novela histórica centrada en el Reino de León, ha decidido rescatar junto a MAR Editor una novela policiaca que considera muy incorrecta para los tiempos actuales: “El caso de la viuda polaca”.
El caso de la viuda polaca
El caso de la viuda polaca

¿Aparicio es un grande del cuento y la novela histórica. ¿Cómo surge la escritura de El caso de la viuda polaca?

Esta novela policialca con toques negros nació hace más de tres décadas, con la humildad de un cuento de verano escrito para un periódico de los que entonces todavía se leían, Diario 16. Lo leyó mi editora de aquel tiempo, a quien aún hoy guarda un cierto respeto de laica devoción, y logró convencerme —no sin maña— de que lo convirtiera en novela. Disciplinado como un recluta bisoño, obedecí y de ahí surgió El caso de la viuda polaca.

Y El caso de la viuda polaca se convirtió en un éxito de crítica y público.

El resultado me gustó. Incluso al releerla para la actual edición de MAR Editor diría que no está exenta de cierta gracia. Gustó tanto, que llegó a tener cinco ediciones, dos de ellas en bolsillo, cuando eso de editar en bolsillo era el verdadero certificado de popularidad y no un mero trámite editorial. Ahora, MAR Editor ha tenido a bien rescatarlo. ¿La razón? Cualquiera sabe. Tal vez la nostalgia sea la última forma de marketing.

Ahora parece una novela muy atrevida, incluso incorrecta, para la autocensura que parece estar de moda.

Confieso que hoy habría escrito El caso de la viuda polaca de otra manera. La revolución woque —o lo que sea esta nebulosa de susceptibilidades que nos ha llegado, cómo no, desde Estados Unidos— me exigiría una prudencia que entonces, ay, no tuve ni quise tener. Aquella era la era de la movida, de los exabruptos felices, de los excesos bendecidos por la falta de propósito. Y aunque solo fuera para condenarlos, los modos y expresiones de mi protagonista, el inspector Gonzalo Malo Malvido, seguramente pisarían más de un callo —o de cien— en esta nueva sensibilidad a flor de piel.

Y ha resultado que en los mojigatos años 20 del S.XXI, esta novela ha sido acogida con mucho agrado. ¿Se siente culpable?

Soy, en todo caso, culpable de haber aceptado esta reedición, con el título ligeramente recortado. ¿Por qué? Tal vez porque aún percibo en sus páginas una frescura sin remilgos, un atrevimiento desacomplejado y, sobre todo, la intriga que debería ser el alma de toda novela policial que se precie. Y también —por qué no decirlo— porque este texto ofrece un espejo de su tiempo: un testimonio cabal de todo lo que ha cambiado desde entonces… salvo, acaso, en lo futbolístico, donde siguen reinando los mismos de siempre, por la gracia o sin la gracia de Dios.

¿Es cierto que por esta novela fuiste a la cárcel?

Fui a la cárcel. La responsabilidad fue de Ricardo Magaz, paisano mío. Estaba escribiendo este libro, El caso de la viuda polaca, y la verdad es que yo no conocía mucho de este mundo. Él era entonces comisario en la comisaría de Leganitos, y yo quería tener la experiencia de estar en un calabozo. Se lo pedí, me metió en el calabozo, me encerró… ¡Y no me pegó! Yo, en mi novela, hago que uno pierda los estribos ante un criminal exacerbado, que además es muy provocador y muy molesto. Y le pegan una bofetada. Pero a mi me trataron bien.

¿Y está basada en hechos reales?

Malo está un poco perdido en Madrid, es muy de provincia. No entiende muy bien. Pero esta novela no tiene que ver sólo con Madrid, sino que se basa en un suceso que se repitió en aquellos tiempos en Murcia y León, donde unos tipos en buena situación económica terminaron su muerte para cobrar el seguro y robaron un cadáver. Ahora no podría hacerse, porque con el ADN ahora los descubrirían rápido. Por eso esta portada que ha hecho MAR Editor, que es tan bonita, representa a la perfección el contenido del libro. El coche incendiado para desaparecer y la belleza de la viuda. Mi protagonista alquila un coche y termina un viaje, roba un cadáver en Majadahonda, tira el coche por un barranco de la carretera de Valencia, y allí descubrirá el cadáver carbonizado. Pero no lo tenía todo controlado, porque la supuesta viuda estaba harta de él, cobra el dinero del seguro y ya no quiere saber nada de él. Y ahí empieza la trama.

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