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Priscilla, el musical
Priscilla, el musical

Se estrena “Priscilla, reina del desierto. El musical”

martes 30 de junio de 2015, 19:46h


Con la música de “It's Raining Men" de The Weather Girls comienza el musical que será la referencia de este curso. Basado en la película australiana de Stephan Elliot titulada Las aventuras de Priscilla, reina del desierto, el musical tiene poco que ver con la película intimista que llegó a muchos corazones. Es más un homenaje al transformismo y a la música discotequera de los años setenta y ochenta.


Dos gays y un transexual, ya metido en años, trabajan como Drag Queens en diversas salas de fiestas. La oportunidad de trabajar en un casino de Alice Springs, ciudad en el mismo centro del continente, les hace atravesar todo el desierto para llegar a su destino y poder visitar la mítica montaña de Ayers Rock, el segundo monolito más grande del mundo, situado a unos 400 kilómetros de Alice Springs.

La obra cuenta el recorrido desde Sidney hasta esa población. En el camino ocurrirán muchas cosas y el guión de la película es sustituido con habilidad por canciones que dan una idea un tanto diferente de la película. Las canciones se van alternando con diálogos explicativos de lo que van viviendo unos protagonistas enfrentados entre ellos y con el mundo. Casi todas las canciones son interpretadas en inglés, salvo algunas, para que se entienda mejor la trama.

Realmente lo mejor del musical son las canciones escogidas. Los protagonistas realizan un gran trabajo, sobre todo los tres principales. Mariano Peña, al que todos conocemos por su papel de homófobo de la exitosa serie Aida, ejecuta aquí un papel de transexual que convierte en un personaje entrañable en su papel de Bernadette, que en el cine encarnó Terence Stamp. Sin ser cantante, cumple con decoro con su papel. Tanto Jaime Zatarain en su papel de Tick, homosexual que tiene un hijo secreto y Christian Escuredo en su papel de Felicia, se muestran resolutivos y acertados en sus papeles, destacando claramente como cantantes, sobre todo Christian Escuredo, propietario de una voz muy característica y que dará mucho juego en el futuro.

Con un sonido eficaz, una puesta en escena innovadora, en la que tiene mucho mérito el director artístico Ángel Llácer al que todos conocemos por sus intervenciones en programas musicales de la televisión. Lo más espectacular son las escenas del autobús, que son de una rotundidad impresionante: moviéndose en el escenario, abriéndose el interior para poder seguir la trama, es lo más atractivo de la obra. De las canciones poco podemos decir. Nos las conocemos de memoria.

Si tuviéramos que destacar alguna, sería el himno de Gloria Gaynor I Will Survive que es ejecutado por las tres divas de una forma talentosa. Como cantantes son lo más destacado de la obra. Afinadas, en todo momento, demuestran una maestría inusual, sobre todo, cantando colgadas del techo, algo que es realmente difícil de ejecutar. También destacó el actor David V. Muro que vuelve a un musical diez años después. Su trabajo, aunque breve, demuestra la profesionalidad que lleva dentro en un papel difícil de interpretar.

Pero si hay que poner un pero, es a la zafiedad con la que se ha hecho la traducción de la obra, con guiños a la actualidad más rosa del momento. Esto hace que el espectáculo no sea todo lo familiar que pudiera ser y es una pena, porque los más peques quedan apartados de un espectáculo que sin duda les gustaría por la rotundidad de la música y por la espectacular puesta en escena. tenemos que destacar la recuperación de la canción Pop Muzik del grupo británico M, que hacía una música de discoteca muy electrónica.

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