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Eduardo Vaquerizo
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Eduardo Vaquerizo (Foto: Arturo Villarubia)

Entrevista a Eduardo Vaquerizo, autor de "Nos mienten"

"La ficción es un buen vehículo que puedes usar para ir donde quieras"

domingo 05 de julio de 2015, 13:42h

"Nos mienten" de Eduardo Vaquerizo nos presenta una brillante distopía sobre el futuro inmediato de España en el que las injusticias del capitalismo campan a sus anchas por un mundo destrozado en el que el grueso de la población lo tiene muy complicado para sobrevivir mientras otros nadan en las riquezas y mejoras genéticas.
Entrevista a Eduardo Vaquerizo, autor de 'Nos mienten'

En esta entrevista con el autor, hemos comentado algunas de las claves de la novela como la influencia de la crisis en el futuro próximo, cómo la ciencia ficción puede servir para realizar una dura crítica social, el futuro de la Unión Europea o la falta de acción política pensando en el futuro.

¿Qué le llevó a escribir "Nos mienten"?
Nos mienten, como cualquier novela, surge de varias semillas que fructificaron en ese lugar oscuro del cerebro donde se cocinan las ideas. En el caso de “Nos mienten” hay una muy clara influencia de los tiempos que nos han tocado vivir, la crisis que nos golpea desde el 2005, la degradación de los estados y el auge de “poderes” internacionales no sujetos al control de los pueblos soberanos.

Por concretar más, hay una frase que se puede considerar el detonante de “Nos mienten” La enunció Warren Buffet del siguiente modo:

“Hay una guerra de clases, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y la estamos ganando”

Esa frase es un muy buen resumen de “Nos mienten”

¿En qué género encuadraría su novela?
Si tengo que encuadrarla en un género sin duda sería el del thriller de acción. Es una novela que pretende enganchar al lector y dejarle temblando hasta que termina el libro. El escenario elegido es el futuro cercano, por ese lado se emparenta con la prospectiva y la ciencia ficción.

Sin embargo, si consideramos la naturaleza del escenario donde se desarrolla la acción, es una distopía, según el concepto moderno de tal género.

¿Distopía o ciencia ficción?
La taxonomía de los géneros termina convirtiéndose en una discusión tanto más estéril cuanto más preciso quieras ser. Prefiero hablar más de zonas de compatibilidad que la pertenencia a géneros concretos. En este caso sí, distopía, según el concepto moderno del término que se ha desarrollado después de “Los juegos del hambre” y películas como “Snowpiercer” que difiere en algunos aspectos de la distopía clásica, como “1984” o “Un mundo feliz”.

¿Ciencia Ficción? también, pero no la Ciencia Ficción más escénica, sino la que ahora se llama, con mucho acierto, prospectiva, la que pretende analizar el presente usando la herramienta de extrapolar hacia el futuro tendencias actuales.

¿La ficción es un buen vehículo para denunciar las injusticias?
La ficción es un buen vehículo que puedes usar para ir donde quieras, tanto para denunciar injusticias como para hablar de la condición humana; para entretener, transmitir sensaciones o ideas. Lo maravilloso de la colaboración que se establece entre escritores y lectores es que uno, el escritor, propone con sus mejores artes de seducción y el otro, el lector, se deja seducir, suspende la incredulidad y vive en el escenario que le propones lo que dura el consumo de la obra literaria. Es una comunicación que no llega por los cauces normales, sometidos a decodificación intelectual, sino que pasa fronteras por medio de la emoción y el placer de vivir una historia.

A mí me parece el mejor medio para transmitir cosas. El arte no es otra cosa que la más eficaz forma de transmisión cultural.

¿Cómo podría la crisis actual influir en el capitalismo de modo que éste evolucione como lo hace en la novela?
Todo depende de las decisiones individuales y colectivas que vayamos tomando día a día. Es uno de los aspectos en los que más incido en mi novela: no somos seres inermes, cualquier acción que tomemos, tiene una influencia que se extiende en el tiempo.

El futuro es una consecuencia del presente y que no podemos dejar que otros tomen las decisiones por ti.

¿Cómo definiría al capitalismo como sistema económico?
Una utopía a la que, a diferencia de otras, se le tolera su defectuosa implementación en el mundo real. Es fácil demostrar, hay pruebas de ello todos los días, que el capitalismo puro sin restricciones conduce a una autolisis social, a un colapso. Sin embargo, las tesis de que la competencia libre y el capitalismo sin restricciones se autorregula y conduce a sociedades más justas y mejores sigue siendo un mito poco cuestionado.

¿Cree que es necesaria una revisión a fondo de este sistema con vistas a cambios para evitar situaciones como las que describe en Nos mienten?
Las revisiones a fondo de este sistema y de cualquier otro no solo son necesarias sino imprescindibles. No hay sistemas perfectos, solo sistemas que deben adaptarse día a día al paso por el rodillo de la realidad, para ser eficaces. Todo cambia, esa es la única ley.

También es cierto que muchas veces lo que nos rige no son sistemas, proyectos de futuro estudiados y validadas por su paso por la realidad, sino mitologías sin fundamento que solo se mantienen por intereses de determinadas clases sociales o ineptitud intelectual.

Durante la actual crisis, en muchos temas económicos se han dado importantes pasos atrás. ¿Cree que recuperaremos esos derechos que hemos perdido?
Muchos creen que la crisis es temporal. Yo creo más bien que es sistémica, que ha venido para quedarse y que erradicar sus efectos perniciosos pasa por trabajar por el futuro con inteligencia y previsión.

Recuperar los derechos perdidos es relativamente sencillo. Ahora mismo estamos generando riqueza casi al mismo ritmo que en 2008. La diferencia fundamental: la brecha entre ricos y pobres ha crecido tanto que esa riqueza se reparte de forma aún más desigual que antes.

Y aunque lográramos una redistribución más justa , cosa que redundaría en una mejora de la economía y una posibilidad de regreso a las prestaciones perdidas, existe el grave problema de que el mundo no son solo los países ricos Europa, EEUU, sino el tercer mundo, con millones de seres humanos con necesidades no cubiertas. El planeta tiene recursos finitos, si no lo hacemos bien, puede que la situación no mejore porque simplemente no hay para todos.

Otras veces la ciencia y la tecnología han venido a ayudarnos. Así paso con la crisis de la alimentación en los 70, cuando la predicción de aumento de población mundial proyectaba un futuro de hambruna global. El problema se solventó y limitó por el aumento de rendimiento de los cultivos. Ahora tenemos el reto de la energía delante: el petróleo se acaba. Puede ser el fin de la civilización si no encontramos un remedio en fuentes de energía alternativas.

En Nos mienten la sanidad española es solamente de pago. ¿Opina que algún día nuestra sanidad dejará de ser gratuita y universal por temas económicos?
Hay muchos intereses de grandes corporaciones que ven eso como un futuro deseable. Tengo claro que eso, si llega a pasar, no será por temas económicos sino ideológicos y de interés comercial de esas grandes corporaciones.

La sanidad privada no solo es más cara sino que es peor para la mayoría de las personas que no sean los más ricos que pueden elegir el mejor hospital del mundo para sus dolencias. Hay pruebas de ello, los costos de la sanidad española son de los más bajos del mundo civilizado siendo de las más eficaces también. Es economía de escala y principios de funcionamiento no exclusivamente monetarios.

El problema es que la crisis es la excusa perfecta para convencernos de cosas. Acabamos con la sanidad pública porque hay crisis, cuando está demostrado que es mejor y más barata. Acabamos con el sistema público de pensiones porque no es sostenible, cuando los sistemas privados quiebran y te dejan sin cobertura con asombrosa regularidad.

En la novela, la Unión Europea se acaba disgregando. ¿Cree que éste es el futuro que le espera?
Tengo claro que el futuro de la Unión Europea pasa por recuperar el espíritu que la vio nacer, un entendimiento de países para compartir un mercado interior y una política común. La Unión Europea se ha convertido en lo contrario, un sistema para imponer decisiones a los países miembros. En esas condiciones no creo que dure, porque mantener una unión política y monetaria para vivir peor es difícilmente aceptable. El mayor enemigo de la Unión Europea y de un futuro mejor para los europeos es que todos los progresos en ese sentido perjudican a Estados Unidos. Son ellos los principales beneficiarios de una ruptura europea, y los europeos los más perjudicados, incluso los Alemanes y por supuesto los ingleses, saldrían perjudicados. Nosotros, curiosamente, sobreviviríamos más o menos igual, nuestra economía no es tan exportadora interiormente como lo es la suya.

¿Terminará cayendo la democracia, como lo hace en la novela?
La pregunta correcta sería ¿ha caído ya la democracia? Yo creo que no, pero están en ello. Como decía en la otra pregunta, la UE, el FMI y el BCE se han convertido en sofisticados mecanismos para que los gobiernos de los países no puedan tomar decisiones libres. Y son ellos los que tienen la delegación del poder soberano del pueblo, no oscuros conciábulos tecnocráticos que sirven a intereses no muy claros.

¿Opina que la clase media terminará desapareciendo?
Si no hay un cambio de tendencia, claro. Ahora de lo que se habla es de clase alta, una diminuta clase media de servicio a la alta y debajo una clase obrera que está también desapareciendo, un precariado, tal y como dice Guy Standing, que es como la clase obrera pero sin ninguno de sus derechos y, de hecho, sin conciencia de clase siguiera.

¿Cómo cree que se hará frente a la superpoblación?
Hay dos opciones, con ciencia e inteligencia, o del modo en que lo hace la madre naturaleza: mediante hambrunas y enfermedades. Lo único cierto es que los recursos son finitos y la población tiene el potencial de crecer infinitamente. Eso producirá un conflicto a no ser que consigamos reducir el crecimiento de la población y/o mejorar los recursos. Todo pasa por cambios tecnológicos y, lo más importante, culturales. Quizá no sea tan importante que todos tengamos coche pero sí que todos tengamos acceso a la sanidad y derechos laborales.

¿Por qué las políticas actuales tienden a olvidarse del futuro y no pensar muy a largo plazo?
Las políticas a largo plazo venden muy mal, sus resultados solo se ven en un plazo de tiempo que excede las expectativas de los que toman las decisiones, que suelen ser las siguientes elecciones.

Por eso esas políticas deben ser evaluadas desde el punto de vista, no de la rentabilidad electoral, sino técnicas.
Lo más curioso es que muchos políticos han llegado a vivir en el poder las nefastas consecuencias de su falta de capacidad para evaluar las consecuencias futuras de sus políticas. Aun así, no han aprendido y nosotros como ciudadanos tampoco, en muchas ocasiones, hemos adquirido la capacidad de exigírselo.

¿Cómo cree que avanzará la ingeniería genética en los próximos años?
Convirtiéndose es eso, ingeniería. Hasta ahora solo ha sido, en su mayor parte, ciencia, no tecnología. En el futuro los inmensos aportes que la ingeniería genética pueden aportar podrían ser la clave para resolver problemas, como por ejemplo, el del hambre en el mundo y las enfermedades endémicas en el tercer mundo.

Por miedo, y eso es en definitiva lo que mueve a los que se ponen en contra del desarrollo de esa tecnología, podemos quedarnos sin recursos valiosísimos para el futuro. El miedo a los problemas, que podría haberlos, se soluciona con previsión y medidas de prevención, como siempre que ha pasado cuando nos ha llegado una nueva tecnología.


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