Entrevista a Laia Grassi
No la busquen detrás de un escritorio convencional. La encontramos inmersa en el silencio reverberante de un espacio aún por definir, midiendo la luz que se cuela por una ventana, palpando la textura de una pared, escuchando la historia que un lugar vacío ansía contar. Laia Grassi no es solo una directora de arte; es una traductora de sensaciones, una coreógrafa de experiencias. En un mundo hiperdigitalizado, ella reclama el poder táctil, emocional y profundamente humano de lo físico. Su trabajo no se ve; se siente. Se habla de "branding" y ella piensa en el latido del corazón de una marca. Se habla de "retail" y ella imagina el escenario donde una persona vivirá un recuerdo. Hoy, en esta conversación, no vamos a hablar de tendencias. Vamos a desmontar la realidad para preguntar: ¿Qué siente un espacio? ¿A qué huele la confianza de un cliente? ¿Cómo se diseña un susurro que se convierta en un grito en el alma de quien lo recibe? Bienvenidos a la mente de una arquitecta de emociones.