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Nuria Labari
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Nuria Labari (Foto: Javier Oliaga)

Entrevista a Nuria Labari, autora de “Cosas que brillan cuando están rotas”

“Lo único que realmente nos ayudan son los libros”

jueves 04 de agosto de 2016, 10:52h

Nuria Labari divide su tiempo entre el periodismo y la literatura, aparte de sus hijas, claro está. “Cosas que brillan cuando están rotas” es su primera novela, ha tardado en perfilarla unos seis años, desde que publicó su primer libro de relatos “Los borrachos de mi vida”. El éxito que ha conseguido con su novela ha sorprendido a propios y extraños y en tan solo cuatro meses lleva seis ediciones y parece que van a ser más. “Ha sido un regalo del cielo, ya que no esperaba nada de la novela”, señala en la entrevista que mantuvimos recientemente.

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Nuria Labari (Foto: Javier Oliaga)

Cosas que brillan cuando están rotas es una novela complicada, tanto por el tema, como por las voces que empleo”, afirma la escritora cántabra en el salón de su casa donde nos recibe antes de desplazarse a su trabajo en Mediaset. La novela trata sobre el atentado del 11M, todos tenemos fresco en nuestro recuerdo aquel funesto día, de ahí la complejidad del tema. “Es un tema muy escurridizo. Están todavía demasiado cerca en el tiempo y todo el mundo tiene recuerdos cercanos del mismo”, nos dice durante entrevista. Esos días, Nuria Labari los vivió en primera persona, ya que estaba trabajando como periodista en la sección de Internet del diario El Mundo.

La escritora reconoce que le costó bastante publicar su novela. “Tuvo más de diez noes por parte de editoriales, pero cuando la presenté en Círculo de Tiza, les encantó y me garantizaron la publicación aun dejándome ir a otras editoriales”, indica con una sonrisa en los labios. Con su libro, inauguró la editorial madrileña su línea de ficción. Pese a las negativas, su recuerdo es que siempre la trataron muy bien en las editoriales.

La otra cuestión complicada fue el tema de las voces. “La escribí en tiempo pasado pero me dí cuenta que no terminaba de funcionar, de ahí que optase por utilizar el presente continuo. Para ello, necesité hacer un cronograma lo más preciso posible, ya que, como he dicho antes, los lectores tienen un recuerdo muy vivido de aquellos días y se acuerdan de todo. Por eso, es un tema conflictivo”, detalla la escritora santanderina. El libro trata sobre los diez días posteriores al atentado pero con una perspectiva diferente, visto a los ojos de una madura periodista y su marido e hija con una perspectiva de lejanía.

“Al pasarlo al presente continuo cree tres voces. En la primera versión la adolescente Clara era un joven y su voz no terminaba de funcionar. La novela tenía que tener su propio formato, de ahí el hacerlo a tres voces con la complejidad que eso acarrea, ya que era mi primera novela y las primeras obras suelen ser más sencillas, con una sola voz. De hecho, la novela que estoy escribiendo en estos momentos, sólo tiene una voz”, nos desvela la escritora y subraya “he ido aprendiendo un oficio que no tenía” y que suponemos la habrá ayudado su pareja sentimental.

Nuria Labari estuvo esos días cubriendo la información en los hospitales Gregorio Marañón y 12 de Octubre, hasta llegó a entrevistar, en exclusiva, a la madre de dos de los presuntos terroristas, uno de ellos continua todavía en la cárcel y el otro quedó en libertad unos días después del cruento atentado. La autora no quería hacer un reportaje del atentado, quería hacer algo distinto, de ahí que en lo que se basa es “en cómo se traza el amor en nuestra vida cotidiana, en cómo son las relaciones personales; para ello, tuve que hacer un pacto de profilaxis con la sociedad para seguir, ponerme unas orejeras sobre muchas cosas vividas”, explica con precisión.

“El mundo explotó delante de nuestras narices”, es su recuerdo de aquel día. Nuestra sociedad no estaba preparada para esa matanza. “Somos una sociedad utilitaria y se nos prepara para el éxito, no para la catástrofe”, manifiesta con rigor. Parece que queremos huir del fracaso, de ahí que escoja una periodista al borde del divorcio, con un matrimonio en crisis de amor y de abundancia y con un marido huido con su hija a Berlín. Un ejercicio de enfrentarse a las crisis en todas sus dimensiones. En su opinión, “nos relacionamos muy poco con el Universo”, por eso quería que los protagonistas tuvieran otro tipo de relación.

“Lo que quería describir era un juego de espejos de la crisis entre los personajes. Existe una crisis a tres niveles. La experiencia que viví en los atentados me dejó muy tocada”, describe la escritora santanderina y añade sin confusión “nos construimos las realidades a base de perjuicios. La madre creía que su hija era inocente, realmente no la conocía y eso le pasa a casi toda la sociedad”.

Nuria Labari se muestra crítica con la cultura de nuestro país. “Todo lo que hace falta son libros, tenemos lo mejor de la tecnología de la información pero la mayoría no está leyendo literatura y lo único que realmente nos ayudan son los libros. Cada vez leemos menos. La relación con la cultura en este país es un poco paupérrima”, sostiene con conocimiento de causa ya que en la empresa en la que trabaja, en su departamento de Internet, es un claro ejemplo de incultura, los programas basura y lo soez campan a sus anchas, de lo que está muy orgulloso su consejero-delegado italiano, que encima presume de ello.

“El ocio funciona fenomenal, los mass-media, también; pero nos falta cultura de base. Lo mismo que falta fútbol base en el deporte, carecemos, y es mucho más necesario, cultura de base”, analiza con precisión. En Gran Bretaña ya son conscientes de este hecho y algunos médicos están comenzando a prescribir leer libros, sobre todo a los jóvenes", mantiene razonadamente. Esperemos que esa novedad llegue pronto a nuestras calurosas tierras. Otro de los problemas que cita la escritora es que “los jóvenes no pueden construir su relato porque no han leído un relato”.

Cosas que brillan cuando están rotas” tiene tres protagonistas pero a la autora le encantan las voces adolescentes, “Clara es la que más evoluciona y lo hace bien. Yo he sido Clara alguna vez, todavía no he llegado a ser Eva o Eric”, apunta con una sonrisa en los labios. “Eric es un tío tan organizado que se maneja por mail y con hojas excel, se nota que es de ascendencia alemana”, cuenta.

La escritora cree que nos han contado toda la realidad sobre el atentado, aunque la realidad fue muy compleja y estuvo pésimamente gestionada. “No creo en ninguna teoría de la conspiración. Las verdades son resbaladizas, hasta tal punto que no siempre contamos toda la verdad ya que es difícil de manejar”, concluye con mucho tacto.

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