Tras la lectura de Madre lluvia, libro del poeta cordobés afincado en Almería, José Antonio Santano, no puedo decir sino que he quedado impresionado y conmovido. Tengo la certeza de que pocas veces la expresión formal ha cumplido su misión de significar en poesía como lo hace en esos poemas. El delgado hilo de los versos, de seis o siete sílabas en su mayoría, que se enhebran sin interrupción hasta el final, con algunas excepciones, van calando en la lectura como la lluvia fina del recuerdo. Qué difícil mantener esa tensión, sin puntos interiores, incluso en poemas extensos como "Aventura la noche..." o "Continua madre lluvia...". Los sustantivos esenciales van goteando insistentemente desde el principio: luz, silencio, tiempo, soledad, ausencia, tierra, noche, sangre, origen, nostalgia, dolor... Y empapan, empapan la memoria, los recuerdos, con la muerte y las muertes, con la injusticia, con la guerra terrible mientras la madre sigue en su sillón de orejeras esperando el final. Disculpen mi torpeza porque voy a ser incapaz de condensar tantos aciertos en pocas palabras: La letanía, casi oración laica, de los primeros versos de los poemas, va adensándose hacia el final: "lluvia madre o madre lluvia... interminable, inefable, incesante, continua, en la memoria, dolida, en la sala, callada ('ante el silencio terrible de los vencidos'), en estanques, pertinaz, despierta..." para ser, al final, "madre lluvia tu nombre" en el poema más extenso del libro. La breve "Plegaria" posterior (una plegaria en la que nada se pide) es precisamente eso, una letanía. Nada se pide porque ya todo se ha terminado. Por eso, será en los dos versos finales del "Epílogo", donde aparecerá la paz. Por primera vez la palabra se remansa y se armoniza en el ritmo lento de los alejandrinos: "Nuevamente la lluvia por su pálido rostro / en rumor de silencios y una leve sonrisa". ¡Qué buen libro Madre lluvia! ¡Y qué insuficientes mis palabras apresuradas! Concluyo esta breve reseña con unos versos de Borges que bien podrían haber acompañado los magníficos de las citas iniciales. Dicen así: "...ya cae la lluvia minuciosa. / Cae o cayó. La lluvia es una cosa / que sin duda sucede en el pasado. // Quien la oye caer ha recobrado / el tiempo...” Puedes comprar el poemario en:
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