En medio de la multitud que se manifiesta el Primero de Mayo, una joven se siente perdida. La cantidad de personas a su alrededor es abrumadora. Convencida de que Adolf Hitler representa la gran esperanza tanto para el pueblo alemán como para el mundo, Elisabeth Weber, nacida en Berlín, sostiene esa creencia con firmeza. Ese día, tendrá la oportunidad de conocer a Erwin Dobbien, un miembro de las SA que comparte su ceguera hacia el nacionalsocialismo. Ambos, impulsados por un entusiasmo casi adolescente, cierran los ojos ante las atrocidades del régimen.
"Hay que honrar al Führer, el salvador... Pero tú, fotografía de mi Führer, tú te vendrás conmigo; siempre te reservaré un lugar de honor, dondequiera que vaya. Tú, bendito Führer, guíame a la felicidad. Quieres regalarnos felicidad a los jóvenes, una felicidad sencilla y saludable. No queremos degenerar como la juventud que nos precedió: en trincheras, en la miseria, en el desempleo, en la calle. Guíanos ahora. Solo una vez tuve dudas. Pregunté: ¿A dónde nos guías? Pero fue solo un momento de desaliento, créeme, mi Führer..." reflexiona mientras imagina un futuro junto al joven de las SA: una vida juntos como pareja estable, casados en una casa con hijos y llenos de felicidad. Sin embargo, ese pensamiento no durará mucho tiempo. "Tú no eres nada; tu nación lo es todo", será una frase que escuchará repetidamente cuando sea llevada a un campo de trabajo y su vida dé un giro drástico.
Elisabeth comienza a abrir los ojos lentamente, rodeada de otras jóvenes que compartirán un barracón con una única letrina. La dura realidad que enfrenta es muy diferente a lo que había imaginado. A medida que se somete a ejercicios agotadores y a una disciplina estricta, se encuentra cara a cara con la auténtica esencia del nacionalsocialismo y el horror perpetrado por los nazis. Por esta razón, decide instigar una rebelión.
La novela "Elisabeth, una muchacha hitleriana" fue publicada por entregas en el periódico del exilio “Pariser Tagblatt”, el diario alemán más relevante en Francia durante los años treinta, entre abril y junio de 1937. Esta obra responde de manera clara a la novela juvenil de propaganda demagógica titulada "Ulla, ein Hitlermädel" (1933), escrita por Helga Knöpke-Joest. Maria Leitner, utilizando un lenguaje intencionadamente sencillo que refleja la perspectiva de una joven berlinesa centrada inicialmente en su propia felicidad, logró crear un retrato moral coherente de los seguidores "comunes" de la era nazi.
La vida de Maria Leitner, periodista y escritora revolucionaria húngara naturalizada alemana, es tan fascinante como dura y terrible. Nacida en 1892 y fallecida en 1942, Leitner vivió una existencia llena de altibajos, durante la cual escribió novelas y destacados reportajes, empleando la inusual figura del periodista encubierto. Proveniente de una familia burguesa judía, se convirtió al comunismo y colaboró con diversos periódicos y revistas a lo largo de la República de Weimar.
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