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Fernando Martínez Laínez
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Entrevista a Fernando Martínez Laínez, autor de “Las Lanzas"

“La escasez de políticos de talla, con sentido del Estado, es uno de los agujeros negros de la historia de España”
domingo 08 de octubre de 2017, 17:52h

Fernando Martínez Laínez es un gran escritor de novelas históricas y de libros de divulgación histórica. Sobre los Tercios españoles ha escrito tres volúmenes: Banderas lejanas, Una pica en Flandes y Tercios de España. Su nueva novela “Las Lanzas” es la primera entrega de la trilogía “La senda de los Tercios”, donde relata la vida de estos soldados españoles del siglo XVII en los Países Bajos; sus penurias, sus excesos y sus heroísmos.


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Fernando Martínez Laínez
Fernando Martínez Laínez

Periodista y escritor, ha sido delegado de la Agencia EFE en Cuba, Argentina y la Unión Soviética, y corresponsal en Gran Bretaña. Su pasión por los tercios la tiene desde hace muchos años, además ha escrito la novela El náufrago de la Gran Armada sobre el intento de conquista de Inglaterra por parte de Felipe II. Tiene escrita poesía, ensayo y novelas policiacas, de las cuales es un gran entendido. En la entrevista, contesta con rigurosidad y pasión, mostrándonos algunos de los secretos de su nueva novela, que está llamada a ser una de las más importantes del año en el género de novela histórica.

Para comenzar quisiera que nos explicara el porqué de su pasión por los Tercios, ya que este es su segundo libro después de “Un pica en Flandes” y no va a ser el último.
Tuve la suerte de interesarme desde hace mucho tiempo por la historia, pero, concretando más, empecé a profundizar en el estudio de los tercios con el recorrido que realicé por el Camino Español, que se iniciaba en Génova o Milán hasta Flandes. El resultado fue el libro titulado “Una pica en Flandes- La epopeya del Camino Español”, y poco después se creó la Asociación de Amigos del Camino Español de los Tercios, que actualmente mantiene vivo el recuerdo de esta hazaña logística y realiza viajes todos los años a lugares de los Países Bajos donde actuaron los tercios.

Ha planificado La senda de los Tercios como una trilogía. En “Las Lanzas” cubre, más o menos, el primer tercio del siglo XVII. ¿Por qué ha escogido llevar una cronología exacta de los hechos y del siglo?
Creo que representa un momento histórico excepcionalmente dramático para España, porque recoge el final de la hegemonía militar española en Europa, cuando los tercios, después de alcanzar su apogeo en Breda, terminan siendo derrotados en la Guerra de los 30 Años. A partir de ahí, nuestro papel en el mundo ya no volvió a ser lo que era.

¿El título de la novela es un homenaje a la Rendición de Breda y al cuadro de Velázquez?
En buena parte, así es. Un homenaje y un recordatorio de lo que fuimos y luego dejamos de ser.

¿Fueron los tercios la mejor infantería de su tiempo?
Sin duda lo fueron durante mucho tiempo. Así lo reconocieron sus contemporáneos dentro y fuera de España. Los testimonios están ahí.

La novela tiene dos claros protagonistas, Alonso de Montenegro y Ambrosio de Spinola. Ambos de diferentes estratos sociales. ¿Ha buscado dar las visiones diferentes del soldado y de la nobleza?
Sí. Lo que me propuse fue alternar dos visiones de personajes complementarios en la aceptación de un destino que, en el caso de Montenegro, le viene impuesto por las circunstancias, y en el de Spinola por la búsqueda ansiosa en pos de la gloria. La novela quiere reflejar también el modo de vivir y pelear de los tercios de Flandes. Una guerra implacable que duró 80 años.

Ambos reflexionan sobre la guerra desde dos puntos de vista diferentes. Spinola tacha a la nobleza y al poder político, a la que pertenecía, como incompetente, de mala fe y demasiado burocrática. ¿Sigue siendo nuestra clase política igual?
En muchos casos sí, y aún peores. La escasez de políticos de talla, con sentido del Estado, es uno de los agujeros negros de la historia de España.

Alonso de Montenegro reflexiona como una persona del pueblo llano. ¿Le ha gustado dar dos puntos de vista tan diferentes aunque no lejanos?
Al final son dos puntos de vista que coinciden en la aceptación de una realidad que les supera. Les queda la nostalgia del destino impuesto por una causa en la que creen, pero que saben perdida. Es la tragedia de cualquier héroe.

La novela tiene diferentes planos temporales, unos se desarrollan a comienzos del siglo y pasa por las dos primeras décadas del siglo y la trama principal entre 1630, con los Spinola, y 1635 con Alonso de Montenegro. ¿Por qué ha elegido esta forma de desarrollar la trama?
Me pareció la más conveniente con la idea de configurar el argumento como una especie de panorámica de voces y pensamientos diferentes, sin recurrir a descripciones excesivas. En cuanto a la forma, hay saltos de tiempo y espacio que en ocasiones fragmentan el relato, porque la realidad de lo que recordamos es siempre fragmentaria y parcial. El relato histórico, desde el punto de vista de quien lo recuerda, nunca es por completo coherente.

Ha utilizado dos narradores, el omnisciente y la primera persona con Alonso de Montenegro. ¿Por qué ha querido utilizar estas dos voces?
Ambas incluyen una alternancia de enfoques que se unen al final. Son dos caras de la misma moneda.

También he observado que los capítulos son más cortos que en otros libros suyos. ¿Por qué ha elegido esta forma de narración?
Responde sobre todo al deseo de agilizar la acción y facilitar la atención del lector.

Como siempre utiliza gran cantidad de personajes. ¿Podríamos decir que estamos ante una novela histórica coral? ¿Por qué le gusta utilizar tantos personajes?
Es un modo de reflejar una gama amplia de sucesos y situaciones capaces de aportar puntos de vista diferentes, con palabras y expresiones propias del momento histórico en que se desarrolla la acción. Con esa perspectiva podríamos decir que se trata de una novela o historia novelada coral, porque en ella se refleja el conjunto de un país en un determinado momento histórico.

De todos los que ha descrito, ¿tiene alguno favorito?
En el caso de Las Lanzas, aunque Spínola es el personaje sobre el que se centra la obra, Alonso de Montenegro es el gran protagonista desde el punto de vista humano. Es el símbolo de una España frustrada que perdió el poder mundial por la falta de hombres y dinero.

¿Qué personaje le ha costado más describir? ¿Alguno se le ha hecho antipático?
Sobre la primera pregunta: quizá Isabel Clara Eugenia, la hija preferida de Felipe II que pudo ser reina de Francia y fue gobernadora soberana de Flandes. Era una mujer con dotes de estadista que terminó siendo respetada por casi todos. Su personalidad siempre se vio refrenada por los condicionamientos políticos que le impuso primero su padre, y luego su hermano Felipe III y su propio esposo, el archiduque Alberto. Conocía la realidad de Flandes a fondo, y de haber dispuesto de medios suficientes es posible que hubiera podido dar fin ventajosamente a la guerra.

En cuanto a la segunda parte de la pregunta, el personaje traidor, cuyo nombre no voy a revelar ahora.

En la novela pone en boca de Ambrosio de Spinola la descripción del carácter quisquilloso, receloso y discutidor del español. ¿Ese carácter nos hizo perder tierras en Europa?
Sin duda, pero sobre todo contribuyó a fomentar la división y el tribalismo de gentes y reinos en nuestro propio país. Esa realidad, esto ha cambiado poco. La mentalidad de España es todavía, en muchos aspectos, propia de un país medieval por ese afán disgregador que nos caracteriza.

Otra de las lacras era la financiación de las guerras. ¿Cómo llevaban los soldados del atraso de las pagas que a veces se retrasaban más de dos años?
Lo llevaban muy mal, y por eso los motines en Flandes fueron una plaga, avivada además por el espionaje holandés. Hay que tener en cuenta que los soldados cuando no cobraban sus pagas se convertían en mendigos, porque tenían que costear casi siempre su propia manutención y vestimenta, y en ocasiones hasta la pólvora y las balas.

¿Cómo calificaría la gestión del oro de América? ¿Quiénes fueron los principales beneficiarios?
El oro y la plata procedentes de América fueron una realidad que nos vino obligada por la historia, y que no supimos aprovechar lo suficiente como para fomentar nuestra propia riqueza. Los principales beneficiarios eran los asentistas y banqueros, casi todos de procedencia italiana, holandesa o alemana, que mantenían maniatado a un Estado endeudado hasta las cejas. Pero hubo un momento en que España era tan poderosa que el dinero parecía inagotable.

En la novela convierte a Velázquez en otro protagonista más. ¿Se fijó en los cuadros que pintó para escoger a los protagonistas de la novela?
En algún caso sí, como ocurrió por ejemplo con el maestre de campo general Carlos Coloma, el sucesor de Spinola en el gobierno de Flandes. Otro protagonista es el pintor Rubens que fue agente secreto de la Corona hispana y tuvo estrecha relación con Velázquez y la gobernadora Isabel Clara Eugenia.

La fijación de Felipe II y Felipe III contra el protestantismo nos llevó a una guerra de religiones, tanto con los ingleses como con los holandeses. Si no se hubiese tenido esa fijación por la conquista de las Islas Británicas, ¿se hubiera cambiado el curso de la historia?
Seguramente, pero las circunstancias históricas son irrepetibles. España actuó contra Inglaterra porque el gobierno de aquel país, en esos momentos, desarrollaba una política muy hostil y agresiva contra los intereses hispanos. Los ataques españoles suponían, en muchos casos, acciones de contraofensiva, eran un modo de defenderse de los ataques que continuamente sufría un imperio tan extenso como el español en todo el mundo.

¿Nadie se dio cuenta de que las treguas eran beneficiosas para el comercio?
Claro que eran beneficiosas, pero las guerras en el mar eran más beneficiosas que las treguas para los holandeses y los ingleses, que atacaban constantemente las líneas de comunicación españolas en ultramar. Ese comercio a cañonazos fue lo que forjó la gran riqueza de Holanda y Gran Bretaña. España no desempeñó un papel comercial muy brillante a escala mundial, pero a sus enemigos en Flandes no les interesaba una paz que mermaba sus beneficios económicos en América y el océano Pacífico. El desentendimiento se daba por ambas partes y no fue sólo culpa de España.

¿Cómo tiene planificado el resto de la trilogía? ¿Cómo publicará la siguiente entrega?
Prefiero no adelantar mucho sobre esto. Las restantes novelas tratarán del auge y el ocaso de los tercios y espero que no se demoren mucho.

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