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Ernesto Cardenal
Ernesto Cardenal (Foto: Archivo)

Ernesto Cardenal recibe el XXI Premio Reina Sofía de Poesía

"La religión divide a los pueblos", afirmó el poeta nicaragüense
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

El poeta Ernesto Cardenal, recibe esta tarde de manos de la Reina de España el XXI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana; este poeta que se ha definido a sí mismo como “defensor de los oprimidos y los pobres” aseguró por la mañana en el Palacio Real de Madrid que “la ciencia acerca más a Dios y la religión divide y aturde a los pueblos”.

"Hidrógeno enamorado" es su nueva antología que publica la Universidad de Salamanca

El poeta, que reconoce llevar leídos cientos de libros sobre la ciencia, se definió como un “lector voraz de libros de divulgación científica”. Esas lecturas le han llevado a tener una opinión contraria hacia la religión, por eso señala que se ha consagrado a la Teología de la Liberación o como él mismo dice a “la teología de la revolución”. Por eso opina que todavía queda por hacer una gran revolución: “Será una revolución mundial, que será una y es inevitable”.

Esa revolución ya le llevó a Jesús a hablar sobre el Reino de Dios, “expresión subversiva que lo llevó a la muerte”, por eso cree que “otra Iglesia es posible, otro dios también es posible y todo eso significa la palabra revolución”, explica. De ahí que repita varias veces que la “ciencia me acerca más a Dios” y que crea que él sea una excepción como poeta, ya que dedica buena parte de su obra a la ciencia, que en su opinión “es cada vez más maravillosa.

Y si la ciencia es maravillosa, también lo es el teléfono móvil, “el invento más grande de la humanidad, baste pasear por el África negra para ver cómo hasta en la selva sus habitantes van con celulares”, dice jocoso. Por eso, ha escrito un poema al celular que no se resistió en declamar. El poema El Celular tiene un fuerte contenido reivindicativo que denuncia la explotación infantil en el trabajo. Está incluido en la obra antológica Hidrógeno Enamorado que publica la Universidad de Salamanca con motivo de este galardón, en colaboración con Patrimonio Nacional y en el que se recogen una selección de sus poemas desde los más tempranos hasta los más recientes.

“En el Congo están el 80% de las reservas de Coltan”, señala el poeta. Ya el escritor canario Alberto Vázquez-Figueroa denunció en su novela Coltán la explotación a la que eran sometidos los niños del Congo. En esa explotación muchas empresas de móviles están implicadas y no sólo esa, sino también hasta grandes medios de comunicación como el New York Times. “Niños de siete a diez años extraen el coltán por 25 centavos al día", critica el poeta, para quien Dios y la ciencia son los principales motores de su poesía. “Mi unión con Dios es lo que me hace escribir y no escribir también, cuando el silencio es mejor que la palabra”, recalca.

El premio que recibe el poeta nicaragüense está dotado con 42.100 euros y asegura que este galardón "no es muy merecido, más bien me lo dan por razones extraliterarias", puntualiza con modestia el poeta que según ha descrito Noemí Domínguez, vicerrectora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Salamanca es un autor cuyos versos sólo hablan del amor en todas sus facetas, desde la atracción que sentía por las "jovencitas" hasta su "amor cósmico". "Vive poseído por un amor global sin límites", explicó.

El portavoz del jurado del galardón, Luis Antonio de Villena, considera al poeta y teólogo de la sempiterna boina negra como un poeta "comprometido" y "marxista" que, sin embargo, no le lleva a mostrar sus fuertes discrepancias con el gobierno actual de Daniel Ortega después de haber sido ministro de Cultura del Gobierno de Reconstrucción Nacional de Nicaragua hasta 1987.

Para La antóloga María Ángeles Pérez López “la capacidad de Ernesto para conectar con los lectores es extraordinaria”. Hizo una semblanza del poeta y sacerdote en la que mostró su lucha por la transformación política de su país y su oposición radical a la dictadura de Somoza.

Ernesto Cardenal nació en Nicaragua en 1925, es licenciado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Entre 1949 y 1950 se dedicó a viajar por Europa. En esta época se inició en otra de sus pasiones artísticas: la escultura. En el año 1952 fundó una pequeña editorial de poesía, El hilo azul. En 1954 participó en un movimiento armado que intentó asaltar el Palacio Presidencial y que fue conocido en Nicaragua como 'La Rebelión de Abril'. En 1957 su vida da un giro total al decidir hacerse monje trapense e ingresar en el Monasterio de Gethsemani, Kentucky (EE.UU). Ingresó más tarde en el Monasterio Benedictino de Cuernavaca, México, donde permaneció dos años.

El premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana tiene como objetivo reconocer el conjunto de la obra de un autor vivo, que por su valor literario constituye una aportación relevante al patrimonio cultural común de Iberoamérica y España. El jurado ha estado compuesto por: José Rodríguez-Spiteri Palazuelo, presidente del patrimonio nacional; Daniel Hernández Ruiperez, rector de la Universidad de Salamanca; José Manuel Blecua, director de la Real Academia Española; Adrián Vitier Rodríguez (nieto de Fina García Marrúz - XX Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana); Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes y académico de la RAE; Gloria Pérez Salmerón; directora de la Biblioteca Nacional y Antonio Lobo Antunes, escritor portugués; Pilar Martín-Laborda y Bergasa, directora de imagen, promoción y desarrollo del patrimonio nacional. También han formado parte de este jurado José Manuel Mendes, director del instituto del libro portugués; Genoveva Iriarte, directora general del instituto Caro y Cuervo; Soledad Puértolas, escritora; Luís Antonio de Villena poeta y Jaime Siles, poeta; José Miguel Santiago Castelo; subdirector de ABC y poeta; Luis Alberto de Cuenca, poeta; José Manuel Caballero Bonald, poeta; Javier Sanjose Lera, director departamento de lengua y literatura de la Universidad de Salamanca, Emilio de Miguel Martínez, profesor de la Universidad de Salamanca, y Esther Martínez Quinteiro, secretaria del premio.

Entre los ganadores de este galardón anual se cuentan el chileno Gonzalo Rojas (1992), el madrileño José Hierro (1995), el asturiano Ángel González (1996), el uruguayo Mario Benedetti (1999), el catalán Pere Gimferrer (2000), el andaluz José Manuel Caballero Bonald (2004), el argentino Juan Gelman (2005), el valenciano Francisco Brines (2010) y la cubana Fina García(2011).

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