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Javier Castillo
Javier Castillo (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Javier Castillo: “Siempre pienso que es lo peor que le puede pasar a mis personajes y hago que les pase”

Autor del thriller "El día que se perdió el amor"
Por Javier Velasco Oliaga
domingo 04 de febrero de 2018, 01:00h

En menos de un año Javier Castillo ha batido todos los récords de ventas de libros. A día de hoy, su segundo novela “El día que se perdió el amor” es la más vendida del país y su primera obra se sitúa en cuarta posición.

El día que se perdió la cordura” ha vendido más de 100.000 ejemplares y al calor de la nueva novela, se han vuelto a disparar las ventas. En su editorial, no pueden estar más contentos. Saben que la apuesta que han hecho por el escritor malagueño no ha podido ser más acertada. La lástima es que esta novela no tenga continuación. “El proyecto ha sido una bilogía que ya no tendrá más secuelas. Ahora, estoy escribiendo un thriller totalmente diferente”, nos anticipa Javier Castillo en la entrevista que hemos mantenido en la tranquila cafetería de un conocido hotel de la calle Goya.

El arranque de sus dos novelas tiene un gran parecido. “En ambas aparece una persona desnuda vagando por la calles de una ciudad. Ha sido un guiño al inicio de la primera”, reconoce el escritor criado en Málaga. En “El día que se perdió el amor” es un homenaje al amor que siente el protagonista Jacob por Amanda. “Lo tiene absolutamente idealizado. Fue un amor a primera vista”, nos desvela el autor con una sonrisa de oreja a oreja.

Los temas que más interesan a los lectores son: el amor, la muerte y la locura

El día que se perdió el amor” tiene cinco tramas diferentes que van convergiendo paulatinamente, cuatro de ellas están escritas en tercera persona y la quinta, la protagonizada por Jakob, lo hace en primera persona. “En esta ocasión he puesto al inicio de cada capítulo el nombre del protagonista. Algunos lectores me dijeron que se había perdido en la primera novela”, confiesa con humildad y no es de extrañar porque las tramas de sus novelas son complicadas y enrevesadas. “Son como un puzzle que hasta que no has colocado la última pieza no sabes realmente lo que ha ocurrido”, afirma taxativo.

En ambas novelas, hay bastantes puntos de locura. Y en esta última hay una locura que conduce al amor. Para Javier Castillo, “los temas que más interesan a los lectores son: el amor, la muerte y la locura. En mi novelas hay mucho de estos tres temas”, señala el autor mientras nos tomamos un café bien cargado debido al cansancio acumulado de realizar tantas entrevistas en pocos días. También reconoce que es difícil leer la segunda entrega sin haber leído la primera. “Doy muchas claves al lector para que no se sienta perdido pero las dos novelas se complementan en un todo”, desgrana.

“Cuando se tienen cinco tramas diferentes, el lector ve diferentes puntos de vista que enriquecen la obra”

El día que se perdió la cordura” tiene tres tramas en paralelo, la siguiente novela llega a cinco y varios cambios temporales a una historia ocurrida nueve años antes; si bien las cuatro tramas restantes siguen “una misma línea temporal”, apunta y continúa explicando “cuando se tienen cinco tramas diferentes, el lector ve diferentes puntos de vista que enriquecen la obra. Es como si tuviese diferentes cámaras cinematográficas para seguir la acción desde diferentes puntos. Lo que yo creo que hace que enganche una narración”.

Para Javier Castillo, “El ritmo es muy importante. Yo lo llevo hasta el extremo para que no se pueda parar de leer. Yo suelo mezclar el ritmo frenético de la trama con varios géneros literarios. El día que se perdió el amor es una novela romántica pero, también, una novela negra o policíaca, una novela de misterio e, incluso, una distopía”, analiza sagazmente el autor que ha sido capaz de seducir a miles de lectores con sus novelas y que se explica con suma claridad y cercanía.

Ha escogido un protagonista, el agente Bowring del FBI, que es un alma cándida y un poco patán. “Un policía fácilmente manipulable que ya no le gusta su trabajo y sólo piensa en irse a casa a coleccionar sellos. Todo se le escapa de las manos y no sabe muy bien por donde anda”, describe el autor a su protagonista.

La novela sucede en New York pero podría haberse desarrollado en cualquier otra ciudad. “Primero ideo la trama de la novela y luego busco la ubicación. Hoy día con Google View es fácil describir los sitios, ayuda muchísimo”, expresa. El trabajo que hace con los personajes es muy minucioso. A nadie le gustaría ser un personaje de Javier Castillo porque “siempre pienso que es lo peor que le puede pasar a un personaje y hago que le pase”, afirma rotundo.

Con esos mimbres, a las novelas de Javier Castillo sólo le puede pasar una cosa: que funcionan. Novelas que enganchan desde las primeras páginas. Tramas que se entrecruzan. Finales de capítulos que te dejan colgado del abismo, sorpresas a cada salto de página y una estética muy visual que inunda sus narraciones. “La estética de las series televisivas y de los thrillers está presente en muchas novelas actuales. No podemos dar la espalda a los nuevos cánones y a la tecnología. Hoy día un autor que no se maneje en las redes sociales pierde un canal de comunicación con sus lectores importantísimo”, concluye el escritor radicado en la soleada y cosmopolita Málaga.

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