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Joaquín Pérez Azaústre recibe el V Premio de Novela Albert Jovell por “Atocha 55”
(Foto: Javier Velasco Oliaga)

Joaquín Pérez Azaústre recibe el V Premio de Novela Albert Jovell por “Atocha 55”

Por Javier Velasco Oliaga
martes 04 de febrero de 2020, 14:00h

Por su novela “Atocha 55”, Joaquín Pérez Azaústre recibió el pasado 31 de enero, en la sede del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de Madrid, el Premio de Novela Albert Jovell. El acto contó con la participación del Dr. Serafín Romero, presidente de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC), del Dr. José María Rodriguez Vicente, secretario general de la Fundación y del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.

  • El ministro Luis Planas bien acompañado

    El ministro Luis Planas bien acompañado

Joaquín Pérez Azaústre
Joaquín Pérez Azaústre (Foto: Javier Velasco Oliaga)

La novela premiada pone el foco en los rostros y voces de los abogados laboralistas que vivieron la tragedia de la noche del 24 de enero de 1977 en Madrid. El pasado 24 de enero fue el aniversario de la matanza perpetrada a los abogados laboralistas 43 años atrás, por lo que la novela de Joaquín Pérez Azaústre no ha podido ser más oportuna. La novela se adentra en las motivaciones éticas y políticas que los condujeron al ejercicio de la abogacía en la defensa de los obreros y de los presos políticos al final del franquismo.

En enero de 1977, bajo la presidencia de Adolfo Suárez, se promulgó la Ley 1/1977 para la Reforma Política. Franco había muerto dos años antes y la ciudadanía se pronunciaba a favor de la democracia de partidos, la libertad y la amnistía para los presos políticos, pero las estructuras de la Dictadura se resistían a perder sus privilegios.

La noche del 24 de enero un comando de extrema derecha irrumpió en un despacho de jóvenes abogados laboralistas de Madrid, militantes del Partido Comunista de España. Fueron asesinados Luis Javier Benavides Orgaz, Francisco Javier Sauquillo Pérez del Arco, Enrique Valdelvira Ibáñez, Serafín Holgado de Antonio y Ángel Rodríguez Leal. Resultaron gravemente heridos Miguel Sarabia Gil, Luis Ramos Pardo, Dolores González Ruiz y Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell. Fue en el número 55 de la calle Atocha, en Madrid.

El idealismo y la justicia social, pero también el afán constructivo, en un sentido cívico de la convivencia, fueron algunas de sus motivaciones y las bases de nuestra democracia. O el entendimiento entre contrarios, encarnado en la figura del decano del Colegio de Abogados de Madrid, Antonio Pedrol Rius, que había sido fiscal contra los jefes de las checas en Madrid tras la guerra civil y que, estando contra el comunismo, se posicionó con sus compañeros, abogados jóvenes y víctimas de aquel crimen terrible que conmocionó a España y que llenó las calles de Madrid, tras una manifestación masiva que aún se recuerda, de un ensordecedor silencio.

“El proceso de creación de la novela me ha hecho mejor persona”

Joaquín Pérez Azaústre dijo, durante su intervención, que “siempre quise contar esta historia. Me faltaba tener una relación con el dolor y esa relación me la facilitó Joaquín Leguina presentándome a algunos de los protagonistas de la tragedia”. El escritor ha creído conveniente dejar pasar un tiempo para sentirse preparado. “Es una novela que no se puede escribir con 20 años”, apuntó y añadió “el proceso de creación de la novela me ha hecho mejor persona”.

“El libro no se podría haber escrito sin la colaboración de personas como Manuela Carmena, Cristina Almeida, José María Mohedano –que me abrió una puerta más, me dio el rostro humano de sus amigos de juventud, Ruano y Sauquillo-, Paca Sauquillo y Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, al que utilizo como vehículo”, enumeró.

Presentando al escritor cordobés estuvo el escritor José Manuel de Prada que calificó la novela como “la crónica de una sanación. Trata sobre una herida sangrante que tiene que sanarse. Una novela psicológica de momentos muy emocionantes. Ha rehuído de la novela de no-ficción o de la histórica. Para mí, es una novela verdadera que presenta una realidad trasmutada. Con un estilo personal e intransferible, siempre atento a esas menudencias del corazón. En resumen, una catarsis social a través de la literatura”.

Siguió en el uso de la palabra el poeta y periodista Antonio de Lucas que vio en el relato “los puntos de fuga del poeta que es Joaquín”. Y siguió diciendo que “la novela es una forma de dignificar la transición que ha sido malversada. Es el recuerdo de nuestros padres y abuelos. Leer la novela es reencontrarse con el espejo de lo que fuimos y somos. La memoria es inexpugnable y nos tiene que acompañar toda la vida. Cuando leí la novela me emocione”.

La medicina es la más humana de las ciencias

Posteriormente habló el editor Javier Ortega que quiso agradecer desde la editorial a todos los intervinientes en el acto y en la edición del libro. “La novela me recordó A sangre fría, de Truman Capote. Una obra sobre la venganza”, apuntó el responsable de la Editorial Almuzara, encargada de la publicación de los premios Albert Novell.

Luis Planas fue el encargado de poner punto y final al acto. En su intervención, recordó a los muchos médicos que se han dedicado a la literatura, comenzando por el médico cordobés Maimónides y pasando por Martín-Santos, Chejov, Baroja o Lobo Antunes. “La medicina es la más humana de las ciencias”, afirmó el ministro y concluyó dando la enhorabuena al autor y prometiendo que leerá en breve su novela.

Joaquín Pérez Azaústre nació en Córdoba en 1976 y reside en Madrid, donde obtuvo una Beca de Creación en la Residencia de Estudiantes entre 2000 y 2002 y se licenció en Derecho por la Universidad Complutense. Ha publicado los libros de poemas ‘Una interpretación’ (Rialp, 2001, Premio Adonáis), Delta (Visor, 2004, Accésit del Premio Jaime Gil de Biedma), ‘El jersey rojo’ (Visor, 2006, Premio Fundación Loewe Joven), ‘El precio de una cena en Chez Mourice’ (Algaida, 2007), ‘Las Ollerías’ (Visor, 2011, Premio Internacional Fundación Loewe), ‘Vida y leyenda del jinete eléctrico’ (Visor, 2013, Premio Internacional Jaime Gil de Biedma) y Poemas para ser leídos en un centro comercial (Vandalia, Fundación José Manuel Lara, 2017). Como narrador, es autor del libro de relatos ‘Carta a Isadora’ (Ediciones B, 2001) y de las novelas ‘América’ (Seix Barral, 2004, Mención Especial del Jurado del Premio Biblioteca Breve, El gran Felton (Seix Barral, 2006), ‘La suite de Manolete’ (Alianza Editorial, 2008, Premio Fundación Unicaja Fernando Quiñones, ‘Los nadadores’ (Anagrama, 2012, traducida al inglés, al italiano y al francés) y ‘Corazones en la oscuridad’ (Anagrama, 2016). Es colaborador de La Esfera de Papel del diario El Mundo, del semanario El Cultural, en cuya web coordina el concurso semanal de micropoesía Cuenta 140, y del Diario Córdoba. Por sus colaboraciones en prensa recibió el Premio Meridiana del Instituto Andaluz de la Mujer 2003, por la defensa de la igualdad en los medios de comunicación. Reunió sus artículos en el volumen ‘Reloj de sol’ (Diputación Provincial de Córdoba, 2004). ‘El corresponsal de Boston’ (Berenice, 2006) y ‘La chica del calendario’ (2009) recogen algunos de sus textos sobre cine y literatura. Ha publicado asimismo el ensayo ‘Lucena sefardita. La ciudad de los poetas’ (Fundación José Manuel Lara, 2005).

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