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Alejandro M. Gallo
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Alejandro M. Gallo (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Alejandro M. Gallo presenta en la Semana Negra de Gijón su novela "Matanza de Atocha, 1977: caso abierto"

domingo 09 de julio de 2023, 11:40h

Dice la teoría de la investigación criminal que el crimen perfecto es aquel cuyo autor queda impune. Aunque quizá exista, además, el sospechoso pluscuamperfecto, que todo lo ve y oye, está situado en el corazón mismo de la investigación, y maneja sus hilos visibles e invisibles. Léase: el comisario encargado del caso, capaz de ponerse en la piel del culpable, la víctima, los cómplices y hasta los delatores.

Matanza de Atocha, 1977: caso abierto
Matanza de Atocha, 1977: caso abierto

FICHA POLICIAL DEL CASO:

Escenario y fecha del crimen: Semana Negra de Gijón, Carpa del Encuentro, 8 de julio de 2023

Investigadora a cargo: María de Álvaro

Sospechoso principal: Alejandro M. Gallo (Astorga, 1962)

Botín: la novela negra "Matanza de Atocha, 1977: caso abierto” (2022, Reino de Cordelia)

En esa situación omnipresente, omnisciente y privilegiada para desentrañar los misterios de cualquier delito y ponerse en la piel del criminal se encuentra Alejandro M. Gallo, hombre-orquesta donde los haya: exoficial del Ejército y exjefe de la Policía de Astorga y de Langreo, actualmente comisario jefe de la Policía Local de Gijón –merecedor de la Medalla al Mérito Policial concedida por el Ministerio del Interior–, creador de los entrañables investigadores Gorgonio y Margallo, autor de numerosos relatos y novelas, entre ellos Caballeros de la muerte, La última fosa, Operación exterminio, Asesinato en el Kremlin, Franco debe morir, y Matanza de Atocha 1977: caso abierto, obra que presentó anoche, con María de Álvaro ejerciendo como maestra de ceremonias, en una Carpa del Encuentro a rebosar, dentro del marco de la XXXVI Semana Negra de Gijón.

¿Por qué la ya cruel Matanza de Atocha, y qué aporta esta novela a la plétora de obras sobre ese caso? "Quería utilizar un punto de vista que nadie había utilizado antes (ya se había abordado desde el enfoque político, social y el de los supervivientes): el policial. O sea, cómo los policías que investigaron el caso consiguieron dar con las pistas. Porque, para cuando llegaron al escenario del crimen, ya no quedaba absolutamente nada, solo sangre y casquillos de bala. Y me pregunté: ¿cómo pudieron los policías dar con los autores en solo un mes y medio, en una época en la que no había geolocalizadores, ni escuchas, ni Pegasus, ni rastreo de tarjetas de crédito? ¡Hace 46 años no existían ni los teléfonos móviles, y las órdenes se daban y se recibían a través de una cabina telefónica de esas en la que se metía una moneda!”

Ese caso, en plenas turbulencias de la Transición, le atrajo también por la enorme presión política y pública que rodeaba la matanza: "aquel era un momento histórico, y también el mundo de la cultura se volcó en el caso, no solo el cineasta Bardem.”

"Ahora se habla de una Transición pacífica, pero no es cierto: la Transición fue durísima, caracterizada por atentados terroristas y violencia no solo de ETA, sino también del GRAPO y el Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC). La verdad es esta: fue el pueblo español el que sacó adelante la Transición.”

¿Cuánto hemos cambiado desde entonces, y cómo ve el policía escritor (o el escritor policía) la sociedad de hoy, y sus peligros? „Hoy es la época de la posmodernidad, de la abundancia, y veo el reflejo opulento de la sociedad del capitalismo. Es como la decadencia del Imperio de Roma: veo una sociedad opulenta, que lo tiene todo, pero solo se preocupa de banalidades y cosas suntuarias. Una época de irracionalidad; el fenómeno „woke” revela la deconstrucción del lenguaje y de la racionalidad”, donde la in-cultura de la cancelación funciona así: "ahora, si algo o alguien no es nombrado, no existe: se silencia. Por ejemplo, Rajoy nunca mencionó el nombre de Bárcenas (siempre decía, en lugar de ese nombre: „Ese señor al que ustedes se refieren”), y Putin nunca habla de "guerra”, eso jamás”, sino "operación militar especial”, y eso "está calando en la sociedad: todo va involucionando, y entramos en una fase en la que atruena la irracionalidad”.

Uno de los muchos palos que toca "Matanza de Atocha” es el sindicalismo, y ha creado polémica porque algunos se han apresurado a acusar a Gallo de criticar y atacar el sindicalismo en general. "¡Nada de eso! el sindicalismo es muy necesario. Pero, cuando pones sobre la mesa la conducta de algunas personas concretas, enseguida te acusan de atacar el sindicalismo en sí.”

¿Quién fue antes, el policía o el escritor? ¿Alejandro Gallo, de Gijón, o el comisario Gorgonio de su reflejo literario, Sidrón? ¿Quién es alter ego de quién?

"Gorgonio ha evolucionado mucho en 13 años: cada vez es más ácido en su crítica social y hacia esa cultura woke que invade el mundo occidental: él es investigador, un científico que quiere llegar a la verdad, y por eso se pregunta por qué ve las cosas que ve, y lo que ve es eso: la posmodernidad. Su compañero, el inspector Ramallo, es el "poli duro”, el hombre de acción, y Gorgonio es un tipo reflexivo. Tengo algo de ellos, y ellos, algo de mí, porque te vas dejando trocitos de piel en todos tus personajes, no solo en ellos. Cuando escribes tu autobiografía, mientes: la verdad sobre ti está en tus cuentos y en tus novelas”.

¿Qué secretos nos puede adelantar Gallo-Gorgonio sobre las andanzas y polémicas de su célebre pareja de investigadores? "En octubre de este año se publicará una recopilación de relatos sobre Gorgonio, que contará con una portada diseñada por los humoristas Gallego y Rey, con su visión particular de estos dos personajes, y en 2024 volverá Ramallo con una distopía situada en Vallecas, titulada Vallecas 2084.”

¿Es "Vallekas, 2084, un guiño revelador que apunta a la pesadilla de culto "1984” orwelliana? Gorgonio-Gallo parpadea, sonríe traviesamente, y no dice nada. Pero hay silencios que cuentan un mundo.

Puedes comprar el libro en:

9788419124296
María de Álvaro y Alejandro M. Gallo
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María de Álvaro y Alejandro M. Gallo (Foto: Javier Velasco Oliaga)
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