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María Codes
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Entrevista a María Codes: “Pretendo oponer una mirada escéptica a signos inequívocos de la época: el delito, la desigualdad, la corrupción o la pornografía”

Autora de "Conservar al vacío" (Trea)

Por Francisco Jiménez de Cisneros
viernes 20 de noviembre de 2020, 18:06h

Sí, María Codes es la misma María José Codes que, como novelista, obtuvo varios premios (Juan March, Río Manzanares i Cáceres) y fue finalista en otros (Nadal, Tusquets). Está en un momento en el que trata de simplificar. Y es ahora cuando publica Conservar al vacío, poemario en el que habla de lo que nos pasa y de lo que pasa a nuestro lado.

Conservar al vacío
Conservar al vacío

Para empezar: a María Codes la conocíamos como María José Codes. ¿Es tu avatar poético o es un cambio definitivo, escribas lo que escribas?

Estoy en un momento de mi vida en el que trato de simplificar, de cortar lo que sobra, lo que no es imprescindible. Esto es aplicable tanto a lo material como a lo emocional y a lo simbólico. Simplificar mi nombre y mi nota biográfica entraría en esta tercera categoría. Tiendo a pensar que esta actitud no tiene vuelta atrás, así que seguramente el cambio será definitivo.

Es, creo, tu primer libro de poesía. Su publicación, ¿obedece a un interés reciente o eres poeta de largo aliento, aunque sólo ahora tus poemas vean la luz?

Escribo poemas desde siempre, de la misma manera que escribo relatos, aunque hasta ahora no haya pensado en publicarlos. Soy lenta en la escritura, reviso una y otra vez, hasta que considero que un libro está terminado y es digno. Cuando escribo una novela, el final de la historia llega de forma reconocible, casi se decanta por sí mismo. Sin embargo, para mí es mucho más difícil entender cuándo y como dar por terminado un libro de poemas. Puede que por eso haya tardado más en plantearme publicarlos.

Juan Bonilla, último Premio Nacional de Narrativa, asegura que "La poesía es la cima de la literatura". ¿Suscribes la afirmación?

Tendría que conocer los argumentos que conducen a esa conclusión. Reconozco que me siento más libre con el lenguaje en poesía que en narrativa. Supongo que la poesía es el género donde las palabras desobedecen más reglas o quebrantan la sintaxis con más libertad para nombrar el mundo de un modo diferente. Creo que la palabra tiene un espectro más amplio cuando uno piensa o escribe en clave poética, pero no sé si esto suscribe o no la afirmación de Juan Bonilla.

¿Qué quieres conservar al vacío? ¿Qué aporta ese método de conservación?

El aire es para mí sinónimo de libertad. Conservar al vacío es el proceso de sustraer el aire de lo orgánico, una forma simbólica de hablar de lo asfixiante, de lo que nos coarta o nos somete. Me refiero, por ejemplo, a la violación de los derechos humanos, que persiste en muchos países, pero también a la pérdida progresiva de la libertad individual, que sufrimos día a día, como consecuencia de la invasión de la intimidad a través de internet, el acoso económico o las estrategias del miedo. Conservar al vacío pretende oponer una mirada escéptica a lo que parecen signos inequívocos de la época: el delito, la desigualdad, la corrupción o la pornografía.

En el libro te colocas bajo la protección de los poetas Bernard Nöel y Anne Carson. ¿Qué admiras, qué te inspira de cada uno de ellos?

Admiro de ambos el distanciamiento deliberado con el que combaten, creo, cualquier forma de sentimentalismo. Admiro, también en los dos, la incorporación de la Cultura, la Filosofía o el Arte, como parte esencial y espiritual de la reflexión poética.

También tienen una presencia relevante varios artistas plásticos. ¿Es una pasión personal?

Así es. Estudié Historia del Arte y me especialicé en Arte contemporáneo, por lo que siempre incorporo en mis escritos aspectos o ideas sobre algunos artistas. En este caso se menciona a pintores como Chagall o Duchamp, artistas callejeros, como el Banksy de Moscú o fotógrafos como Chema Madoz o Larry Sultan.

El libro son dos libros, Libro I y Libro II. ¿Nació así, la estructura está desde el principio, o “se hizo” así?

La verdad es que no nació así. Escribí los dos libros por separado, pero de forma consecutiva, sin que mediara mucho tiempo entre uno y otro, por lo que creo que mantuve la misma mirada escéptica de la que te hablaba antes. Un amigo poeta me sugirió que los publicase juntos y me pareció buena idea.

Veo una partitura (de un politono), veo una espiral. Estas incrustaciones, esporádicas, ¿qué papel desempeñan en tu poética?

Eran imágenes sencillas que se combinaban bien con los versos y que añadían contenido visual a las palabras. El caso de la espiral se explica en las notas, al final del libro: es una imagen similar a la que usó Marcel Duchamp al inicio de su cortometraje experimental, Anémic Cinéma, en 1926. En el caso de la partitura, corresponde a un poema que sucede en un lugar donde va a tener lugar un concierto o una ópera. Un ambiente privilegiado en una ciudad donde cunde la protesta. Hay disonancias en el poema. La partitura muestra “lo prohibido y lo correcto” en el encadenamiento de acordes de una melodía.

Algunos poemas merecen, al final del libro, unas notas que calificas de “prescindibles”, entiendo que porque los poemas se pueden leer sin ellas, aunque las notas los pegan a la realidad. Poemas que nacen de noticias, de experiencias… ¿Cómo es el proceso creativo?

La mayoría de los poemas surgen de lecturas: una noticia, una novela, un libro de arte o un informe de Amnistía Internacional. De pronto te detienes en una frase o un párrafo que te hiere, o que te indigna, o que sintoniza con algo que estabas pensando. Pero hay un sustrato previo, algo a lo que le doy vueltas y que me hace estar alerta a las ideas afines.

Lorca dijo que “poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio”. ¿Suscribes la afirmación o tienes tu propia definición?

Creo que esa afirmación define un aspecto de la poesía, que suscribo, pero no la poesía en sí. Como dije antes, creo que en poesía la palabra tiene un espectro más amplio y “afinidades electivas” insospechadas y tolerantes con otras palabras. De todas formas, Lorca hizo esta y otras muchas afirmaciones; ya sabes que le encantaba hablar y conceder entrevistas. También dijo de la poesía: «es algo que anda por las calles. Que se mueve, que pasa a nuestro lado». Suscribo más a gusto esa idea de algo intangible que se mueve, que nos roza y que tiene vida.

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