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Pilar Fraile
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Pilar Fraile (Foto: Pedro Campoy)

Entrevista a Pilar Fraile: “Estamos experimentando una transformación moral y emocional en la época contemporánea”

Autora de “Días de euforia”
domingo 28 de marzo de 2021, 18:00h

La escritora salmantina Pilar Fraile acaba de recibir el Premio de la Crítica de Castilla y León por su última novela “Días de euforia”. Con ella, ha sorprendido a los miembros del jurado por su exquisitez estilística, la decisión fue tomada por unanimidad. En la novela, la autora analiza las vidas exitosas de sus protagonistas que tienen como denominador común profesiones de extremada modernidad, muchas de ellas en el ámbito tecnológico.

Pilar Fraile
Pilar Fraile (Foto: Pedro Campoy)

Días de euforia” es su segunda novela después de “Las ventajas de la vida en el campo", donde hacia una loa a la vida sencilla y campestre, donde la naturaleza ocupaba un lugar preminente. Además, ha publicado el libro de relatos “Los nuevos pobladores” y varios poemarios que han sido traducidos a varios idiomas. En la entrevista, Pilar Fraile nos cuenta lo bien que le ha sentado el galardón para su literatura y nos da algunas claves sobre la misma.

Acaba de recibir el Premio de la Crítica de Castilla y León. ¿Qué supone este reconocimiento a nivel personal para usted?

Una alegría enorme por distintos motivos, el primero es que este tipo de premios reconocen la calidad de la obra y dejan de lado criterios «extraliterarios», y eso, claro, emociona y motiva para seguir escribiendo. El segundo es que venga precisamente de Castilla y León, mi tierra, que tuve que abandonar por motivos laborales, con el desarraigo que eso acarrea. Lo veo como una oportunidad de reconectarme con el territorio de mi infancia y con personas estupendas, críticos, profesores y escritores de la región.

¿Y a nivel profesional supondrá un espaldarazo a su obra?

Esa es la esperanza, al menos. De momento está ayudando a la difusión de mi trabajo literario, tanto en medios de comunicación como en entornos a los que hubiera sido difícil llegar de otro modo.

En su anterior novela, “Las ventajas de la vida en el campo” hacia un canto a la naturaleza. En esta ocasión nos alerta sobre los cambios tecnológicos que se nos avecinan o que ya tenemos encima. ¿Existe un nexo ideológico de unión entre ambas obras?

Sin duda. Ambas tienen como núcleo de interés la transformación moral y emocional que estamos experimentando en la época contemporánea, una preocupación constante en mi obra. Pero, además de eso, ambas novelas forman parte de un proyecto narrativo más amplio, que se centra en nuestra necesidad de escapar, y que estoy concluyendo ahora con una tercera novela. Da la impresión de que el deseo de huir de nuestra propia vida es el sentimiento más generalizado de nuestra época, como si nadie estuviera a gusto en su propia piel. Creo que es algo desconcertante y me obsesiona investigar de dónde surge ese sentimiento, qué conexiones tiene con nuestra estructura económica, política y social y finalmente a dónde nos conduce, qué produce en nosotros.

¿Cómo se le ocurrió la trama de "Días de euforía"?

De esta novela lo primero que vino fue el tono, la melodía de personajes que tratan de buscar una salida y están sujetos a mil tensiones y exigencias que precipitan soluciones muy extremas a sus conflictos, lo que acaba resultando cómico y, al mismo tiempo, muy trágico.

¿Estamos ante una novela coral urbana?

Podrías definirla así, sin duda. O también como una novela de personajes que viven en compartimentos estanco, te los puedes imaginar como encerrados en contenedores de barco de distintos colores y tamaños, que son transportados de un sitio a otro del planeta, siempre rozándose, dándose golpes unos contra otros, incluso, pero sin llegar nunca a verse realmente.

¿Le ha resultado complicado escribir una novela con tantos personajes?

Sí y no. Lo que pasa es que te surgen retos distintos a los que afrontas cuando narras en tercera persona o cuando la narración está focalizada en menos personajes. Por ejemplo, hay que calibrar muy bien todas las voces y construir las biografías completas de muchos caracteres que luego, obviamente, no vas a usar en su totalidad, pero que son necesarias para que los personajes tengan forma y esto lleva mucho tiempo. Otro de los escollos que tuve que sortear surgió hacia la mitad de la escritura de la novela, hubo un momento difícil en el que varios personajes “querían” hacerse con el protagonismo de la narración y hubo que “domeñarlos” un poco.

“Son necesarios muchos puntos de vista simultáneos para contar la locura de mundo que se nos avecina”

Utiliza en su novela la primera persona, pero con diferentes voces. ¿Qué aportan dichas voces a la visión global de la novela?

Supe desde el principio que había distintas voces. Forma y fondo en este proyecto vinieron totalmente unidos. Creo que sucedió esto porque eran necesarios muchos puntos de vista simultáneos para contar la locura de mundo que se nos avecina, que, si quieres, es el tema de fondo de la novela.

El Premio Nobel Kazuo Ishiguro acaba de publicar una novela donde muestra su preocupación sobre los Big Data que están invadiendo nuestra vida. ¿En que modificará nuestra forma de vivir un maldito algoritmo?

Bueno no es que la vayan a modificar, es que ya lo están haciendo. Lo que personalmente me inquieta más es qué va a suceder cuando aceptemos que la máquina tome decisiones por nosotros, es más cuando aceptemos que esas decisiones son mejores que las nuestras, algo que ya sucede en muchos ámbitos.. Eso puede cambiar de manera radical la idea que tenemos de lo que es un ser humano. Las consecuencias son inconmensurables.

Por otro lado, se da la paradoja de que vivimos obsesionados con la idea de la libertad del individuo, creemos que podemos decidirlo todo, ser dueños de nuestro destino, cuando, en la mayoría de los casos, eso no es cierto. Esta creencia, rayana en la obsesión, genera muchísima ansiedad en las personas, como explica maravillosamente la filósofa Renata Salecl.

Así que, por un lado hemos exacerbado la noción de libertad de elección, reduciendo la idea de libertad a ese solo aspecto, lo cual ya es en sí mismo trágico, y por otro, ahora tenemos máquinas que tienen la potencialidad de decidir por nosotros. No sé cómo lo verás tú, pero desde mi punto de vista, estamos metidos en buen atolladero.

Los adelantos tecnológicos y la pandemia que vivimos están modificando nuestros hábitos de trabajo. ¿Será el resultado realizar el trabajo en casa y una vuelta al campo?

A ritmo más lento en España que en otros países esa tendencia se va imponiendo. Aquí persiste una desconfianza endémica acerca de los trabajadores y una obsesión con que la gente se pase la vida en las oficinas con el pretexto de que se trabaja mejor presencialmente, aunque, tal y como yo lo veo, el trasfondo es el control y el establecimiento de jerarquías. Pero acabará habiendo más teletrabajo y eso tendrá sus pros y sus contras. Respecto a la vuelta al campo, es algo que también ha empezado ya a suceder, pero solo para determinadas profesiones y lo que podríamos llamar la clase media liberal. No creo que de momento, y dada la mala condición de partida de buena parte de nuestro espacio rural, esto vaya a suponer un cambio de modelo de territorio. Ojalá me equivoque y sí haya una transición, que buena falta hace.

¿A quién afectará más esos cambios a las mujeres o a los hombres?

De momento, según últimas cifras publicadas, esta situación ha empeorado la vida de las mujeres, que se han visto cuidando de niños, mayores y dependientes al mismo tiempo que trabajan para un empleo externo al hogar, en el mismo tiempo y espacio. Espero que esta anomalía se vaya limando, pero, no nos engañemos, las mujeres lo seguimos teniendo mucho más duro y asumimos una carga de trabajo atroz que, además, no se ve ni reconocida ni remunerada y esto empeora con las crisis.

¿Estamos ante una novela de ciencia ficción o una distopía?

"Días de euforia" no es estrictamente una novela de ciencia ficción, sí tiene un aroma de relato distópico. Creo que la mejor definición sería algo así como: «relato prospectivo que trata de dilucidar el presente dando un pequeño salto hacia el futuro».

La generalización del uso de las redes sociales y el contacto virtual, determinan un cambio muy profundo en nuestra forma de relacionarnos

¿Se están modificando las relaciones interpersonales?

Sin duda. Pero esto no es algo totalmente nuevo. Las relaciones personales no son algo eterno que ahora se esté trastocando, sino que dependen del entramado social, laboral, económico, moral, etc., de cada época y cada país o región. En este sentido la deriva del último capitalismo postindustrial unido a la de la tecnificación y la generalización del uso de las redes sociales y el contacto virtual, determinan, desde luego, un cambio muy profundo en nuestra forma de relacionarnos.

Algunos de sus personajes se rebelan ante todos estos cambios. ¿Nos muestra un anticipo de lo que puede pasar en nuestra sociedad?

Sí, algunos de los personajes de la novela se sienten ahogados por esos cambios, por la pérdida del contacto con los otros, y, sobre todo, consigo mismos y tratan de rebelarse. Creo que vamos a ver una especie de división social entre los que renuncien al uso de las tecnologías para la comunicación y los que las acepten plenamente, como ya está sucediendo en otros países. Mi sensación es la de que aunque uno personalmente renuncie, por ejemplo, al uso de wassap, twitter, etc., eso solo puede tener una incidencia individual, porque el cambio de los modos de relación y de la sentimentalidad es sistémico, no se puede escapar de él.

De todos sus personajes de su novela, ¿de cuál se siente más satisfecha?

El que más me gusta de esta novela es María Lebrel, porque representa el “espíritu de la época” y también porque es un personaje inteligente y con mucho humor que me permitió plantear la paradoja constante en la que nos desenvolvemos.

Para finalizar, la novela no tiene precisamente un tono catastrofista o pesimista sino incluso divertido. ¿Nos está indicando que el futuro no tiene por qué ir a peor?

La novela es muy irónica, sí. En primer lugar porque el humor un poco desencajado era parte de su melodía desde el principio. Por otra parte, este recurso sirve para que el lector se sienta a gusto con la lectura, que se divierta. Eso es un plus y creo que era una estrategia que le convenía al texto. Pero eso no es obstáculo, creo, para que el desenlace de la novela tenga cierto tono sombrío, aunque está bastante abierto a la interpretación del lector.

¿O la solución está en el campo y la naturaleza?

Si todo lo que nos aqueja tiene una solución, cosa que yo veo complicada, no creo que tenga que ver con el campo ni con la naturaleza sino con un cambio profundo que vuelva a responder a la pregunta: ¿Qué somos? ¿Qué queremos ser? Y, sobre todo ¿Cómo debemos tratarnos los unos los otros? Y cuando planteo esto no me refiero solo a cómo tratar a tu amigo o a tu vecino, me refiero también a qué trato queremos recibir de las instituciones, qué tipo de relaciones laborales son las deseables, etc.

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Pilar Fraile (Foto: Pedro Campoy)
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