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Marta Robles
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Marta Robles (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Entrevista a Marta Robles: “No hay nada en la vida que sea para siempre”

Autora de “Lo que la primavera hace con los cerezos”
Por Javier Velasco Oliaga
martes 14 de febrero de 2023, 17:45h

Uno de los libros más interesantes del pasado año fue “Lo que la primavera hace con los cerezos”, de la escritora y periodista Marta Robles, en el libro hace un repaso de las grandes historias de amor y desamor de diferentes creadores muy singulares. El libro toma su nombre del último verso del poema 14 del libro de Pablo Neruda “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”. No habría sitio mejor para leer este el libro que en primavera en el valle del Jerte. “Esos cerezos son el símbolo del mejor amor, que es muy raro; pero también de lo efímero que es. Los cerezos tienen mucho que ver con el Japón”, deja caer suavemente como el viento que mece las hojas de esos cerezos jerteños en primavera.

Marta Robles
Marta Robles (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Para hacer la entrevista, quedamos en un conocido pub del Paseo de Rosales. Hace frío, todavía queda lejos la primavera y los cerezos siguen encogiéndose en los verdes campos extremeños, aún así no tenemos nostalgia del pasado y nos ponemos a hablar sobre su libro en la acogedora terraza del 20 del paseo. “Llevo publicados 17 ó 18 libros, de los cuales ocho son novelas. Comencé a escribir ensayos periodísticos, ahora he evolucionado y publico ensayos literarios”, me cuenta nada más empezar nuestra larga conversación.

Marta Robles se ha convertido en toda una experta en las historias de amor y desamor de los grandes creadores. Para ella, “el amor tiene sus etapas. Una parte del amor es muy efímera porque tiene que ver con la pasión. No hay nada en la vida que sea para siempre. En el amor, tienes que estar atento. Para que el amor dure, tienes que cuidarlo. Si no lo haces, el amor se desvanece”. Hay que ser generoso con el amor, nos jugamos todos mucho.

“El amor tiene mucho de estupidez transitoria. Se habla mucho del amor, pero no del amor verdadero sino de la pasión, ese momento que lo embriaga todo. El amor es algo más que la pasión. Es empatía. Hay distintos grados y consistencias. Hay tantos amores como miradas”, reflexiona la autora que reconoce que aborrece a los don juanes, “son unos pobres tipos que necesitan demostrar que pueden hacer muchas cosas. No hay nada que le aterre más a un don Juan que una mujer libre, el don Juan necesita doblegar la de las mujeres. Para luchar contra eso, estamos las mujeres fatales, las que no pasamos por el aro y nos saltamos las normas establecidas”, subraya.

“El amor y el desamor son una gran fuente de inspiración”

En “Lo que la primavera hace con los cerezos” se dan cita muchos creadores que han sufrido el amor o el desamor. Frida Kahlo es una de ellos. “Tuvo grandes amores, pero el mayor fue con Diego Rivera y fue un amor muy atormentado”, apunta. Tuvo otros amores, como Leon Trotski o Chavela Vargas, ellas ni lo confirmaron ni lo desmintieron. “El amor y el desamor son la gran fuente de inspiración. Frida Kahlo siempre tuvo un gran afán de superación. Fue una mujer capaz de vivir lo que hiciera falta para poder crear. Tuvo muchos problemas en su vida, además de la salud que siempre la tuvo muy precaria a raíz de un accidente de autobús. El amor al igual que las pérdidas determinaron mucho su obra”, recuerda.

Hablamos sobre muchos creadores que no tuvieron, precisamente, una vida modélica. Jaime Gil de Biedma siempre tuvo mucho que esconder, como los supuestos abusos a menores. “Sufría sobremanera por su condición sexual. Trato de ocultar las facetas más oscuras de su personalidad”, señala y agrega “la condición sexual de grandes genios han tenido poca empatía entre el público en general. Tchaikovski, lo pasó fatal, tuvo que casarse con una señora para ocultar su condición. Cuando Putin llegó al poder, hizo una ley en contra de la homosexualidad y en un homenaje al músico obvio su condición”.

La religión ha hecho mucho daño a determinados tipos de personas en todo el mundo

“Muchos de estos casos, tienen que ver con la religión. Desde el punto de vista de los creyentes, ocultar la condición sexual sirve para mantener el orden social establecido. Yo soy atea, creo en la bondad y en las personas buenas. La religión ha hecho mucho daño a determinados tipos de personas en todo el mundo. También, quiero aclarar que hay muchos tipos de religiosos, la mayoría son buenas personas, pero las que son malas hacen que la sociedad sea un infierno. Los musulmanes han distorsionado tanto la condición de los homosexuales que lo han llevado al ridículo”, analiza la escritora con calma.

Para Marta Robles, “la intelectualidad mueve mucho más al mundo y al corazón que el populismo, que mueve los instintos más básicos. Si leyéramos más, seríamos más simpáticos y comprenderíamos mejor al otro, tanto en lo político, como en la religión o en lo que fuere”.

“La diferencia entre un texto y una obra de arte es la emoción”

También cree que “hay diferentes tipos de amor. La mirada lo es todo, pero opino que es muy difícil saber lo que es el amor. Hay tantos tipos de amor como miradas. En ocasiones, en el amora los polos opuestos se atraen, en otras no". Y continúa diciendo que "no hay un creador que no viva en permanente zozobra. No hay una trayectoria lineal, es una línea con picos y valles. Un creador, necesita alimentar su emoción para trasladarla a sus obras. La diferencia entre un texto y una obra de arte es la emoción".

En “Lo que la primavera hace con los cerezos” hay todo un capítulo dedicado al amor en la antigua Grecia y en Roma. “Nos aplastan los conceptos de Grecia. Creían que el que era guapo tenía que ser bueno o genial y los feos o lo que tenían cara de malos, lo tenían que ser a la fuerza. No se pueden atisbar todas las virtudes o defectos en la cara. A veces, la sociedad es muy tonta”, comenta riéndose.

En el siglo V. a. d. C. Los hombres solo podían tener relaciones sexuales con las heteiras o en el matrimonio. “Las mujeres decentes siempre estaban encerradas en su casa, pasaban del hogar paternal al del marido. Había demasiada desigualdad. Todo comenzó a cambiar en el siglo XIX, y en el actual, las relaciones son entre iguales, que es lo más importante”, refiere la escritora.

Después, hablamos de uno de nuestros escritores favoritos: Galdós, injustamente apartado del premio Nobel. “Tuvo muchas historias de amor. Fue un gran seductor, además de ser muy mujeriego. Nos sólo con Emilia Pardo Bazán, con la que mantuvo una relación de igualdad, ambos tuvieron otros affaires mientras duró su relación. Todas esas relaciones le sirvieron para plasmar el talante femenino en sus obras”, sostiene Marta. Y se reflejó en obras como Fortunata y Jacinta, Marianela o Tristana.

Para concluir, nuestra larga charla y espero que interesante para el lector, Marta Robles quiere dejar algunos temas lo más claro posibles. “El amor es muy imperfecto, toda relación es diferente. En unas hay celos, y no solo por amor, también profesionales o de relevancia”, comenta la periodista que cree que nuestra profesión está a un escalón del arte. De ahí, que haya muchos periodistas que quieran ser escritores. Para eso, nos da un último consejo “emoción para subir ese peldaño, hay que dar más emoción al lector”. Ella lo hace. Ha tardado cerca de año y medio en escribir el libro. “El mundo de la creación es inabarcable. Tiré de mi memoria emocional y escogí los casos que más me habían llamado la atención, que más me habían removido o dañado desde que yo tengo recuerdo”, concluye. Si quieren saber qué creadores ha tratado en el libro, además de los que hemos hablado, tendrán que leerlo. Desde luego, merece la pena.

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