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El templo de Debod
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El templo de Debod (Foto: Maudy Ventosa)

OHH LA-LA, ¡LE PRINTEMPS!

Por Azucena del Valle
¡Qué vienen las suecas!, gritaba un desaforado Alfredo Landa en una conocida película de los años sesenta. Ahora se podía sustituir por ¡Qué vienen las erasmas! o, por lo menos, eso dice Azucena del Valle en OHH LA-LA, ¡LE PRINTEMPS! cuando ve cómo se pone el templo de Debod de gente tomando el sol. También se podría decir: ¡Qué viene la primavera! y en pleno mes de febrero. Desde luego, a la climatología le falta un tornillo. En invierno llega la primavera y en verano llegará la glaciación. Lo cual nos vendrá de perlas para hacernos los cubatas con hielo de los polos.

- Tengo mismamente lo que llaman euforia privareral, Puri. Me noto alegre y optimista con ganas de pillar los primeros rayos UVA y UVB que enrojecen y dañan la piel, como hacen las “erasmas” en Debod cuando más torra el Lorenzo, medio en bolas despatarrás en la hierba como si estuvieran en Benidorm.

- Tía, florece el primer almendro desorientado y ya está la parva en bolingas, como si las estaciones no tuvieran nada que ver con el calendario y se escondieran dentro de cada uno de nosotros. Qué optimistas nos volvemos sin dar tiempo a que cambie nuestro reloj interno, que los que saben llaman ciclo circadiano - "alrededor de un día" y no pienso decir que proviene de las palabras latinas "circa" (alrededor) y "diem" (día)-, que necesita unas jonadas para adaptar el body, como cuando nos dicen Alsina que a las tres serán las cuatro, o sea, al revés siempre, en los cambios de hora obligados que padecemos.

- ¡Es porque la primavera la sangre altera, bonita! Aunque hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo. Creo que eso no lo entienden en otros idiomas extra o comunitarios. De ahí el despelole, un suponer.

- Me parto, mariparto, ¡se están abriendo hacia el exterior! Porque están en desequilibrio, tía. La luminosidad luminosa aumentada que provoca el aumento de radiación solar, acarrea cambios hormonales para el estado emocional de las personas, por el incremento de la melatonina y la serotonina que hace que estemos como unas castañuelas con ganas de vivir, de trotar, de retozar entre los parterres y los setos. Dinamismo, alegría, desenfreno, fuerza, la líbido se potencia y, por lo tanto, la fertilidad.

- Joder, tía, buena época para pillar nosotras que estamos tan escasas de efervescencia.

- No hablarás de fertilidad, pequeño saltamontes, que ahí hemos pinchao. A nosotras se nos alteran las emociones por las migrañas, el aumento de pólenes en el ambiente, la dermatitis y las alergias a las gramíneas, el polvo mixto y la contaminación en esta ciudad maravillosa, aunque diga Almeida que llevamos años con unos estándares de calidad como en mi pueblo, para disfrutar de actividades al aire libre con normalidad.

- ¡Guauuuu! Tíos resudaos con camiseta de tirantes luciendo biceps en el parque echando el bofe. Doy por bueno la llegada de hongos y bacterias que pueden atacar y envejecer nuestra piel. ¡Vamos a ver pibones a timbote, que dicen en Valdeverdeja.

- Está demostrado científicamente que la primavera favorece la liberación de serotonina, dopamína, oxitocina o noradrenalina, sustancias relacionadas con la felicidad y el alivio del estrés… Por eso la primavera es la estación del amor… Tenemos la felicidad asegurada unos meses con tanto estímulo exterior. Y todo gracias al sol que hace que florezcan los capullos -sin acritud, ahí lo dejo-, que pien y repien los pajaritos que se aparean sin condón -perdón, quise decir control- en esta época del año, y los días sean más largos. Me ánsio solo de pensarlo.

- Ay, Puri, que de cavilar en lo que se avecina me emociono. Noches con gin en terrazas sin fronteras, gente desmelenada, bullicio, juerga, alegria… Y doparse, como dices.

- Tía, que no se trata de que te metas, sino de lo que trae consigo el calor y la luz y el efecto que tienen en tu cerebro. La dopamina y la noradrenalina son dos sustancias que participan también en las respuestas de placer y de recompensa, que se ven potenciadas durante la primavera.

- ¡Joder! ¡Y el cambio de armario! ¡Qué ganas de dejar la parka y las botas! ¡Viva el destape y los vestidos de tirantes! Y a disfrutar del sol afrodisiaco, mayormente.

- Fresca y florida, te veo Vani. No como mi amiga Úrsula, que anda con la astenia primaveral. El otro día me dijo que se encontraba irritada, irascible, ansiosa y tenía dificultad para conciliar el sueño. Otro efecto pernicioso que también puede provocar la primavera en las personas que están atravesando un proceso de inestabilidad emocional.

- ¿Te refieres a esa de porte aristocrático y cuello largo propio de lucir perlas a partir de los cuarenta que venía con tantos extras de serie, según los amigos de sus hermanos? Poco torcida tenía que estar para decirte solo eso, bonita, porque sin estar revirada ni tener ansiedad, te soltó un día delante de su tierno infante que eras una mujer de plástico. ¡Y solo por una teta! Que si te hubieras puesto las dos y culo a lo Jenifer no sé por dónde habría salido, la muy ladina!

- Tía, no entiendes su humor ácido y descarnado, que lo tiene. Te ríes, sobre todo cuando no van dirigidas a ti sus saetas envenenadas. Todavía me sigo partiendo el culo recordando una cena con las incondicionales. La rubia llevaba unos zapatos de plataforma, último modelis, y mayormente caros, y Úrsula dijo que la recordaban a los de una monjita de su cole… sólo que la pobre hermana únicamente calzaba un alza. No podíamos aguantar el descojone mientras la rubia se quedata seria lanzandole miradas asesinas.

- ¿Pero es así de borde o era la primavera que no a todos les sienta igual?

- Vani, estábamos en Navidad, con un frío que hiela las pelot… las ideas! La tía es así de serie, la acidez es un extra que trae en los genes, como el cuello estilizado y el cuerpo sin celulitis.

- Y la lengua dividida o mismamente partida en dos, digo yo.

- Joder, tía, no entiendes su humor poco corriente, ahora que los que se dedican al oficio tienen tan poca imaginación. Úrsula es creativa y rápida, aunque… a ver cómo le sienta la primavera.

- Mejor que a Pedro Antonio seguro, o a la tenacillas, que les han dado bien con los percebes en los hocicos, esos gallegos de la fachosfera conservadora que no están por la independencia.

- Tía, cómo te gusta meter el dedo en el ojo ajeno, y luego criticas a Úrsula…

- Menos la belleza, todo se pega, que decía sor Justina

- ¡Cien por cien, tía! ¡Cien por cien!

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