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Gustavo Gac-Artigas
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Gustavo Gac-Artigas

Sobre la poesía de Gustavo Gac-Artigas

Por Priscilla Gac-Artigas
miércoles 06 de marzo de 2024, 12:11h

Gustavo Gac-Artigas, poeta dramaturgo, hombre de teatro, novelista, escritor de originales columnas de opinión, aventurero, rebelde, amante de la justicia y la libertad. Hace 46 años nuestros destinos se cruzaron (no se juntaron, eso fue más tarde), yo, estudiante de posgrado de lenguas, literatura y teatro en París como parte de la audiencia de un espectáculo en beneficio de la lucha del pueblo chileno contra la dictadura, él, como refugiado político y director de teatro, maestro de ceremonias tratando de convencer a la audiencia de permanecer hasta el final --a riesgo de perder el último metro--, para presenciar una “orgía”, obra de teatro de Enrique Buenaventura que su grupo, Théâtre de la Résistance-Chili, representaría sobre la escena del auditorio de La Mutualité como último número del evento. Su voz y su palabra me cautivaron, presencié el espectáculo hasta el final y tuve que caminar de vuelta a la residencia estudiantil, pero no me arrepiento.

No fue sino varios años más tarde que nuestros caminos volvieron a cruzarse, y esta vez se juntaron, en la “Fête de l’Huma”, fiesta cultural del partido comunista francés que marcaba el final del receso de vacaciones y el comienzo de la vuelta a la vida cultural. Primero, como actriz de su grupo, y con los años, su esposa y madre de sus dos hijos. En nuestro peregrinar, los secretos de su creación dejaron de ser secretos para mí. Hoy soy también su editora, su más rigurosa crítica y su traductora al inglés y al francés.

Hace unos años acuñé el término “colectficción” para describir una modalidad creativa encontrada en sus escritos, tanto en la novela como en la poesía donde se trasciende el individualismo autorial a través de un diálogo activo con el lector para juntos reconfigurar la historia al interior del tejido social. En la poesía ello representa un enorme desafío por lo que, desde sus orígenes, la lírica ha sido el hogar de los sentimientos y las reflexiones íntimas del “yo poético”. Sin embargo, hemos encontrado en la poesía de Gustavo un yo poético que, aunque escribiendo desde lo individual, llama al lector a sumar su voz para convertir el poema en el coro de un nosotros.

(de Confieso que escribo)

escribo para ti

sin conocerte

escribo para ti

para encontrarme

escribo sobre el viento

sin poner un remitente

Como dijera Javier Velasco Oliaga de su poemario trilingüe deseos, longings, j’aimerais tant (2020): “Este “Deseos” es un poemario grandioso, de lectura fácil que nos hace reflexionar sobre la vida en general, pero con un fuerte componente personal. Lleno de experiencias que nos sirven a todos”. En esta sucinta frase Velasco resalta tres características que dan grandiosidad a la lírica de Gustavo: sencillez, reflexión, componente emocional que trasciende lo personal y nos incluye a nosotros, sus lectoras y lectores en un llamado a la solidaridad, a continuar el sueño del poeta y hacerlo sobrevivir en la realidad.

hombre

mírame

devuélveme la condición humana

ancla mi mente vagabunda

en la palabra ultrajada

ábrele las puertas

para que se pierda

en tu universo

y que mi sueño sobreviva en el tuyo

(de deseos, longings, j’aimerais tant)

Esta poesía, “de alto calado y fiero contenido”, como la describiera Velasco, es valorada por Julio Cuevas en su exégesis de la obra de Gustavo Desde el fondo del tintero: Dalibá, la brujita del Caribe (Pa­rís 1982) ExIliadas (Róterdam 1988) publicada en octubre del 2023 con motivo del homenaje que le fue hecho por la Feria Internacional del Libro Hispana/Latina de Queens, NY al dedicarle su decimoséptima edición. En ella resume con precisión la relación entre autor, obra y lector que se produce en su obra poética:

Uno entra en ella y es como sentirse estar en un escenario de teatro, convertido en actor de su propio drama.

Aquí hay un decir que se convierte en gestualidad y expresión de configuraciones e imágenes que nos inducen a teatralizar nuestra propia vida, desde su perfil dramático y una voz de angustia en permanente travesía hacia lo humano, hacia un yo-convertido en un nosotros-, desde el escenario del sujeto-autor, hasta el espacio de nuestro vivir, como lector.

Su poesía, como menciona Natalia Prunes al hablar de su poemario bilingüe Un poète dans la ville/Un poeta en la ciudad publicado por Ediciones l’Harmattan se posiciona desde un quehacer filosófico, pero demuestra compromiso con la realidad, “donde el sueño y la utopía todavía son posibles porque las cosas más bellas y simples de la vida hacen que valga la pena seguir adelante, luchando en y por nuevos mundos imaginables”.

Y como añade la poeta rumana Carmen Bulzan, alias poeta Carmen Peregrina, y editora y traductora al rumano de la antología con POŞTA POEZIEI/El correo de la poesía que contiene poemas de ocho de los poemarios de Gustavo: “su vida es una vida dedicada, a través de la poesía, a los valores humanistas perennes: la libertad, la paz, el amor, la verdad, la belleza, la bondad”.

Por su parte, Carlos Paldao, director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), nos dice:

Gracias a un instinto poético seguro, estético en el mejor sentido, pero no estetizante, ninguno de sus poemas resulta adventicio, ocasional o material de relleno. Es que en sus poemarios todo apunta a la selección, al cernidor meticuloso. Gustavo no lanza sus creaciones a un mercado ya saturado con lo innecesario, lo barato y lo trivial. Él escribe lo que tiene que escribir, y lo vuelca en términos de poesía en el nivel más alto. Aquí la moderación no se da por timidez, por modestia, por debilidad, sino por exceso. Es que ofrece lo que se ha aquilatado, pues sus poemas recogen esa esencia de la que nos hablaba Husserl, artísticamente depurada y demoledora en sus efectos. Y así, ubicados en estos difíciles tiempos históricos del hoy, partiendo de la anécdota en ocasiones o el recuerdo, siempre en camino a lo universal, su poesía tiende hacia la trascendencia, como toda obra de arte legítima.

Compasión

primero dieron las armas para que hicieran llover bombas sobre sus cabezas

ocultaron con el humo de las llamas el cielo y las estrellas

destruyeron los hogares

cortando el último indicio de pertenencia

en el suelo cuerpos destruidos

cuerpos de niños, de niñas

de ancianos, de ancianas

de mujeres

de hombres

cuerpos desparramados entre los escombros

tristes muñecas desmembradas

luego

los arrinconaron

los hicieron abandonar los escombros

y a latigazos de miedo los arrancaron de sus ruinas

nuevamente los caminos se llenaron de pasos de desesperanza

como antes

el miedo a la muerte era la brújula

familias enteras emprendieron el camino

trozos dispersos de familias emprendieron el camino

los huérfanos de mundo emprendieron el camino

nuevamente las miradas perdidas nos observaban

los hambrearon

los gritos del estómago se unieron a los gritos de dolor

en la última puerta cerrada resonaban pequeños dedos pidiendo asilo

los hambrearon

los acorralaron

dejaron pasar gota a gota el alimento

hasta que el hambre hizo asaltar el camión conteniendo el maná

los cazaron como patos en la feria en tiempo de carnaval

cayeron mujeres

cayeron ancianos

cayeron niñas

cayeron niños

nuevamente cuerpos desparramados

a su lado yacía un paquete de comida

compasión

desde el cielo arrojaron

no bombas

alimentos

en la tierra manos moribundas desgarraban paquetes

compasión

desde el cielo cayó el maná

y los asesinos

los cómplices

claman al mundo

a los que sobrevivieron les pedimos

miren al cielo

crean en el ser humano

conmuévanse

coman

somos humanos

humanos hasta la próxima bomba

hasta que los expulsemos por siempre de su tierra

alabado sea el hombre

amén

Y continúa Carlos Paldao:

Así las cosas, sus poemas llegan al lector con elegancia, eficacia y poder de síntesis, y se ahíncan en el ánimo con un afán de permanencia tal que no hay mente sensible capaz de olvidarlos. Aun en sus poemas extensos, hay elementos epigramáticos, remates lapidarios, impregnados de un hálito dramático que, junto con repeticiones, se incrustan en la memoria y la conciencia del lector porque se vuelcan con la estremecedora belleza de las últimas verdades. Hoy como ayer, en la conmoción que sus poemas generan en las honduras del ser, hallamos en ellos una vertiente generosa para aplacar nuestra sed de verdad que es belleza y belleza que es verdad.

La poesía de Gustavo Gac-Artigas remece la mente y estremece los sentidos, nos hace sentir, nos lleva a reflexionar.

Dejemos que sean su palabra y su voz las que nos hablen.

la palabra malgastada (de Confieso que escribo)

la palabra no sirve

si no es para romper la regla

para escapar de las ánforas

para escapar del pergamino

para escapar de las prisiones

y revelar sus secretos

la palabra no sirve

si no es para cambiar el mundo

o al menos intentarlo

llevé la amistad en mi mochila (de Y aún queda espacio en mi mochila)

mi mochila sedienta de amistad

llevé el olvido y el recuerdo

el amor y el odio

y aún queda espacio en mi mochila

espacio para un nuevo amigo

un nuevo amor

una nueva rencilla

inútil rencilla sobre la nada

y aún queda espacio en mi mochila

espacio para sorprenderse

para maravillarse

para lo desconocido

para buscarse en el espejo de lagos conocidos

y aún queda espacio en mi mochila

espacio para un nuevo paso

para iniciar un nuevo camino

para cerrar una frontera

para soñar un nuevo sueño

y aún queda espacio en mi mochila

para mis ojos descubriendo la bondad

para mis ojos descubriendo la maldad

para aquello que está oculto

aquello que nos es negado

no cupieron los lagos donde mueren los cisnes de cuello negro

no cupieron los cisnes muertos flotando en las heladas aguas

no cupieron los bosques devorados por las llamas

no cupieron los rojos socavones escondiendo el dolor de un pueblo

pero aún queda espacio en mi mochila

espacio para una nueva vida

una vida que no tiene tierra

una tierra que no es mía

una tierra que no ocupa espacio

una huella que se resiste a ser borrada

una huella construida de barro y bronce

una huella mudo testigo de mi paso

una huella borrada por el tiempo

y aún queda espacio en mi mochila

cargada en mis espaldas y mis recuerdos

mientras mi cuerpo desaparece lentamente

mi mochila busca un nuevo espacio

Poemarios publicados:

  • Si lo hubiera sabido…Valparaíso Ediciones, España, Colombia, por aparecer 2024.
  • Y aún queda espacio en mi mochila. Puerto Rico. Editorial LaCriba, por aparecer 2024.
  • POŞTA POEZIEI/El correo de la poesía. Ruma­nia. Editorial Kult, por aparecer 2024, traducido por Car­men Bulzan.
  • Un poète dans la ville / Un poeta en la ciudad. Paris, Éditions l’Harmattan, 2023, traducido por Priscilla Gac-Artigas.
  • Invocación de confines/Invocarea limitei. Chile, Inde­pendent­ly Poetry, 2024, traducido por Carmen Bulzan.
  • Desde el fondo del tintero: Dalibá, la brujita del Caribe (París 1982) y Exiliadas (Róterdam 1988). HLCCNY 2023.
  • hombre de américa/man of the americas. Nueva York Poetry Press, NY, 2022, traducido por Andrea G. Labinger y Priscilla Gac-Artigas.
  • deseos/longings/j’aimerais tant. Ediciones Nuevo Espacio, EE. UU., 2020.

Priscilla Gac-Artigas, Fulbright Scholar, académica de número de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y correspondiente de la RAE, profesora de literatura latinoamericana en Monmouth University, NJ, EE. UU.

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