Ha estado cerca de ocho años para escribir su nueva novela. Es un escritor meticuloso, pero lento. Perfeccionista, pero ilusionado por lo que hace. Sabe que un buen resultado se consigue trabajando y si es más que los demás, mejor que mejor. Su nueva novela lleva el mismo camino que la primera. Ahora comienza una gira por Europa y empieza en Madrid, donde nos encontramos al lado de la estatua de Cervantes con don Quijote y Sancho Panza, en la plaza de España. No podía haber escogido mejor lugar para un escritor. La novela gira alrededor del amor en todas formas. “El amor puede ser para siempre si uno se esfuerza muchísimo, de hecho, mi mujer y yo tenemos una historia muy bonita sobre cómo empezó nuestra relación. Y ya llevamos 20 años. Nuestra primera cita fue en un aeropuerto, y yendo para allí tuve un accidente. Llegué tarde y fue la persona contra la que me choqué la que me llevó hasta allí, después de explicarle lo que ocurría. Aquello terminó siendo una gran aventura. Una relación hay que trabajársela mucho. Tiene que haber mucha comunicación y mucha honestidad”, cuenta Nathan nada más comenzar nuestra conversación. No sé si Nathan cree en el amor a primera vista y se lo pregunto para no quedarme con la duda. “El interés surge a primera vista, pero para enamorarse creo que hace falta un conocimiento más profundo de la otra persona. Sé que hay psicólogos que de forma muy poco romántica dicen que enamorarse significa sencillamente olvidar todo el trauma pasado; yo no lo veo de una forma tan clínica. Creo que existe a atracción y un interés inmediato, pero que el amor es algo que viene con el tiempo”, expone el autor americano. “La atracción es poco duradera”Le ha gustado tanto la pregunta que sigue abundando en torno a ella. “La atracción es poco duradera. De hecho, hay psicólogos evolutivos que afirman que todos tenemos siete personalidades innatas, y una de ellas es la de atraer a la pareja, pero otra es la de retener a esa pareja, entonces, hay quién cree que somos una persona totalmente distinta cuando encontramos pareja que cuando intentamos quedarnos con ella”, señala y eso que no es psicólogo, pero reconoce que sí se ha documentado mucho para escribir el libro porque una de las protagonistas, Elizabeth, es psicóloga. “Me impliqué con muchos textos de psicología. Elizabeth es un personaje que está muy distanciada de sus sentimientos, que tiene una personalidad muy sofisticada e intelectualiza sus emociones. Todo eso lo quise plasmar en el libro. A veces nos pasa que conocemos a alguien y lo vemos tal y como queremos verlo. Idealizamos una vida a su lado, pero luego las cosas no salen tal y como planeamos. Sucede que nuestras parejas quieren cosas que no las queremos nosotros”, relata Nathan con nervio. Por eso, hay que estar más apegado a la realidad en las relaciones, “yo creo que una relación madura necesariamente pasa por aceptar y abrazar esas diferencias. En el libro hablo de esa energía, ese subidón de una relación nueva que puede durar entre seis meses y dos años, pero creo que es muy importante, para que una relación funcione, aceptar que la otra persona tiene sus propias intenciones y sus propios deseos y planes”, señala. El amor es tan importante como el humor. Nathan Hill lo creo fundamental y así nos lo dice: “El motivo principal, seguramente, por el que incorporo el humor en mis libros, es que entre mi mujer y yo tenemos un ritual y es que cuando yo termino un capítulo se lo leo en voz alta y mi mujer tiene una risa muy bonita, es de risa fácil y a mí me encanta hacerla reír; creo que es un motivo para mí, asegurarme de que mis libros sean divertidos. Eso es la mitad de la razón, la otra es que, si le pides a alguien que se lea un libro de 600 páginas, me parece como poco, de buena educación, que sea entretenido y el humor me parece un vehículo para conseguir que la gente realmente quiera emprender ese viaje en una lectura tan larga”, sentencia.
“En mi libro, hablo de todas las relaciones, sin embargo, la que retrato está basada en algo que yo observé en mis amigos que se divorciaban, porque los suyos no habían sido matrimonios llenos de drama y conflicto, sino todo lo contrario, pero realmente habían llegado a un punto en el que les daba miedo sincerarse con sus parejas por miedo a hacer zozobrar la relación. Y entonces, a mí me sorprendía ver amigos míos muy cercanos que escondían parte de sí mismos, cosas muy importantes sobre quiénes eran; por no querer pelear, acababan generando una distancia que era lo que propiciaba el fin de la relación; me interesaba mucho ese miedo a sincerarse, a compartir una sinceridad brutal con la pareja por miedo a disgustarla demasiado”, elucubra el escritor superventas. Tanta sinceridad suele escamar en una relación. Siempre he pensado que algo habrá que ocultar. ¿Eso puede dar al traste con una relación? Yo creo que depende de la dimensión de lo que se oculta. Yo, como estoy en España y no se van a enterar lo voy contar. Yo tenía unos amigos que se separaron porque uno quería tener hijos y el otro no, pero nunca lo hablaron por no querer discutir, y eso fue lo que acabó rompiendo la relación. Al final, yo creo que en las cosas grandes hay que ser honesto, hay que ser sincero, pero si se trata de que ese plato en realidad no me gusta, pero voy a hacer que sí y me lo voy a comer, pues tampoco pasa nada”, sostiene con convicción. Nos confiesa que, a raíz del libro, muchos amigos le piden consejo. “Pero no estoy preparado para darlos”, afirma. Allá ellos. Lo que si dice es que se lo pasa bien y añade “lo que queremos es vivir en una fantasía, creer que la otra persona nos va a completar y cuando nos damos cuenta de que esa otra persona es una persona totalmente independiente, pues ahí es cuando llega la desilusión. En este caso, es evidente que no es malo cambiar por una pareja en ciertos aspectos, pero entregarse totalmente a otra persona, como hace Jack en la novela, eso puede ser una fuente de resentimiento y de mentiras. Creo que es importante tener en cuenta esa distinción”, analiza sagaz.
También cree que, en el libro “se ven las relaciones que en general son algo que se producen a través del tiempo, entonces, es importante tener en cuenta cuál es el relato que nos contamos acerca de nuestra pareja y de la relación que tenemos, porque en el libro vemos cómo cambia el vecindario, como cambia el país… La gente cambia dentro de una relación también, y creo que es muy importante revisar el relato de una pareja porque si no, podemos encontrarnos con que estamos manteniendo una relación con una versión antigua de esa persona que ya está a otra cosa”. Estaríamos horas hablando con Nathan, es una persona accesible, sencilla, pero brillante. Un buen conversador como pocos. Así que decido hacerle una última pregunta. Entonces, cuando la vida no te llena de felicidad, qué hay que hacer, ¿salir corriendo? ¿volver a hablar con la pareja? Tú como consultor ¿qué opinas? Su respuesta no se hace esperar. “Yo pienso que cuando llegamos a la cuarentena o a la cincuentena, cuando empezamos a sentir una especie de insatisfacción por todos los caminos que no hemos tomado en la vida, genera pesar, porque quizá en otro camino sentiríamos más satisfacción, nos sentiríamos más realizados, con una sensación de estar más vivo, es la condición humana, pero sería realmente imposible tomar todos los caminos, realizarnos de todas las maneras posibles. Entonces, creo que esa sensación hay que aceptarla con gratitud, porque al final es un símbolo de hasta dónde hemos llegado en la vida, y a mí realmente es una reflexión que me encanta. Creo que, en Estados Unidos, la gente vive con la mentalidad de sentir que debe satisfacer todas las necesidades, comprar de todo para todos los estados de ánimo posibles, y yo creo que lo que tenemos que hacer es las paces con esa emoción de no estar del todo satisfechos”, concluye el escritor best seller. Puedes comprar el libro en:
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