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Patrick Rosas
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Patrick Rosas (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Entrevista a Patrick Rosas: “Una novela es arte, un elemento estético”

Autor de “Un señor llamado Joseph Hamilton”
Por Javier Velasco Oliaga
domingo 05 de febrero de 2023, 23:00h

Me encuentro con Patrick Rosas en una soleada tarde de invierno en un hotel de la Gran Vía madrileña, lleva unos días en la capital de España, ciudad a la que adora, proveniente del norte de Francia, concretamente desde Normandía, un paraíso que sigue teniendo un oleaje verde, tanto del mar como de los campos silvestres de la zona. Rosas es un escritor singular nacido en el Perú, en la capital limeña, tiene pasaporte británico aunque lleva 40 años viviendo en Francia. Todo un ciudadano del mundo. Ahora lo veremos.

Patrick Rosas
Patrick Rosas (Foto: Javier Velasco Oliaga)

“Con eso de que Gran Bretaña se ha ido de Europa –quizá nunca fueron europeos esos ingleses- puedo tener algún problema en Francia, pero no lo creo, son muy civilizados”, dice el escritor ¿inglés? Nada más comenzar nuestra conversación mientras saboreamos un café, quizá del Perú o de la vecina Colombia. A su lado, durante la entrevista, se encuentra su mujer, ella sí, francesa de pura cepa.

Patrick Rosas se siente extranjero en todas partes. “Tengo pocas conexiones con Perú, voy de vez en cuando. Allí me publican todos mis libros”, explica. Sin embargo, casi todos los años pasa algunos días de sus vacaciones en España. La Madre Patria, dicen algunos de sus amigos y él también lo siente así. “España nos conquistó, pero también nos dejó una cultura y una religión que une más de lo que creemos”, afirma con un tono cadencioso, mezcla de muchos acentos de todo el mundo.

Un señor llamado Joseph Hamilton” es la segunda novela que publica en la Editorial La Huerta Grande. En 2015 sacó a la luz “El año de los Saicos”, en toda su carrera ha escrito cuatro poemarios, uno a punto de editarse en Perú, dos libros de cuentos y nueve novelas. “En este tiempo he mandado dos novelas a Philippine González-Camino, mi editora, pero me los rechazó. Sin embargo, esta última tardó muy poco en decidirse, estaba conduciendo camino de Burdeos cuando me llamó para decírmelo. No me lo podía creer”, confiesa Patrick.

Lo primero que llama la atención es el título de la novela. ¿Por qué? Le pregunto. “Es un nombre que se me ocurrió cuando era niño y quería ser escritor”, responde sin titubeos. Quizá porque la novela tiene mucho de autobiográfica. “Fue lo que me pasó en mi primer viaje a Europa, recién aterrizado de Perú”, evoca. El protagonista Laslo Caligari es el alter ego del escritor. El apellido, claramente, ha sido influenciado por aquella película muda de terror “El gabinete del doctor Caligari”, del director alemán Robert Wiene. El protagonista es un joven bien parecido, alto para una ciudad como Otrora –ciudad ideada por el autor que se asemeja mucho a Lima, pero también al Macondo de García Márquez o la Comala de Rulfo- que parte el 1 de agosto de 1966 con destino a Checoeslovaquia con la vaga promesa de una beca. Cuando llega no había nada de nada de lo dicho. “Me encontré con tres venezolanos que me ayudaron y me dijeron que lo que mejor podía hacer era encadenarme a la puerta de aquella Unión Internacional de Estudiantes (UIE) ya que nos les gustaban mucho los escándalos. Efectivamente, pronto me dieron la opción de una beca en la Universidad de Lodz, que tenía fama por su Escuela de Cine; hasta ir allí, pasé tres meses en un hotel a cuerpo de rey”, cuenta.

“Mi novela es difícil de encajar en un solo género, son memorias, es autobiografía, es metaliteratura... Una sinfonía, en tres movimientos con transiciones. Tenía la pretensión de que fuese un movimiento musical. Siempre busco la musicalidad en mis escritos”, explica Patrick Rosas que apunta que la novela la ha escrito en año y medio y que ha realizado cinco versiones. “Con pequeños cambios”, reconoce y añade “el tema de la novela me llegó a la cabeza un buen día que estaba buscando un narrador diferente, un narrador que estuviera leyendo los pensamientos del protagonista, que supiese lo que le ocurría en cada momento. Eso me permitía una gran libertad de acción, llegar a otros registros que no son ficcionados. En cómo podría ser una novela si realmente la escribiera”, analiza Patrick.

“La memoria inventa más de lo que creemos”

Para el autor de “Un señor llamado Joseph Hamilton”, “mi novela, que tiene mucho elementos autobiográficos, es fruto de mis recuerdos, pero realmente no existe una memoria rígida. La memoria inventa más de lo que creemos. Por eso, Caligari actúa como un narrador invisible que me permite una omnipotencia narradora". Lo que supone que su novela tenga mucho de polifónica.

“Los años sesenta fueron unos años muy viajeros. Se podía ir a cualquier sitio con muy poco dinero. Yo fui haciendo dedo y dormía en la calle. Algunos días lo hice en la Plaza de España en Roma. Había una seguridad que no la hay ahora”, rememora con una sonrisa. Son unos recuerdos agradables los que tiene y se le nota en sus chispeantes ojillos. Por eso, reconoce que los dos personajes principales, Laslo y Myria, aunque sus nombres son inventados se basan en personajes reales, aunque mucho de lo que les ocurre ha sido inventado por el autor.

Los recuerdos pueden convertirse en parodia

Tiene la novela una trama muy literaria, “en ella reflexiono sobre la vida, el arte y la literatura. La ficción está en los detalles, en la pulsación de la historia. Mi pretensión es que haya una fluidez en la escritura, que la prosa sea sencilla como un rio tranquilo”, sugiere. Su literatura es como su hablar pausado y fluido a la vez, como ese río del que habla y que se va acercando al mar de manera parsimoniosa.

Reconoce que “he trabajado con el material de la memoria. Otrora se parece a Lima, algunas de sus estatuas las he cambiado de nombre y la he bautizado como Pulgarcito I. Los recuerdos, en muchas ocasiones pueden convertirse en parodia con un sentido fuertemente irónico. Introduzco hechos que son ridículos, pero humorísticos. En mi opinión, Perú nunca terminó de construirse, sigue siendo una sociedad dividida y fragmentada”.

Por otra parte, señala que “en Perú, la poesía es muy leída y se tiene en una gran consideración. La tradición literaria peruana sigue siendo muy frágil”, opina. Para finalizar, Patrick Rosas nos habla de sus grandes influencias. “Sobre todo Nabokov, es magistral, también Flaubert y Kafka han influido mucho en mi. Nabokov de forma más pedagógica, su precisión y la necesidad de que haya poesía en la ficción es algo magistral”.

“Yo gozo escribiendo, para mí es una catarsis. Hay escritores que sufren mucho escribiendo, siempre me ha preguntado que si es así para qué lo hacen. Mi gozo es un gozo estético. El gozo está en el sentimiento estético. Para mí, la novela es un arte, un elemento estético que se sublima con la interacción del lector”, concluye este escritor que no es de ningún sitio porque es de todos. Patrick Rosas un escritor de mundo y del mundo.

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