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Miguel de Cervantes Saavedra
Miguel de Cervantes Saavedra (Foto: Archivo)

Dos nuevas joyas inéditas sobre Miguel de Cervantes Saavedra, apoyadas con sus firmas autógrafas, revelan su presencia en Alcalá de Guadaíra y en Arahal

«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
lunes 20 de enero de 2025, 08:07h
El excelente historiador José Cabello Núñez, secretario de la Asociación Provincial Sevillana de Cronistas e Investigadores Locales, archivero del Archivo Municipal de La Puebla de Cazalla, autor de los excelentes trabajos, sirva de ejemplo: «Hallados dos documentos inéditos sobre la labor recaudadora de Cervantes» (2018); «Nuevos documentos para la biografía de Miguel de Cervantes Saavedra, un comisario real de abastos en los antiguos Reinos de Jaén y Sevilla (1592-1593)», (2016); «Miguel de Cervantes, comisario del Rey en Andalucía: nuevas aportaciones documentales para su biografía» (2015-2016); «Miguel de Cervantes, un comisario real de abastos en La Puebla de Cazalla: documentos inéditos sobre el abastecimiento de la Armada de Felipe II y la Flota de la Carrera de Indias», en Trigo y aceite para la Armada. El Comisario Miguel de Cervantes en el Reino de Sevilla, 1587-1593 (2015); y «Miguel de Cervantes en La Puebla de Cazalla: un nuevo e inédito documento cervantino lo acredita» (2014), quien hasta ahora descubrió 68 nuevos documentos sobre el brillante soldado Miguel de Cervantes Saavedra, «persona inteligente y de confianza», por ejemplo en Morón de la Frontera, Osuna, Porcuna, La Puebla de Cazalla y Villamartín, de estos 7 firmas autógrafas-, descubrió dos nuevas joyas documentales en el Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla, firmadas en el verano de 1590.

El primer documento hallado por el benemérito documentalista José Cabello Núñez trata de una carta de pago datada el 13 de agosto de 1590, donde Miguel de Cervantes, vecino de Sevilla en la collación de Santa Cruz, declara haber recibido de Agustín de Cetina, pagador de las Armadas Reales, 82.278 maravedís que le libró el proveedor general Antonio de Guevara el 22 de agosto de 1588 en Madrid. No obstante, no se documenta la razón de dicho pago. Según el documentalista José la carta «es de gran interés», ya que Cervantes tuvo que presentar a dos testigos que lo identificaran, y que estos fueron su criado Juan Gómez de la Hermosa, que vivía con Cervantes en su casa, y el afamado platero Hernando de Ballesteros, lo que confirma la relación de Cervantes con artistas de Sevilla.

El segundo testimonio firmado, el 18 de septiembre de 1590, por Miguel es una carta de obligación, quien confiesa ser vecino de Esquivias, arzobispado de Toledo. El glorioso Manco, junto a su amigo Juan de Manzanares, alguacil mayor de la Proveeduría General de las Galeras y Armadas, vecino de Sevilla, quien ejerce como su fiador, compra a Damián de Ribas, mercader, 52 varas y 3 cuartas de tafetán negro en doblete-, al precio de 7 reales y cuartillo la vara, obligándose al pago de 382½ reales- un tejido de seda labrada muy delgado, empleado para la confección de indumentaria ceremonial. Miguel presenta a dos testigos, es decir, a Francisco de Laguna, vecino de Madrid y portero de Cámara de Su Majestad, y a Pedro Suazo Ibáñez, vecino de Sevilla.

Aparte de ello, entre los 27 documentos del Archivo Municipal de Carmona y del Archivo Histórico Provincial de Sevilla, ahora localizados por José Cabello Núñez, hay 8 datos que atestiguan, por primera vez, la presencia de Cervantes en Alcalá de Guadaíra en febrero de 1590, donde recogía el aceite para la Armada Real. Entre dichos 8 testimonios se encuentran 3 poderes, 3 cartas de pago, una declaración y una carta de obligación, proporcionados entre el 13 de febrero y el 3 de agosto de 1590 en Sevilla y en Alcalá de Guadaíra, y certifican que Cervantes sacó aceite de este lugar el 9 de febrero, mismo día que el Cabildo Municipal de Carmona se reunió para tratar de su visita en Alcalá de Guadaíra antes de su estancia en Carmona.

Además de esto, 6 vecinos de Alcalá de Guadaíra, uno de ellos un labrador Juan de Mairena, y tres de Sevilla afirman que Cervantes obtuvo 406 arrobas de aceite en Alcalá de Guadaíra a un precio que oscilaba entre 10 y 11½ reales la arroba, cuando en Carmona se pagaron entre 12 y 13 reales cada una. Los otros datos, elaborados entre el 15 de abril de 1590 y el 25 de marzo de 1593, son unas cartas de pago y poderes jurídicos entregados en Carmona y Sevilla por arrieros, clérigos, labradores, pasteleros, cobradores de alcabalas y el comisario real de abastos Pedro Gómez de la Hermosa, y algunos de ellos dan cuenta de que aún no han cobrado en 1593, 3 años más tarde, las arrobas de aceite que Cervantes sacó para la Armada Invencible.

A continuación, José Cabello Núñez destaca, también, una carta de pago, del 16 de septiembre de 1590 en Carmona, referente al arriero Juan Chico, quien percibe 46 reales por haber transportado 46 arrobas de aceite en febrero de 1590 desde Arahal, Sevilla, para el servicio de las galeras, sacadas por Miguel de Cervantes.

Antes de terminar, subrayo que el primer documento sobre Francisco de Laguna fue localizado por el excelente profesor Emilio Maganto Pavón, Jefe de Sección de Urología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, exprofesor asociado de la Universidad de Alcalá de Henares, a saber, el 16 de enero de 1586, Francisco de Laguna, portero de Cámara real, fue testigo en la ceremonia de velaciones de Miguel de Cervantes y Catalina de Salazar y Palacios en la iglesia de San Martín, cuya acta fue descubierta al cabo de 406 años por el benemérito historiador Emilio Maganto Pavón.

Según el documento del 13 de marzo de 1591, en la Cárcel Real de Sevilla, encontrado por el benemérito historiador Miguel Ángel Galdon Sánchez, Cervantes, criado de Su Majestad, vecino de Esquivias, actuó como fiador de Francisco de Laguna, portero de la Cámara del rey, vecino de Madrid, quien no había pagado la posada, y ambos se comprometieron a abonar 90 reales de plata a Ana de Figueroa, esposa de Lázaro de Ocaríz, vecina de Sevilla.

También, gracias a la benemérita historiadora Marina Martín Ojeda sabemos que el 30 de septiembre de 1592, en Écija, Cervantes otorgó ante el escribano público Francisco de Tamayo un poder al portero de Cámara de Felipe II, Francisco de Laguna, para que le representara ante la justicia civil y eclesiástica en cualquier lugar. Sus testigos fueron los vecinos ecijanos Francisco Bermudo Betsabé, Andrés de Cerio y Pablo de Saavedra.

Agradezco muchísimo al extraordinario documentalista José Cabello Núñez sus nuevos datos de excelencia, que ya forman parte de mi libro: «Documentos de Miguel de Cervantes Saavedra, 1547-1616», que contiene 1.123 documentos, únicamente relacionados con el «Príncipe de los ingenios españoles», de estos 807 nuevos testimonios.

De igual manera, doy las gracias a nuestros excelentes documentalistas Emilio Maganto Pavón, Miguel Ángel Galdon Sánchez y Marina Martín Ojeda, cuyos documentos testimonian una gran amistad entre Miguel y Francisco, que por ahora se documenta entre 1586-1592, y de la misma forma, los nuevos documentos de nuestro meritorio José Cabello Núñez dan testimonio de la excelente amistad que mantuvieron Miguel y Francisco.

En resumidas cuentas, le felicito a nuestro magnífico José Cabello Núñez por el hallazgo de dichos diamantes documentales, -un hito histórico de primer orden- y por su destacada contribución a la biografía documentada de Miguel de Cervantes Saavedra, héroe nacional e internacional, la Historia de Alcalá de Guadaíra y la de Arahal, que deberían quedar fijados en los papeles para rectificar así los grandes desaciertos en las enciclopedias, libros de enseñanza, y revistas electrónicas. ¡Enhorabuena!

«Laus in Excelsis Deo»,
Krzysztof Sliwa

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