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Antonio Manzanera
Antonio Manzanera

Entrevista a Antonio Manzanera, autor de "La suave superficie de la culata"

"El FBI se fundó para perseguir los crímenes, la CIA para burlar la ley"

Por Javier Velasco Oliaga
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

Antonio Manzanera publicó en la editorial Umbriel a finales del año pasado su segunda novela La suave superficie de la culata, "una novela de intriga con una parte histórica", como la define el autor en una entrevista que mantuvimos sobre su obra. Después de leerla nadie diría que este thriller lo haya escritor un autor español.

Antonio Manzanera
Antonio Manzanera (Foto: Javier Oliaga)

Está claro que no lo es, pero amigos suyos de esos servicios americanos le han informado sobre muchos pormenores de los mismos, cómo son las rencillas que han tenido y tienen ambos servicios de información americanos. "Estos servicios se dividen en tres grandes departamentos, el primero es el de Inteligencia, el segundo de Contraespionaje y el tercero de Operaciones Especiales, es en el segundo en donde chocan ambas agencias y eso que el FBI solo se circunscribe al interior de Estados Unidos y la CIA es para el exterior", explica el escritor murciano.

"El FBI se fundó para perseguir los crímenes, la CIA para burlar la ley", afirma sin un asomo de dudas Antonio Manzanera. El FBI se encargaba, entre otros menesteres, de intentar desmantelar toda organización mafiosa; a la cabeza estaba la Cosa Nostra. Mientras la CIA montaba todo tipo de operaciones para asesinar líderes de otros países o ayudar a derrocar gobiernos democráticos para poner en el poder a personas de ideología pro americana que fuesen fácilmente manipulables.

Fidel Castro se encontraba entre sus principales objetivos. "Contra el líder cubano se produjeron 638 intentos de asesinato", nos cuenta el escritor murciano. El primero que se cuenta en La suave superficie de la culata, el envenenamiento mediante un puro impregnado con una toxina, "es absolutamente real", apunta. Por peregrinas que puedan parecer, muchas operaciones tenían estas características. "La suerte juega un papel fundamental en este tipo de operaciones. Las más extrañas son las que suelen tener éxito", apostilla.

Todo lo que cuenta en la novela no sólo tiene una base histórica sino que es verdad. "Lo que yo escribo es verdad y procuro que no tenga ningún error", afirma decidido y añade que "cuando me pongo a leer un libro y veo que tiene un error, lo cierro". Su obsesión por lo verídico hace que sus novelas, -ésta es su segunda novela, la primera El informe Müller trató sobre la posguerra alemana-, estén muy documentadas. "No me pongo a escribir hasta que no tengo toda la novela perfectamente estructurada. La suave superficie de la culata me llevó más de cuatro meses de investigaciones. Una vez que me pongo a escribir, el proceso va muy rápido. En menos de dos meses tenía la novela escrita", nos desvela.

Su última novela, -ya tiene otra preparada para el otoño de este mismo año, La tercera versión, escrita antes que la recién publicada pero que se adelantó a ésta porque el pasado mes de noviembre se cumplía el cincuentenario del magnicidio de John F. Kennedy-, tiene dos ejes fundamentales, por un lado la historia se mueve en el mundo mafioso de los casinos y las drogas. Las Vegas es la ciudad protagonista, por otra parte son los intentos de asesinatos que la CIA planea contra Fidel Castro. En esta ocasión pide ayuda a la Cosa Nostra, a cambio de ciertos favores, ya que la agencia americana no tenía equipos operativos en la isla caribeña. Sin embargo, la Cosa Nostra sí, ya que en el años 1959 Castro cerró los casinos y dejó sin trabajo a muchos esbirros de la mafia.

"Lo primero que hizo Fidel Castro al subir al poder fue cerrar los burdeles y lo segundo expropiar los casinos de la Mafia", nos recuerda el escritor. La Cosa Nostra, por lo tanto, odiaba a Castro, ya que les dejó sin un rentable negocio, aunque luego la pérdida fue realmente poca porque ya nadie iba a ir a La Habana a jugar a los Casinos teniéndolos en Las Vegas. Pese a eso, el rencor continuaba existiendo y la CIA lo utilizó para su beneficio. Todos los intentos fueron vanos, algunos por cuestión de suerte, pero analistas de esa agencia le contaron a Antonio Manzanera que "los fracasos se produjeron porque no hubo ningún intento suicida; si hubiesen pagado a un árabe extremista, todo podría haber cambiado", nos relata.

El autor de La suave superficie de la culata no vive de la literatura, su profesión es la economía, especialista en emprendimiento. Ha escrito el libro Finanzas para emprendedores donde ha volcado sus conocimientos sobre la materia. También se nota en la novela porque las formas que los mafiosos tienen de blanquear el dinero sólo puede describirlas alguien con estudios de economía. Sus libros, sabe que en España no le van a hacer millonario, otra cuestión sería en el extranjero. Confía en que sus dos novelas publicadas puedan tener éxito en Alemania y Estados Unidos, para eso ha contratado una agencia literaria.

La documentación que ha manejado para escribir la novela le ha supuesto hacerse un conocedor del mundo de los casinos. Sus descripciones sobre la vida en Las Vegas son muy acertadas y reales, de ahí que siempre viese el proyecto de Eurovegas de Alcorcón como una utopía. "Que se vaya a Asia es lo más normal del mundo, a los chinos les encanta el juego y las apuestas, los españoles somos más de mus y dominó", apunta acertadamente. Las exigencias puestas por el magnate americano, eran totalmente inadmisibles y sólo personas sin experiencia podían creerse que ese proyecto podría ir hacia delante.

Con respecto a El informe Müller, La suave superficie de la culata es un libro más sencillo de leer. "No quería sacar ni tantos nombres como en la primera y con una trama con menos ramificaciones", confiesa, pero para él la principal característica de su nueva novela es que "todos los personajes son malos". El mundo de la mafia es así, su principal característica es lo vengativos que son. "Creo que lo que mejor se ha hecho sobre la Cosa Nostra es la serie de Los Soprano. Los mafiosos son así, gordos, vagos, siempre sentados a una mesa planeando crímenes o venganzas", describe y cree que películas como El Padrino no reflejan fielmente ese mundo.

Otra característica muy importante de su literatura es que "los personajes han de tener cierto interés humano. Que sean creíbles y reales, que cometan errores como todos cometemos en nuestra vida", subraya. Además ha buscado que la linealidad de la narración se rompa con varios flashback que hacen más interesantes sus páginas. "Quiero que el lector tenga siempre una razón para pasar de página. Ante todo hay que ser un escritor honrado, no hay nada peor que un lector me diga que no he sido honesto en la narración. No hay que estafar al lector", opina.

Su novela tiene mucho de literatura americana, no en vano sus escritores favoritos son Patricia Highsmith y James Ellroy. De este último tiene mucho, pero manteniendo una originalidad clara donde la principal característica es la rigurosidad de la historia y lo impredecible de la trama.


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