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Elsa Osorio
Elsa Osorio (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Entrevista a Elsa Osorio: "Me gustan las novelas corales y me gusta que haya varios narradores en la novela"

"La Capitana", la historia fascinante de una mujer irrepetible
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h
Mika Feldman fue una mujer irrepetible, la única mujer que estuvo al mando de una columna del ejército republicano, y más concretamente de una columna del POUM. La escritora argentina Elsa Osorio cuenta su historia y sus vivencias más íntimas en la novela La Capitana, un relato trepidante de un personaje tan increíble que parece pura ficción, sin embargo, existió en la realidad. El libro ha sido publicado por la editorial Siruela.
"Mika era un mujer dura y muy lúcida. Con una gran capacidad de tomar decisiones militares y de otra índole, pero siempre usando los recursos propios de su condición femenina", así define la autora a la protagonista de la novela. Una luchadora, una militante de las facciones más radicales del comunismo y siempre una luchadora antifascista que la hizo estar al lado de los más desfavorecidos en diversos momentos de su vida.
En los años veinte estuvo en la Patagonia y en Buenos Aires al lado de los más desfavorecidos, en los años treinta en Berlín, donde fue testigo del triunfo en las urnas del nazismo, en Paris y, sobre todo, en España, donde luchó en las filas del Partido Obrero de Unificación Marxista de Andreu Nin, partido de ideología trotskista que fue perseguido y laminado por el Partido Comunista y sus agentes soviéticos, que deambularon por una España que se desangraba en una guerra fraticida.
"Fascinada por la revolución rusa, Mika militó en el Partido Comunista en Argentina, de ahí pasó al Partido Comunista Obrero, no encontró lo que ella quería y emigró a Europa", relata Elsa Osorio sobre la experiencia vital de la "capitana". Su experiencia en Berlín fue desoladora con el ascenso de Hitler al poder. De ahí pasó a París y después a España. "Lo que no encontró en Alemania, lo va a encontrar en España luchando a favor de la República, a favor de la revolución", señala la escritora argentina. Fue amiga de Julio Cortázar y André Bretón. Estudió Odontología en la Universidad de Buenos Aires y Arte en la Sorbona de París. El escritor argentino aparece en las páginas de la novela que mezcla personajes reales con otros de ficción.

Y en España luchó contra el fascismo y a favor de la libertad, que luego sería cercenada por el propio PCE, por un estalinismo rancio, que aupado desde la presidencia de gobierno por Juan Negrín, cometieron los más execrables crímenes en sus propias filas: militantes del POUM, incluido su líder Andreu Nin o anarquistas fueron encarcelados e, incluso, ejecutados por tribunales populares sin ninguna legitimidad. Las mujeres fueron apartadas del frente y muchas, como Mika, fueron encarceladas. Mujeres como la protagonista lucharon valiente y bravamente en el frente, algunas vinieron de otros países.

"Por fin una guerra tuya, de tu país, no una guerra ajena", le dice a Mika un exiliado argentino en París en 1982 refiriéndose a la Guerra de las Malvinas. Revolviéndose le espetó: "Yo no quiero ninguna guerra liderada por esos genocidas", dijo refiriéndose al dictador Galtieri y los milicos que condujeron a la muerte a "30.000 hermanos". Ninguna guerra es justa pero esa guerra lo es menos por el engaño que supuso a una nación que se desangraba en una crisis económica. El que ahora la presidenta argentina reivindique esas islas no es más que una nueva huida hacia delante de unos dirigentes que no saben estar en su sitio.

La capitana le ha costado a Elsa Osorio 25 años terminarla. Por supuesto, no han sido seguidos. La historia le ha ido viniendo poco a poco, en forma de artículos que escribió la propia Mika, que fue periodista en una parte de su vida, en forma de cartas, las que su marido, Hippolyte Etchebéherè, la escribía convaleciente en un hospital o en forma de documentación encontrada en la biblioteca del Museo Social de Paris o en la Biblioteca de Berlín. Y ahora también en Internet, aunque ha encontrado "errores garrafales", como aquel que la señala como enfermera en la contienda española. Según fue avanzando la investigación, fue entendiendo muchas cosas de la protagonista, sobre todo por qué dice que la echaron de la guerra, como refleja en sus propias memorias y por qué estuvo presa en la Dirección General de Seguridad y no lo cuenta en sus escritos. Años después de su experiencia en la Guerra Civil, Feldman escribió el libro Mi guerra de España donde relata muchas de sus experiencias. La autora entiende perfectamente a la protagonista, quizá tenga muchos puntos en común con ella, quizá compartan muchos principios, aun habiendo pasado muchos años.

Pero ha sido en estos últimos cuatro años en los que ha dado forma definitiva a una historia que le ha rondado por la cabeza un cuarto de siglo. La historia de Mika merecía ser contada y Elsa Osorio la ha contado como se merece. La ha contado de forma clara, precisa y vigorosa. Ha contado la vida de Mika, "sin querer ser una biografía", de una forma atrayente para el lector, adornándola con "una ficción que no niegue la historia", pero sí incluyendo o reuniendo personajes históricos en uno de ficción, como ha pasado con el traidor Andrei Kozlov, agente soviético, auténtico malvado de la novela.

La obra se compone de dos relatos diferenciados, el de su vida y el de la guerra civil española, los dos contados de forma cronológica y que se van desarrollando casi en paralelo, enriqueciendo y explicando lo que ocurrió en el pasado más lejano. "Me gustan las novelas corales y me gusta que haya varios narradores en la novela", explica en declaraciones a Todo Literatura. Hay narradores en primera persona, como la miliciana Emma, que da una visión muy cercana y romántica de la guerra, o la propia protagonista, que incluso nos habla después de muerta. Hay, también, un narrador omnisciente en tercera persona que cuenta la historia desde una lejanía cercana, que sabe lo que ocurre pero que deja decir a diversos protagonistas cosas que el narrador sabe que no sucederán.

Este narrador, más fiel a la historia real, analiza cómo al comienzo de la guerra había una mayor unidad en el bando republicano frente al enemigo, cómo esa unidad se va resquebrajando en el transcurso de la guerra y también explica cómo millares de extranjeros acuden con las Brigadas Internacionales a luchar a un país que no es el suyo. Y Mika, antes que todos ellos, estaba luchando en los campos olvidados de Guadalajara o en los alrededores de Madrid al mando de una temeraria columna.

A Elsa Osorio se la nota en la conversación que está orgullosa de su libro, habla con pasión del mismo, explica concienzudamente cómo construye los personajes, cómo se ha documentado en un proceso casi interminable y se nota que ha disfrutado escribiéndolo, tanto como dando clases en sus talleres literarios y mostrándose orgullosa de que alguno de sus alumnos publiquen ahora su primer libro y esa satisfacción se refleja en sus chispeantes ojos que se la iluminan cuando habla de cómo la gusta acompañar en ese proceso de creación a su alumnos. Los mismos ojos que se le quedan al lector al enfrentarse con una historia inaudita, pero real; tan real como la sangre derramada en aquellos campos yermos de España en una guerra que nunca hubo de pasar.

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