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Matilde Asensi
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Entrevista a Matilde Asensi, autora de "La conjura de Cortés"

"Los españoles nos olvidamos de nuestros héroes"

jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

Sepan vuesas mercedes que la escritora alicantina Matilde Asensi dio hace pocas fechas a la imprenta su nueva novela "La conjura de Cortés". Tipógrafos, cajistas de imprenta y correctores laboraron afanosamente durante días para componer un libro que pudiesen leer gentes de todo el mundo en sus lenguas romances. En las Españas se encargaron que todo estuviese puntualmente en orden los editores de Terra Firme, hoy Planeta, para que ahora puedan disfrutar del libro por unos escasos doblones.

Matilde Asensi (Fotos: Javier Velasco)
Matilde Asensi (Fotos: Javier Velasco)

En la obra podrán conocer las peripecias de Catalina Solís en el Nuevo Mundo, después de abandonar sus queridas tierras andaluzas y después de consumar su venganza a los Curvo y Martín Nevares, intrépido navegante que al alba es hombre y al ocaso se muestra fémina. Catalina y Martín dos personajes que comparten un mismo cuerpo y las mismas aventuras desde diferentes puntos de vista.

La literata Matilde Asensi afrontó el reto de escribir una aventura que no se circunscribiese a un único volumen y a una única historia, "me apetecía hacer algo nuevo, no sabía si era capaz de escribir una historia en sitios disímiles, con personajes diferentes, pero unidos por una misma protagonista. Relatar una trilogía era un reto muy personal", confiesa la escritora alicantina, un reto que salda de forma positiva.

"La conjura de Cortés", es el último tomo de los legajos pertenecientes a la trilogía Martín Ojo de Plata, la escritora afronta una historia de piratas y bribones a los que estamos muy acostumbrados en estas tierras americanas de este siglo XVII que Dios guarde. La idea del libro surgió gracias a una historia narrada en imágenes que vio de manera fantasmagórica en un ingenio que siglos venideros denominarán como el cinematógrafo. Ese invento, que después de ser popular entre las gentes de los reinos occidentales, e incluso orientales como en la Indias originales, que no las nuestras, que es término prestado y ya están en franco retroceso y si no miren esas historias de Piratas del Caribe en sus capítulos segundo y tercero como hizo Matilde Asensi para inspirar su nueva obra, en la que cualquier coincidencia con la historia es totalmente inusual.

En esas historias narradas por escribidores de su Majestad Británica, los piratas ingleses son los buenos, guapos y apuestos; los gobernadores españoles de las Américas son los malos, los feos, los gordos, los afeminados, los sádicos... y miles de epítetos más. Los ingleses escriben la historia como les parece, al fin y al cabo, los ganadores la escriben como quieren y los perdedores no suelen tener reales para adquirir tinta, plumas y papeles para contrarrestar historias con más de leyenda que de certezas.

Catalina cada día más madura, se muestra rotunda y curvada. En el transcurso de la historia se la hace más difícil esconder una complexión voluptuosa

Matilde Asensi quiso reescribir la historia, acercándose a la verdad lo más posible. Para ello investigó, leyó innumerables legajos que le hicieron llegar desde distintos puntos de las Américas, Nueva España, Nueva Granada, Nueva Andalucía. Tanto pidió que las oficinas de la editorial de esa parte del océano echaban humo y pestes de la escritora gallega que les traía a mal traer con tanta búsqueda de documentos y legajos descatalogados y arrumbados en tiendas de lance que solo los más viejos de lugar recordaban entre nieblas. "Estoy muy agradecida a las oficinas de Planeta en el Nuevo Mundo que gracias a ellas no he tenido que coger carabelas con malas combinaciones para viajar. No necesito viajar porque las tierras y ciudades de ahora, tienen muy poco que ver con las del siglo XVII", explicita la escritora.

"Los españoles nos olvidamos de nuestros héroes, somos así de tontos. Tenemos que rescatar nuestras cosas buenas y asumir en su medida las malas. Los británicos exaltan a piratas como Sir Frances Drake, condecorado por la reina y elevado a sir, cuando era un canalla de tomo y lomo, un violador, tratante de esclavos", rememora Matilde Asensi que sí tiene memoria histórica. Este cruel asesino, que llegó a ser vicealmirante de la Marina Real Británica, es un héroe para sus compatriotas, cuando en realidad fue un despiadado bribón que asoló haciendas y buques a los dos lados del océano Atlántico.

Otros personajes históricos como el navegante Blas de Lezo, "no tiene apenas novelas, no tiene guión para el cine o para las series de la televisión", continúa diciendo. Un personaje realmente inteligente y peculiar, al que le faltaba un brazo, una pierna, un ojo, y más cosas que le hacía le apodasen por mal nombre "el medio hombre". Héroes así olvidados, y piratas como Drake ensalzado; pero es lógico, porque los británicos ensalzan la piratería siempre que a ellos les beneficie y si no recuerden los actos de piratería que se siguen cometiendo cada día cerca de la Roca, donde la droga se comercializa con la anuencia de las autoridades británicas de la colonia.

Pero ni todo es albo, ni todo es negro. Hubo héroes y gente honrada entre los conquistadores pero también hubo asesinos y gente cuyo único fin era el enriquecimiento personal, muchos de ellos gobernadores de las encomiendas. Hubo buenos y malos virreyes. Por ejemplo, Luis de Velasco fue un virrey querido, aunque cometió desmanes, sobre todo con su esposa, a la que maltrataba, pero emprendió obras como la desecación de los lagos de México que pasando los tiempos se recordaría en rancheras: Guadalajara en un llano, México en una laguna. Las numerosas inundaciones que acontecieron en la ciudad hicieron que se construyeran diques para evitarlo. Velasco empeñó su hacienda en dichas mejoras y también en otras, como la liberación de esclavos.

Sin embargo, Cortés fue bastante diferente, "fue una persona a la que no querría conocer", afirma la autora de Venganza en Sevilla. A otros muchos gobernantes de aquel tiempo, tampoco. "España está llena de gobernantes mediocres, antes y en la actualidad, se parecen las dos épocas como dos gotas de agua. Los españoles nos merecemos gobernantes mejores, ya que aquí somos buena gente, trabajadora, emprendedora y sufrida", reflexiona con acierto la escritora alicantina.

Esos gobernantes del siglo XVIII no supieron crear riqueza, igual que ahora. Los británicos sí, la reina Isabel I de Inglaterra supo crear la Compañía de las Indias Orientales, con la que colonizarían el orbe, enriqueciéndose ella y sus súbditos. Los monarcas de la dinastía de los Austrias solo luchaban en guerras de religión, esa sempiterna lacra hizo que el reino de España siempre estuviese endeudado, todas las riquezas que llegaban de América se iban directamente a pagar los intereses de la deuda, enriqueciendo a los banqueros tedescos, los Fugger. ¡Cuantas similitudes entre los siglos XVII y XXI! ¡Qué poco hemos aprendido!

Las cuatro bancarrotas a perpetuidad que sufrió el reino de España fueron ocasionadas por unos reyes que no se ocupaban de sus gentes y sí de luchas contra el protestante. Hasta se llegó a entregar Venezuela a los banqueros para saldar deudas. Pésimos gobernantes que arruinaron a unas gentes honradas. No nos extrañemos que la picaresca fuese la idiosincrasia de un pueblo sumido en la ruina que robaba para comer y cuánto se corresponde con la actualidad.

Matilde Asensi es la escritora española más leída en el mundo, tiene una fórmula magistral para conseguirlo, "soy escritora de novela histórica y de aventuras desde hace un cuarto de siglo. En mis libros doy aventuras, enigmas a resolver, todo lo necesario para que el lector disfrute. El romanticismo y el sexo se lo dejo a Federico Moccia o a Corin Tellado, aunque en mis novelas hay amor", sentencia.

La escritora de aventuras por excelencia es una persona sencilla, simpática y con una vitalidad fuera de lo común. Se muestra segura de lo que hace y cómo lo hace, porque sabe que lo hace bien y este tercer tomo de la trilogía es quizá el mejor, porque la protagonista tiene más aristas que en las anteriores entregas y en cada paso de página salta la sorpresa, las luchas, los cañonazos, los enigmas y, por supuesto, la venganza, un sentimiento tan presente o más que el amor. Lástima que Catalina se vaya a descansar, porque de lo que estoy seguro es que Matilde Asensi no descansa y ya está pensando en nuevos enigmas que resolver y retos que emprender.

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