"Qué raros son los hombres" y "Mujeres que viajan solas" de José Ovejero

En Qué raros son los hombres encontramos diversos relatos cortos, en los cuales seremos testigos de lo que acontece a un hombre que trata de prestar atención a las mulatas que se le ofrecen en Cuba; una mujer que recibe cada día la llamada obscena de un maníaco; un joven que observa con curiosidad a los dos homosexuales con los que comparte piso… ¿Tan raros son los hombres? ¿O sólo lo son cuando no saben compaginar su hombría proverbial con sus auténticos deseos?

Con un humor ácido y sombrío y con una extraordinaria intuición psicológica, todos los relatos de este libro parecen formular esa misma pregunta: una pregunta que no concierne exclusivamente al sexo masculino, sino a hombres y mujeres por igual, por lo que hay cuentos protagonizados por unos y otras que nos aportan una visión más global a las dudas y reflexiones que José Ovejero desea plantear.

Así, mediante distintos relatos que van desde anécdotas más cómicas hasta otras mucho más profundas, críticas o trágicas, el autor nos introduce fundamentalmente en todo lo que hay de resbaladizo y turbador en los mecanismos del deseo, sin dejar de lado otras temáticas relacionadas con él (o no tanto).

Por otro lado, Mujeres que viajan solas está formado por relatos que están protagonizados (directa o indirectamente) en su gran mayoría por interesantes mujeres que viajan solas. En otros, nos encontramos con hombres, parejas, un conjunto de viajeros y viajeras que recorren el mundo por diversos motivos: una científica austríaca que se desplaza a Karachi de mala gana para certificar la autenticidad de una momia, una joven senegalesa que se embarca en una patera, un hombre al que se le ofrece la oportunidad de cambiar su vida rutinaria por una estancia en el paraíso...

Pero la nostalgia por ese paraíso perdido es un invento de esa civilización de la que huyen muchos viajeros por motivos de evasión, profundos deseos de cambio de aires… o simplemente desean viajar sin ninguna razón aparente. Durante el trayecto que seguiremos al leer estos relatos, José Ovejero se aleja bastante del tono del humor, por lo que en lugar de nativos sonrientes e ingenuos y situaciones hilarantes y divertidas, los personajes encontrarán situaciones que no saben cómo manejar, a veces miseria y violencia. O descubrirán que el lugar o el encuentro soñados no bastan para transformar nuestra vida.

En definitiva, esta recopilación de Qué raros son los hombres y Mujeres que viajan solas está formada por cuentos, la mayor parte de los cuales son muy buenos y que nos harán reflexionar sobre el deseo y las circunstancias más oscuras que podemos encontrar al ir de vacaciones.