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Arturo Úslar Pietri

19/10/2020@03:00:00

El lunes pasado se celebró —bueno; esto es un decir, habida cuenta de la epidemia que arruina al país— la fiesta nacional, antes de la Hispanidad y, mucho antes, de la Raza —en algunas repúblicas americanas aún se la sigue llamando popularmente así—, pues es el día que Colón, hace más de quinientos años, desembarcó en San Salvador —en las actuales Bahamas— y cambió para siempre la concepción del orbe. Y si aquí no dejó de ser un breve cumplido en el palacio de Oriente, en América, tan protagonista o más de la jornada, sucedieron algunos incidentes que calificaría de chocarreros, porque no son sino torpes remedos de esa ola de iconoclastia que se ha desatado en EEUU, tras contemplar el mundo, estupefacto, el cruel asesinato de George Floyd por televisión.

Supongo que hace un par de semanas todos ustedes se quedaron tan sorprendidos como yo, cuando los noticiarios anunciaron que arribaban a Venezuela cinco petroleros cargados de gasolina iraní para que los motores del país pudiesen seguir arrancando. ¿Cómo era posible tal escasez en la nación donde se estiman las mayores reservas mundiales de petróleo? La respuesta era clara: ninguna de las cinco o seis colosales refinerías venezolanas era capaz de producir ni un mal barril de combustible apto para el consumo habitual.

Un retrato en la geografía iba a ser la entrega inicial de la trilogía El laberinto de Fortuna, reducida luego por Arturo Úslar Pietri a un binomio tras la publicación de la definitiva Estación de máscaras, donde vuelve a reflejar la sociedad venezolana una década más tarde.

De la inagotable nómina de los conquistadores, algunos novelistas del siglo XX sintieron tal predilección por Lope de Aguirre que le dedicaron cinco novelas y una pieza teatral, y con tanto éxito que, por medio, contagiaron al cine. Al punto que no en una, sino en dos películas fue relatado su aciago periplo, con lo que su cojitranca y sardónica figura se escapó de los antiguos cronicones y de los minuciosos estudios para andar aun hoy entre blogs y asomar, de cuando en cuando, en otros foros de la nueva realidad digital.

De las sucesivas expediciones tras el mítico El Dorado, ha sido la de Pedro de Ursúa la más conocida por el motín de Lope de Aguirre, quien bien fuera celebrado por Bolívar como el «primer libertador de América» o bien tachado como un canalla desalmado.

Drácena reedita "La isla de Róbinson", de Arturo Úslar Pietri, la biografía novelada de uno de los personajes más excepcionales y sugerentes de la historia de América: Simón Rodríguez

La última novela que escribió el autor venezolano Arturo Úslar Pietri fue una novela histórica sobre don Juan de Austria, personaje al que acompañó la polémica toda su vida. La obra "La visita en el tiempo" que ahora reedita Drácena Ediciones es una buena oportunidad para conocer a este gran militar y político español.

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La editorial Drácena recupera "Estación de máscaras", de Arturo Úslar Pietri, donde se cuenta cómo la alta sociedad venezolana apoyó el golpe de Estado, ávida de la riqueza petrolífera.

Desde hace siglos el ser humano ha tenido la necesidad de comunicarse, a través del lenguaje ,es por eso que las Frases son el reflejo de las palabras que surgen del pensamiento del hombre , cuando queremos expresar un sentimiento de amor , alegría , u otro lo transformamos en Frases , esta palabra deriva del latín “phrasis”.

Siempre ha habido hombres a los que su linaje les impone –a veces hasta sin severas coerciones; simplemente, no tienen más salida— un destino, mientras la vida, con su vitrina inagotable y jacarandosa, los tienta con otro; y ambos les resultan tan distantes y difíciles de conjugar que la disyuntiva los aboca de cabeza al quebranto.

Seguramente, la novela “Las lanzas coloradas” de Arturo Úslar Pietri haya opacado el resto de su obra, pero tanto “Oficio de difuntos” como “La visita del tiempo” son grandes obras que merecen la atención de todo buen lector.

Partiendo de su conocimiento y su trato, desde la infancia, del personaje real, Juan Vicente Gómez —en la narración: Aparicio Peláez—, y de su corte en Maracay, Arturo Úslar Pietri nos relata en "Oficio de difuntos" una biografía «novelada» de aquel patriarca, que gobernó durante veinticinco años largos Venezuela tan a su antojo, que marcaría indeleblemente su porvenir.