“Siempre me dio miedo escribir sobre la depresión y lo que me sucedió. Fue un amigo el que me convenció para que escribiese sobre mi enfermedad. Nunca me había planteado escribir sobre esto”, reconoce el escritor británico autor de los best sellers “Los Radley” y “Los Humanos”. Sin embargo, una vez empezó a escribir el libro, el proceso de elaboración fue muy rápido. “Pensé que iba a ser más difícil escribir sobre la depresión pero tardé poco más de dos meses en hacerlo, en parte, porque tenía todo el libro en la cabeza y resultó ser un alivio escribirlo. Necesité muy poco tiempo de documentación ya que escribí sobre mis recuerdos y mis sentimientos”, explica.
La mayoría de las personas depresivas tienen el origen de su enfermedad en la ansiedad. “En mi caso fue así. Yo tenía miedo por todo, no veía salida por ningún lado”, expone durante la charla que mantuvimos en un salón de un conocido hotel madrileño. Las personas que sufren depresión son muy propensas al suicidio y en mayor medida los hombres que las mujeres. En concreto son cuatro veces más. “A los hombres les cuesta mucho más verbalizar sus problemas. El estigma de la masculinidad hace que les cuesten muchos más reconocer su enfermedad e ir al médico. Es una cuestión de emociones. Los hombres canalizan las emociones de modo diferente a las mujeres, lo hacen con el alcohol u otras adicciones, mientras que las mujeres piden ayuda mucho más fácilmente”, especifica este autor que ha escrito un libro muy novedoso sobre la depresión.
“Quizá quede un poco pretencioso decir esto pero quería escribir un libro distinto, dirigido a dos tipos de lectores: el que no ha pasado por esta enfermedad y el que sí la ha pasado. Para ello, intenté que la lectura del libro fuese fácil y que no intimidara, como lo hacen los libros académicos. Por eso, el poner tantas listas, dejar espacios en blanco para que el texto respirara. En fin, hacer un libro con un mensaje, también para mí mismo”, reflexiona Matt Haig durante nuestra conversación.
La solución de la depresión no pasa, para él, por los medicamentos. “Según mi experiencia personal ayuda más el amor o el tiempo, que todo lo cura. Pero hay personas que sí les ayuda”, dice convencido. Su familia tuvo un papel muy importante en su sanación. “Tienes que convencerte que existe el futuro, que hay una salida al final del túnel, para ello la familia es imprescindible que te comprenda y ayude”, señala.
“La depresión te miente sobre el futuro. Realmente, sí hay razones para seguir viviendo y el sentimiento de culpa no ayuda en la curación”, especifica el autor británico. Escribir el libro, reconoce, le sirvió de terapia. “Es muy importante hablar o escribir. Mi mujer me aconsejó que expresase todos mis sentimientos a través de la escritura, así lo hice y me ayudó mucho a superar la enfermedad”, comenta. También le ayudó mucho la lectura. Cuando regresó a casa de sus padres después de su periplo por Ibiza, se reencontró con su biblioteca juvenil y comenzó a releer los libros que le habían influido en su juventud. “Cómo sufría agorafobia, no me quedó más remedio que repasar todos esos libros”, comenta con una sonrisa en los labios.
“Los libros te dan otros pensamientos y los personajes de los libros te confortan porque los ves cambiar en muy poco tiempo”, menciona. Tanta lectura le hizo olvidar su día a día. En "Razones para seguir viviendo" menciona todos esos libros que le influyeron, pero destaca sobremanera el de Graham Greene “El poder y la gloria”. “El sacerdote católico en su viaje por México, me recuerda mucho a mi vida en Ibiza. El catolicismo genera un gran sentimiento de culpa, al igual que la depresión”, recalca con grandes movimientos de sus manos.
En el libro hay otras listas muy curiosas, como la de personajes célebres que han sufrido depresiones; escritores, artistas de Hollywood, políticos, etc. Algunos de ellos, la depresión les llevó al suicidio. En este momento de la conversación surgen los nombres de Ernest Hemingway, Silvia Plath, de la que hace poco publicamos una crítica de unos de sus libros y Virginia Woolf.
Pese a vivir en España y haber estudiado literatura europea en la Universidad no cita a ningún escritor español. “Mi español es terrible pero siempre me han interesado los poemas de Federico García Lorca. Es mi gran asignatura pendiente”, concluye.
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