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Carolina Espinoza, Francisco Aguilera y Joaquín Leguina
Carolina Espinoza, Francisco Aguilera y Joaquín Leguina (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Se presenta el libro “La Moneda, 11 de septiembre”, 46 años después del golpe de estado

Por Javier Velasco Oliaga
lunes 16 de septiembre de 2019, 11:24h

El escritor chileno Francisco Aguilera presentó el pasado 11 de septiembre su libro “La Moneda, 11 de septiembre”. El día escogido no pudo ser más certero porque en ese día se cumplían los 46 años del aniversario del golpe de Estado que protagonizó el comandante en jefe del Ejército chileno Augusto Pinochet y que derrocó al presidente constitucional Salvador Allende.

Francisco Aguilera
Francisco Aguilera (Foto: Javier Velasco Oliaga)

En la presentación, Francisco Aguilera, venido expresamente desde Paris, ciudad en la que reside, estuvo acompañado por el ex presidente de la Comunidad de Madrid y político socialista, además de excelente novelista, Joaquín Leguina y de la periodista radiofónica chilena Carolina Espinoza. El libro acaba ser publicado por la editorial Drácena.

El primero en tomar la palabra fue Joaquín Leguina que hizo una crónica interesantísima del día del golpe. El político socialista estuvo presente durante la jornada del mismo, ya que trabajaba como funcionario de Naciones Unidas en Santiago de Chile en cuestiones demográficas. Además, su amigo y compañero de filas Juan Garcés era asesor personal de Salvador Allende, por lo que su vida corrió peligro. De hecho, fue una de las personas que citaron por la radio a que se presentase en las dependencias militares. Afortunadamente, Leguina le instó a que no lo hiciese y le ayudó a deshacerse de la mucha documentación que escondía en su domicilio.

“Nos salvamos por los pelos, nos llegaron a parar los militares cuando ibamos en el coche después de haber recogido toda la documentación en el domicilio de Garcés, pero como dijimos que éramos funcionarios de la ONU nos dejaron pasar. Menos mal que no miraron ni en la guantera, donde llevaba una pistola Smith & Wesson, ni en el maletero donde iba un arcón con toda la documentación de Garcés”, recuerda Leguina en la presentación. Al final, pudieron ser repatriados por el embajador franquista que les llegó a decir: “estos militares chilenos son más burros que los nuestros”.

En palabras de Joaquín Leguina, “el último discurso de Allende fue una clara despedida, ya sabía lo que se le venía encima. Al final, Allende murió como quería morir”, en su opinión fue más un suicidio que un asesinato porque las posibilidades que tenía los ciudadanos contra el ejército eran nulas.

Están siendo los nietos los que están reconstruyendo el relato del golpe

Tanto la presentadora Carolina Espinoza como el autor Francisco Aguilera nacieron después del golpe, aunque “crecimos en la cultura del miedo”, afirma Carolina y añade “después de más de cuarenta años del golpe militar hay una explosión de relatos sobre la memorias del mismo. Están siendo los nietos los que están reconstruyendo el relato, ya que lo hijos no se atrevieron”. El libro es un relato de cuatro personas que ven el golpe de manera diferente. Lo único que echa en falta la periodista es que no hay ninguna voz femenina en el libro.

Allende murió como quería morir

Francisco Aguilera señaló que su libro está entre la novela y la crónica ficcionada. Su condición de historiador no le ha condicionado para hacer una narración sobre su propia idea del 11 de septiembre. “Mis padres nunca hablaban de ello, no fue hasta que encontré un libro clandestino en la biblioteca de mi casa cuando me puse a estudiar los hechos que sucedieron en La Moneda. He procurado ser fiel a los acontecimientos ocurridos, aunque me baso en cuatro testimonios, que como todos los testimonios no se pueden probar”, cuenta el escritor que emigró a Paris por amor.

Para el autor de "La Moneda, 11 de septiembre", “Chile era una excepción republicana en la Latinoamérica del siglo XIX, no era como los otros países del entorno”. En su opinión, “mi libro es un relato de la derrota del gobierno legítimo. Allende quería romper el marco de la constitución desde el propio marco de la misma, de manera democrática. Los militares nunca estuvieron dispuestos a permitirlo y, también, dentro del mismo partico socialista había sus problemas. Carlos Altamirano, dirigente del mismo, no ayudó lo necesario a Allende, todo lo contrario que el partido comunista que siempre estuvo en sintonía con el presidente”, concluye Francisco Aguilera la presentación del libro.

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