Sandra Aza ha compartido con nosotros detalles sobre su proceso creativo y la evolución de su obra. Nos ha explicado cómo surgió la idea de una segunda parte de su primera novela, Libelo de sangre. “Cuando empecé a escribir el primer libro, no tenía ninguna intención de que tuviera una segunda parte, pero la obra tomó vida propia y me dejé llevar por la historia. En total han sido casi 2000 páginas que no se podían meter en un solo libro”', nos cuenta la escritora en la cafetería de un conocido hotel de la Castellana. “He tenido que hacer mucho trabajo de documentación. He utilizado mapas de la época. En especial el de Texeira que es de 1656, pero como la historia comienza años antes, no se ajustaba a lo que buscaba totalmente. La muralla de Madrid desapareció en 1625, pero como el libro comienza en 1621 tuve que utilizar también de Mancelli, que es de 1623”, comenta Sandra Aza con pasión histórica. La autora también menciona cómo los personajes principales regresan en esta nueva entrega. “Los personajes son los mismos, menos los que mueren”, apunta. Para Aza, volver a ver a personajes como Alonso y algún otro, resulta fundamental para mantener el interés del lector. “Cuando lees una novela y te gusta, a los personajes los llegas a echar de menos. Yo me involucro mucho con los personajes. En esta ocasión, también con Juan. Me gusta seguir su evolución”, puntualiza. A “Estirpe de sangre” la podemos encuadrar dentro de la novela histórica, pero también es una obra coral, con tantos personajes, hay que estar muy atento para no mezclarlos. Sandra nos cuenta su pequeño secreto para sacar adelante a tantos protagonistas. “Utilizo un Excel donde pongo las biografías y sus características personales. Hago un seguimiento de todos los personajes. Esta herramienta me permite evitar contradicciones y mantener una coherencia narrativa”, nos descubre. “La justicia del siglo XVII era bastante injusta”El protagonista, Alonso, quiere vengarse de las personas que han conducido a sus padres a la hoguera. Una venganza basada en la Justicia, por eso quiere estudiar Derecho. Según explica la autora, “la justicia del siglo XVII era bastante injusta. Era fácil cometer crímenes y muy difícil resolverlos. Hoy día es más fácil resolverlos, gracia a pruebas como las huellas dactilares o el ADN”. “Era mucho más fácil delinquir y que no te pillasen”, subraya Aza. También ha destacado cómo los pobres eran frecuentemente los blancos de la injusticia, mientras que muchos delitos eran cometidos por aristócratas sin consecuencias significativas. De ahí, que la venganza tenga un papel preponderante en esta novela histórica, Pero ha querido dejar claro que lo que busca su personaje principal es hacer justicia. “Alonso quiere vengarse, pero quiere vengarse con la justicia en la mano”, señala. La autora distingue entre dos tipos de venganza: una criminal y otra justa. “Alonso busca restaurar el honor de su familia”, añade Aza. Este deseo por recuperar su dignidad perdida refleja un conflicto interno profundo entre venganza y justicia dentro del contexto social del siglo XVII. “Los pobres siempre eran un blanco fácil. La vida en ese siglo no valía tanto como hoy en día. No había derechos y los que había, estaban en mano de las clases privilegiadas y la aristocracia”, desgrana.
A lo largo de la novela, Sandra Aza también aborda la doble moral presente en la sociedad aristocrática del siglo XVII. Ella describe a personajes como Don Gonzalo, quien representa esta hipocresía al ser justo en público mientras lleva una vida clandestina llena de excesos. “Los ricos se podían permitir una doble moral”, comenta Aza, enfatizando cómo esta desigualdad permitía a los privilegiados actuar sin consecuencias mientras los pobres sufrían las repercusiones. En su opinión y a pesar del contexto restrictivo para las mujeres en el siglo XVII, Sandra Aza destaca el ingenio y capacidad para adaptarse. Las protagonistas femeninas como Sor Casilda, Mencía, e Isabel, muestran fuerza y determinación frente a las limitaciones impuestas por la sociedad. “Cuando tienes poca libertad echas a volar tu imaginación”, puntualiza Aza sobre las estrategias utilizadas por sus personajes femeninos para navegar por sus vidas. Este enfoque resalta no solo sus luchas sino también sus aspiraciones por amor y libertad. A lo largo de toda su obra, Aza explora emociones universales como la culpa, el amor y la amistad. “Son esos sentimientos lo que nos hacen humanos”, concluye la escritora madrileña con convicción. Lo que realmente busca la autora es conectar con sus lectores a través de estas experiencias emocionales profundas. “Espero que mi novela active emociones y anude el estómago del lector”, finaliza Aza sobre su intención al escribir Estirpe de sangre. Puedes comprar el libro en:
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