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“En plena noche”, de Mikel Santiago

Por Javier Velasco Oliaga
lunes 26 de julio de 2021, 18:00h
En plena noche
En plena noche

En plena noche” es el último thriller del autor vasco Mikel Santiago. Un domestic noir sobre la investigación de la desaparición de una joven en el municipio ficticio de Illumbe, población de la costa vasca que guarda más misterios y secretos que el resto de las localidades de la zona. Una novela trepidante donde se entrecruzan varias tramas que harán las delicias de los lectores amantes de la intriga.

Cuando nos enfrentamos a una novela de Mikel Santiago ya sabemos a lo estamos expuestos. Conocemos sus recursos, pero lo que no conocemos es cómo los va a utilizar. Es sorprendente la facilidad que tiene el autor vasco para mostrar diferentes tramas y que no sean repetitivas en su literatura. Lo que sí le gusta tratar son temas como el mundo del rock, del que proviene, y su tierra, de ahí que se sacase del magín la población de Illumbe, un crisol de pueblos costeros vascos.

Su estilo claramente cae hacia el thriller, pero con un fuerte componente psicológico. No le gusta la peripecia por la peripecia, le gusta utilizar la reflexión personal, el diálogo interior para pensar sobre acontecimientos de la vida a la que algunos se han enfrentado. Está claro que no todos hemos sido estrellas del rock o asesinos. No lo hemos sido, pero podríamos haberlo sido. A lo mejor, aún estamos a tiempo.

En esta ocasión, ha utilizado varias analepsis para que conozcamos la vida del protagonista y sus motivaciones para tomas ciertas decisiones. La novela está escrita en dos espacios temporales diferentes que están separados cerca de veinte años. Mikel Santiago sabe cómo se debe avanzar en ambos tiempos y la trama se encamina hacia la resolución del misterio casi al mismo paso, llegando a su conclusión prácticamente a la vez. Todo un logro el haber mantenido esa tensión en ambas cronologías.

Para mantener esa atención del lector, el autor utiliza los recursos habituales de los guiones cinematográficos. Sus capítulos son cortos y acaban numerosas veces en suspenso. Lo que conocemos como cliffhangers, que utiliza con acierto. Si a Hitchcock le gustaba utilizar Macguffin en sus películas, a Santiago le encanta utilizarlos también. Tenemos un caso palmario en “En plena noche”, una antigua fan nos llega a despistar y la ponemos en la nómina de sospechosas sin que tenga ninguna importancia en la resolución de la trama. Es una nota de color que hace que el lector despiste su atención en lo realmente importante. Algo similar sucede con el propietario de una barca, dueño de un almacén donde se guardan embarcaciones en invierno.

Mikel Santiago va utilizando durante toda su novela a diversos sospechosos, hasta el punto de llegar a pensar que en Illumbe todos son sospechosos y, realmente, muchos son algo más que sospechosos. Una ley del silencio parece sobrevolar toda la novela, donde los policías, sean municipales o autonómicos, tienen más sombras que luces. Algo que ocurre con cierta asiduidad en la vida normal.

El autor reflexiona sobre el paso del tiempo, la amistad y el éxito de las estrellas de rock, entre otras cuestiones. No es el típico thriller donde prima el misterio sino que a la misma trama añade la reflexión en primera persona de la voz del narrador. Diego tiene una gran espina clavada en su corazón y sabe que no podrá avanzar hasta que se la saque, de ahí que acuda a la llamada de un amigo que cree que tiene nueva información sobre el crimen ocurrido hace casi veinte años. Llega un momento en el protagonista llega a creerse el mismo como sospechoso. Aquí la memoria le juega una mala pasada.

Sabe el autor reflejar a la perfección el mundo de las bandas de rock y de las salas de conciertos. Para los amantes de este tipo de música, hace diferentes guiños y la banda sonora de la novela es ciertamente buena. A mí, me ha recordado varios grupos que no escuchaba desde hace años y que he vuelto a oir gracias a su playlist que se puede conseguir en el libro.

Para concluir, señalar que la noche es un elemento fundamental de la novela. Muchos acontecimientos ocurrne en esas horas brujas y termino recordando que el asesino siempre es alguien muy cercano a la víctima. No vamos a decir quién es el culpable, pero señalar que es cercano al protagonista, quizá algo forzado en su resolución y que queda un poco rocambolesco, pero la magia de la literatura está ahí, precisamente, que lo improbable sea al final creíble. Santiago lo consigue.

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