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César Cervera Moreno
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César Cervera Moreno (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Entrevista a César Cervera Moreno: "La línea que separa la locura de la genialidad es difícil de distinguir"

Autor de "Los Reyes Católicos y sus locuras"
Por Javier Velasco Oliaga
miércoles 12 de abril de 2023, 13:12h

César Cervera Moreno se ha especializado en mostrarnos las locuras de las diversas dinastías de la monarquía española. Ahora publica "Los Reyes Católicos y sus locuras" que contra lo que pueda suponerse fueron muchas. El autor, nacido en la villa de Candeleda en Ávila, a los pies de la sierra de Gredos; hace un exhaustivo repaso del comportamiento de sus majestades católicas, y lo hace con mucho humor, pero también con rigurosidad.

César Cervera Moreno
César Cervera Moreno (Foto: Javier Velasco Oliaga)

César Cervera es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo ABC. Se ha especializado en la divulgación histórica de temas militares, curiosidades de la monarquía hispánica y otros aspectos de la Antigüedad. Se pueden seguir sus artículos en el diario ABC y en sus obras monográficas que ha publicado en la Esfera de los Libros, donde es uno de los autores más leídos y seguidos.

Primero fueros Los Austrias, luego Los Borbones y ahora los Reyes Católicos. ¿De verdad nuestros reyes son unos especialistas en cometer locuras?

La línea que separa la locura de la genialidad es difícil de distinguir. Pasa en las mejores casas, no es exclusivo de los reyes españoles. El poder fomenta la extravagancia y, al que está a punto de volverse loco, ya es que le remata. Lo que sí hay que destacar es que la monarquía es un sistema que fomenta los comportamientos estrambóticos por su propia definición. Los reyes tienen que reinar quieran o no, estén preparados para ello o no, sean niños, ancianos o dementes. La monarquía lleva al extremo a las familias y mezcla lo privado y lo público en un torbellino autodestructivo.

¿Qué dinastía fue la que mayores locuras cometió?

Cuando hablo de las locuras de los Reyes Católicos, a excepción de la madre y la hija de Isabel La Católica, no estoy hablando de locuras patológicas. Y cuando lo hago de los Austrias, como mucho hablo de personalidades obsesivas llevadas al límite. Pero cuando hablo de los Borbones, de personajes como Felipe V o Fernando VI, ahí sí hay locuras de manicomio. Así que diré que los Borbones.

Muchos de nuestros reyes tuvieron comportamientos, pero de los Reyes Católicos siempre tuvimos la idea de que fueron reyes más serios. ¿Estamos equivocados?

Sí, los Reyes Católicos fueron monarcas extraordinarios y muy obsesionados con proyectar una imagen seria, ejemplar y sin tacha. Sus cronistas, a los que subió un 60% el sueldo en sus primeras cortes, y toda la propaganda real que iba a su alrededor procuraron que quedara en nuestra retina esa imagen, pero siempre hay grietas en los textos que permiten entrever contradicciones, hipocresías y momentos estridentes. Sabemos, por ejemplo, que durante la guerra contra Juana La Beltraneja Isabel recibió en cierta ocasión, a la altura de Tordesilla, al ejército en retirada de su marido con tanta cólera que con sus propias manos mató a los primeros caballos para mostrar su ira. Isabel tenía un punto flamenco bastante poco explorado.

A la dinastía de los Trastámaras perteneció Isabel de Castilla. Fue una dinastía polémica, comenzó con un fratricidio y el final fue más o menos igual. Durante sus reinados, ¿hubo demasiadas guerras intestinas que impidieron la conquista de la península a los musulmanes?

Sí, la forma en la que ganaron la guerra los Trastámara a Pedro El Cruel provocó que sus primeros reyes estuvieran más ocupados en pagar las deudas pendientes y hacer frente a viejos enemigos, como Inglaterra o Portugal, que en acometer el último episodio de la guerra contra los musulmanes de la Península. Finalmente fue, sin embargo, solo un pasito para atrás para dar luego uno gigante hacia delante.

Enrique IV, hermanastro de Isabel I, tuvo fama de impotente pese a tener una supuesta hija conocida como La Beltraneja. Cuentan que fue una fecundación in vitro. ¿Es verdad que fue impotente el monarca? ¿Fue realmente Juana de Portugal fecundada con esa técnica tan moderna?

Isabel se mostró implacable con su sobrina y ahijada, pero hay pocas formas de demostrar que Juana no fuera hija de Enrique. Y viceversa. Sus restos se perdieron en el famoso terremoto de Lisboa, así que el misterio quedará abierto para siempre. Cierto que ya en su época se habló de una precaria fecundación in vitro para solventar los problemas reproductivos de Enrique, que son indudables. Resulta difícil llegar a una conclusión entre tanta propaganda y confusión. También se desgañitaron sus enemigos en hablar de la posible homosexualidad de Enrique IV, pero de lo único que tenemos pruebas es de que tuvo varias amantes femeninas.

En esos años, el infante Alfonso que estuvo a punto de vencer a su hermanastro Enrique IV murió en extrañas circunstancia. ¿Tuvo algo que ver el rey?

Cuando fallece Alfonso supuestamente de la peste, hay que reconocer que su causa se estaba deshilachando desde hace meses. Alfonso era un personaje incómodo incluso para los que le habían elevado para que desafiara a Enrique IV. Cada vez tenían una voz más propia y más alejada de personajes como Villena o Carrillo. Eso reducía mucho su esperanza de vida. Castilla necesitaba una pausa entre tantas luchas internas y no a un personaje que no podía ni quería dar marcha atrás en su guerra familiar. Casi es más probable que le hicieran desaparecer sus amigos que sus enemigos.

"Enrique IV buscó insistentemente la manera de bloquear políticamente a Isabel con un matrimonio lejos de España"

A Isabel I la intentó su hermanastro casar en diversas ocasiones. ¿Cómo se libro la futura reina de tanto casamiento frustrado?

Pues lo consiguió rezando. Sonaron muchos nombres. Enrique buscó insistentemente la manera de bloquearla políticamente con un matrimonio lejos de España. El intento que más cerca estuvo de materializarse fue con Pedro de Girón, el hermano de Villena, lo cual suponía una humillación para la Casa Trastámara, pero pocos días antes del matrimonio los ruegos, rezos y ayunos de Isabel se materializaron, o eso debió creer ella, en una muerte repentina del noble a causa de una postema en la garganta. Una muerte muy violenta y parecida a la que luego sufriría el propio Villena, que empezó a escupir sangre y murió en poco tiempo. Dentro de las muertes sorprendentes, la de Girón gana a todas.

¿El Tratado de los toros de Guisando formó parte de la estrategia de Isabel I para llegar a ser reina?

Los historiadores no se ponen de acuerdo en si existió realmente ese tratado como tal o simplemente fue un invento de la propaganda isabelina para escenificar que Enrique IV había vuelto a faltar a su palabra. Desde luego lo que hubo fue un compromiso entre hermanos para acabar con el conflicto fratricida en los términos en los que Alfonso y Enrique habían estado batallando. Isabel se comprometía a buscar el pacto y no el conflicto para suceder a su hermanastro. Ella quería reinar, pero bajo sus reglas.

Isabel I se casó con Fernando gracias a la intervención de Alfonso Carrillo

Fernando e Isabel eran primos y menores de edad cuando se casaron y sin el consentimiento de Enrique IV. ¿Ya entonces se vio que la futura reina era una buena estratega y muy maniobrera?

Estamos hablando de un desafío muy grave hacia Enrique IV. Empezando porque en Castilla las mujeres no podían casarse sin el permiso de sus padres o de sus hermanos mayores, siguiendo porque ese hermanastro en cuestión era el rey y terminando porque el marido no era otro que el hijo de un odioso infante de Aragón, que tantos dolores de cabeza habían dado a los monarcas castellanos. Dicho lo cual resulta dudoso que Isabel tomara parte en las negociaciones o elección de su propio matrimonio. La propuesta aragonesa salió adelante gracias a Alfonso Carrillo.

¿Saltaron chispas entre las majestades católicas desde que se conocieron?

Sin duda. Seguramente que ninguno de los dos había sido consultado sobre el matrimonio, pero una vez puesto en marcha se metieron hasta el fondo en el romántico papel que tenían asignado. Uno como el valiente caballero que se jugó la vida disfrazado de criado para entrar en Castilla y ella como la damisela en apuros que espera en la torre a su amante liberador. Era lo que había leído en los libros de caballería de su infancia hecho carne. Y sí, saltaron las chispas en lo que debía ser un matrimonio meramente político y terminó siendo mucho más.

Para llegar al trono Isabel de Castilla tuvieron que darse muchas casualidades. ¿Se puede afirmar que era una persona con mucha suerte?

Eso o que sus enemigos tuvieron muy mala. Personajes como Villena, Girón, el infante Alfonso, el Príncipe de Viana o el propio Enrique IV tuvieron que morir prematuramente y en circunstancias extrañas, en la mayoría de casos, para que Fernando e Isabel, que no habían nacido para reinar, llegarán a sus respectivos tronos. Suerte, astucia, oportunidad...

¿Qué papel jugaron el cardenal Alonso de Carrillo y el marqués de Villena en la entronización de Isabel de Castilla?

Con Villena era imposible pactar nada en pos de fortalecer la corona. Le interesaba el caos y lucrarse de él. Incluso en su testamento Isabel insistió en que su familia nunca recupera las tierras y el poder que habían perdido. Carrillo era otra cosa diferente. Quería poder y ser él quien llevara la batuta, pero también creía en que el futuro pasaba por la unión hispánica de Aragón y Castilla. Tenía un proyecto más allá de su ombligo. Villena, no.

¿Podríamos afirmar que Villena fue el prototipo de traidor?

Villena fue el depredador más evolucionado en una Castilla que, en los reinados de Juan II y Enrique IV, se había convertido en un lugar anárquico donde una docena de familias se repartían el poder y hacían lo que les daba la gana con sus ejércitos privados. Nadie fue tan hábil en esta situación de caos e intrigas constantes como Juan Pacheco.

¿Qué relaciones familiares mantuvieron los reinos de Castilla y León con Aragón?

Tanto en Aragón como en Castilla reinaban los Trastámara desde principios del siglo XV, pero las relaciones entre ambas ramas eran malas. Ambos reyes no dejaban de inmiscuirse en los asuntos del otro. En el caso concreto de Juan II de Aragón, se la tenía jurada a Enrique IV de Castilla por meterse en sus asuntos en Navarra y luego Cataluña. Casar a su hijo con Isabel fue su particular venganza.

Isabel tenía un ligero acento portugués por influencia de su madre y sus damas

Isabel de Castilla fue educada alejada de su hermanastro el rey. ¿Qué educación tuvo? ¿Tenía acento portugués al hablar? ¿Aprendió latín? ¿Era buena lectora?

Realmente es un misterio casi todo lo que sabemos de la infancia de Isabel en Arévalo. Se han escrito muchas exageraciones, pero parece poco probable que recibiera una educación con muchas florituras hasta que viajó a Segovia. Un humanista italiano felicitó a Isabel por hablar tan bien el castellano, lo que hace intuir que no debía ser su lengua natal, esto es, que tenía un ligero acento portugués por influencia de su madre y sus damas. La infancia de Isabel es un gran misterio.

¿Qué papel jugó Beatriz Galindo en la educación de Isabel? ¿Quién aprendió antes latín Isabel o Fernando?

Una de las cualidades que engrandecen a Isabel es que nunca dejó de aprender y de solventar sus carencias educativas. Una de estas era que no sabía latín, una lengua necesaria para los rezos y la diplomacia, por lo que contrató a una profesora particular, Beatriz Galindo, dama de su corte. No está claro que llegara a dominar esta lengua, pero lo intentó.

¿Cuéntenos algunas de las excentricidades más significativas de los Reyes Católicos?

Pues hay que recordar que los reyes más católicos de la historia vestían, decoraban sus palacios y comían al estilo musulmán en la intimidad. Que se rodearon de consejeros judíos o conversos. Que llegaron a prohibir las ropas lujosas en sus reinos, pero ellos luego vestían, en ocasiones, con incrustaciones de brillantes. Que se presentaban como muy castos, pero en Europa su corte tenía fama de lo contrario y Fernando, haciendo honor a esa imagen, era un infiel insigne con debilidad por las muy puras damas de su mujer, que cultivaba en la castidad como si tuviera una granja de monjas. Por no hablar de que el perfume predilecto de la reina se obtenía de una especie de saco escrotal de las civetas africanas. O que todas las hijas desarrollaron desordenes alimenticios como consecuencia de una educación muy exigente.

¿Hubo demasiada leyenda negra sobre los Reyes Católicos? El caso más paradigmático puede ser el de la higiene de la reina. ¿Fue verdad?

Sí, muchas de las mentiras de la leyenda negra afectan directamente a los Reyes Católicos. Por ejemplo, en el sentido de que eran unos reyes muy fanáticos que prefirieron la expulsión de los judíos a tener una economía fuerte, lo cual es mentira porque ni la expulsión afectó a la economía ni eran más religiosos que la norma en Europa. Política y religión eran lo mismo entonces. Sobre la famosa camisa que Isabel prometió no cambiarse hasta que se rindiera Granada es un mito completo. Fue una reina especialmente obsesiva con su aseo personal, hasta tal punto que su confesor Talavera le afeó en cierta ocasión el prestar tanta atención a su higiene.

¿Por qué le gusta abordar con humor la figura de los reyes? ¿Ayuda el humor a humanizarlos?

El humor destruye mitos sin caer en la pedantería ni en lo plomizo. El humor humaniza. Coloca a personajes muy serios lejos de las coordenadas habituales que suelen ocupar en el imaginario colectivo. Ver a los reyes en zapatillas de estar por casa da profundidad a personajes de los que sabemos realmente muy poco. Es poner piel y color a estatuas grises.

Para finalizar, los Reyes Católicos cometieron bastantes locuras. ¿Fue la conquista de América la mayor de ellas?

Ellos no llegaron a comprender la envergadura de la conquista de América. Para Isabel, que murió pronto, fue tanto o tan poco como las islas Canarias. Unas islas de ultramar con posibilidades económicas sin determinar... Y, en cualquier caso, fletar tres barquitos no era un gran riesgo para unos reyes que estaban movilizando ejércitos y flotas a una escala gigante en Granada. Esa sí fue una empresa tachada de imposible, de disparatada por gigante. Granada no era una pieza para una dentadura tan mellada como eran los precarios reinos medievales.

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