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Sara García Alonso
Sara García Alonso (Foto: Fernando Apausa )

Entrevista a Sara García Alonso, primera mujer astronauta española

lunes 24 de julio de 2023, 12:11h

Sara García Alonso es la primera española en formar parte de Cuerpo de Astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA). Ha pasado unos días de descanso en La Casa del Altozano, disfrutando del cielo de Gredos en el observatorio Polaris. En esta entrevista nos cuenta sus proyectos y cómo ha sido la carrera hacia el Espacio para esta bióloga molecular, investigadora en Oncología.

Sara García Alonso
Sara García Alonso (Foto: Fernando Apausa )

Tras cientos de entrevistas en los últimos meses quizás ésta llega algo tarde, cuando la curiosidad ha sido ya saciada. Sin embargo, el que haya accedido a concedérmela, teniendo en cuenta la minúscula relevancia de esta publicación, dice algo nuevo sobre ella, si es que alguien no se había dado cuenta aún: que esta joven leonesa es de los grandes, de esos que no necesitan del ego para hincharse porque ya son enormes y, por eso mismo humildes y generosos. Gracias Sara, espero que llegues tan alto como apuntas.

En 1959, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio(NASA) buscó por primera vez candidatos para astronautas y recurrió al ejército para seleccionarlos. Los únicos precedentes eran los de ciencia ficción como Buck Rogers o Flash Gordon. Los requisitos para formar parte de las Misiones Apolo eran: Hombre blanco (se daba por entendido), rondando los 45 años, con título técnico, larga experiencia como piloto de aviones militares, buena forma física y mediana estatura.

En poco más de 60 años el perfil ha cambiado tanto que si alguien de esa época hubiera asistido a la presentación de Sara García Alonso (León, 1989) como Astronauta de reserva, probablemente hubiera creído que era solo ciencia ficción. Una mujer (pelirroja y con tatuajes para más INRI), de solo 33 años, bióloga molecular e investigadora en oncología, y prácticamente sin ninguna experiencia de vuelo.

Pero no es ficción, por suerte es muy real. En el proceso de selección los candidatos eran solo un número del que no se sabía nada, ni el género. Así, por méritos propios “38MP49”, o lo que es lo mismo Sara García Alonso, se convirtió en Noviembre de 2022 en la primera española en formar parte de Cuerpo de Astronautas de la de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Junto a su compañero de Universidad Pablo Álvarez Fernández, también leonés, son los primeros españoles seleccionados por la ESA entre más de 23.000 candidatos de toda Europa, los únicos desde que hace 30 años lo lograra el primero, el madrileño Pedro Duque, también exministro de Ciencia e Innovación.

Aunque Sara es astronauta de reserva, las posibilidades de que viaje al espacio a medio plazo parecen muchas teniendo en cuenta la gran actividad en el actual panorama aeroespacial. De ser así, se sumará a las 75 mujeres que, hasta marzo de 2022, viajaron al espacio siguiendo la estela de la primera, la cosmonauta rusa Valentina Tereshkova, que con solo 26 años voló en la nave Vostok el 16 de Junio de 1963.

Desde que se supo que había sido seleccionada las entrevistas que le han hecho se cuentan por cientos. Fruto de esta recopilación de datos de Sara, casi tan exhaustiva como si hubiera sido observada por un microscopio de su laboratorio, sabemos muuuuchas cosas de ella: que tiene un currículum apabullante para el resto de los terrícolas, que le gustaría ir a Marte, admira a Marie Curie y a la astronauta Samantha Cristoforettí, que fue su tía la que la animó a postular para astronauta y que el 2 es su número. Sabemos que sus películas de ciencia ficción favoritas son Contact e Interestelar, que entrena dos horas diarias, habla varios idiomas, es aficionada al crossfit, al submarinismo y al Krav Magá, que le gusta la literatura y la música, estudia ruso, hace ganchillo… y paro ya porque da vértigo.

Eres astronauta de reserva, ¿cómo se materializa esto a efectos prácticos?

Significa que cuando surja una oportunidad de vuelo o una misión para la que yo sea idónea, empezaré el entrenamiento específico para la misma. Ahora mismo, dado que Europa no tiene capacidad de llevar a cabo vuelos espaciales tripulados, depende de otras agencias espaciales y empresas privadas para llevar a los astronautas europeos tanto a la estación espacial internacional (ISS) como, en un futuro, a la Luna.

La ESA tiene reservados 5 vuelos a la ISS antes de que ésta desaparezca en 2030, de ahí que haya 5 astronautas de carrera que ya han empezado su formación para misiones de larga duración (6 meses). En el caso de los reservistas, por ejemplo, si nuestro gobierno decide ser el patrocinador de un “asiento” en un vuelo espacial a la ISS para llevar a cabo una misión relacionada con investigación biomédica, prueba de nueva tecnología, educación, etc., yo sería la encargada de llevarla a cabo. El primer astronauta de la promoción de 2022 que volará a la ISS es un reservista. El gobierno sueco ha asumido los costes del vuelo con Axiom y la ESA gestionará el entrenamiento.

¿Qué probabilidades tienes ser astronauta de carrera? ¿Tienes la cabeza en la Luna o en algún planeta...?

Creo que bastantes. Cada vez hay más actores que forman parte del ambiente espacial y estoy segura de que las oportunidades de vuelos espaciales se incrementarán. Pienso en las posibilidades más realistas, que son a la ISS o, quizá en un futuro, a la Luna. Creo que no hay más destinos en el horizonte para los astronautas de mi generación. Por soñar, iría a Marte. En cualquier caso, para mí la misión perfecta será la que me asignen.

¿Cómo se llega a astronauta?

Hay muchos caminos que te pueden conducir a ser astronauta y para lograrlo, en primer lugar, tiene que surgir la oportunidad (que es casi lo más difícil). Los requisitos se podrían dividir en 4 categorías:

    1. Requisitos profesionales o de CV: tener formación en carreras STEM (grado y máster) o ser piloto, contar con al menos tres años de experiencia profesional relacionada con la formación, hablar inglés, tener nacionalidad de uno de los estados miembros de la ESA.
    2. Requisitos médicos: medir entre 150 y 190 cm, menos de 50 años y presentar un certificado médico que te capacitaría para ser piloto (los expiden centros especializados). La fase 4 del proceso de selección fueron las pruebas médicas, donde nos hicieron más de 50 test para evaluar esto de forma exhaustiva.
    3. Requisitos intelectuales (hard skills): pasar todas las categorías de las pruebas de inteligencia (eran 4 bloques y unos 10 exámenes diferentes). La fase 2 del proceso de selección evaluó este apartado.
    4. Requisitos psicológicos (soft skills): SIN DUDA, lo que más han evaluado durante el proceso. Aquí incluiría cualidades como mantener la calma bajo presión, ser flexible, capaz de trabajar en equipo, pero con dotes de liderazgo, ser adaptable, capaz de asimilar y procesar gran cantidad de información, etc.

Los perfiles seleccionados son variopintos ¿algo en común?

Hay una serie de rasgos comunes que he percibido en la gente que hemos avanzado en el proceso, especialmente los 17 que hemos sido elegidos: nos gusta la aventura y las nuevas experiencias, somos humildes y poco vanidosos, comprometidos, tranquilos y optimistas.

¿Cómo se te ocurre postular para astronauta?

Postular se me ocurre al informarme en profundidad de en qué consiste el trabajo, qué se espera de un astronauta, qué tipo de tareas realiza en su día a día y qué cualidades tiene que poseer la persona “ideal” para el puesto.

De pequeña iba casi todos los fines de semana y los veranos a Candanedo de Boñar, un pueblecito tan pequeño y apartado que no hay nada de contaminación lumínica. Solía salir con mi padre y mi tío, aficionados a la astronomía, a observar el cielo, y me contagiaron ese entusiasmo. Además, soñaba de forma romántica e ingenua con ser una exploradora y una aventurera (eso incluía el ser astronauta), pero de adulta me percaté de que realmente podría ser el trabajo que siempre había soñado y que podría dárseme bien.

Has dicho que este es tu trabajo ideal ¿por qué?

Toda la vida he pensado que no existe el trabajo ideal para mí, dado que necesito que cada día sea distinto y presente nuevos desafíos para mantener mi interés. Encontré en la investigación algo muy cercano a mi trabajo ideal: implica avanzar en el conocimiento, enfrentarse a nuevos problemas y retos científicos que requieren de toda tu perspicacia y creatividad, trabajar en equipos multidisciplinares y multiculturales, y contribuyes a la sociedad con tus descubrimientos. El trabajo de astronauta engloba todo eso con un añadido maravilloso: la oportunidad extraordinaria de viajar al espacio y la aventura. Es la guinda del pastel. Los seres humanos somos exploradores por naturaleza y el espacio es la última frontera. Yo me considero una aventurera con curiosidad infinita.

¿Cómo son las fases del proceso de selección?

Son 6 fases en total:

Fase 1 (23.000 candidatos): Screening inicial para evaluar cuestiones de CV, carta de motivación y un cuestionario.

Fase 2 (1400), en Hamburgo: Exámenes de matemáticas, física, inglés y numerosos test de inteligencia.

Fase 3 (400), en EAC (Centro Europeo de Astronautas) – Colonia: Dinámicas de equipo, más test psicométricos y evaluaciones psicológicas.

Fase 4 (100), en Toulose y en Colonia: Pruebas médicas (unos 5 días y alrededor de 30 exámenes diferentes).

Fase 5 (50), en EAC – Colonia: Panel de entrevista

Fase 6 (25), en los HQ de la ESA – París: Entrevista final con el Director General.

Con tanta prueba... ¿te sentías como un ratón de tu laboratorio?

La verdad que sí. Es duro sentir que te están “juzgando” todo el rato. Gestionar esa ansiedad ha sido otra prueba en sí misma (quizá la más dura de todas).

¿En qué momento empezaste a creér que llegarías a la final y cómo gestionaste las expectativas...?

Honestamente, manejé muy bien las expectativas desde el inicio (especialmente cuando me enteré del número de candidaturas que optaban al puesto). No soñaba con llegar tan lejos y, menos aún, con llegar a ser parte de la promoción de 2022. Me sorprendió mucho pasar el primer corte y quizá fue el momento de más alegría. A partir de ahí decidí centrarme en disfrutar del proceso y de las nuevas experiencias que iba viviendo y, ni siquiera cuando ya había pasado las 6 fases y estaba esperando la llamada final, me creía que podría conseguirlo. Gestionar la ansiedad es difícil, dado que cuanto más tiempo y sentimiento inviertes en ello, más temes el momento del rechazo. No tienes ningún tipo de control sobre los tiempos, el tipo de pruebas que te van a hacer, si tus respuestas serán las adecuadas… eso ha sido duro, no lo voy a negar. Pero me ha ayudado a aprender, crecer como persona y conocerme mejor a mí misma.

¿Qué fue lo más duro y qué lo más fácil del proceso?

Lo más “difícil” en mi opinión fueron los test de inteligencia; lo más “duro”, lidiar con la incertidumbre absoluta sobre cómo y cuándo iban a ser las pruebas y si habrías estado a la altura de las mismas; lo más “fácil”, las pruebas médicas (solo tenías que tumbarte en una cama de hospital e ir de especialidad en especialidad).

¿Cuándo se lo contaste a tus allegados?

Cuando pasé el primer corte (de 23.000 candidatos nos invitaron a 1.400 a la fase 2), se lo conté a la gente más cercana, que estuvieron siguiendo de cerca los pasos que iba dando. Les contaba anécdotas del proceso, pero sin pensar en que podría conseguirlo. Iba pasando fases y ellos se iban ilusionando. Cuando terminé la última fase, la gente que sabía que estaba en el proceso esperaba que les llamara diciendo si lo había conseguido o no, pero como me pidieron desde la ESA que lo mantuviera en secreto, no avisé a nadie. La gente pensó que seguramente estaba muy triste porque no lo había conseguido, así que no me preguntaron y eso me facilitó las cosas. Se enteraron por los medios de comunicación (salvo mis padres y mi pareja).

¿Cómo fue el momento en el que te comunicaron que estabas entre los seleccionados?

Era el 11 de noviembre de 2022 e iba caminando al trabajo, cuando recibí una llamada telefónica del Director General de la ESA. Se presentó, me dio la noticia, me dijo que no me diría si era astronauta de carrera o de reserva hasta 2 horas antes del anuncio (el 23 de noviembre), me pidió que lo mantuviese en absoluto secreto y me dijo que recibiría instrucciones de su gabinete sobre los siguientes pasos. Después del shock y la alegría, leí un whatsapp de Pablo, diciéndome que le habían llamado. Yo también le di la noticia y acto seguido intenté olvidarme de todo y centrarme en la reunión de laboratorio que tenía a continuación con mis estudiantes de doctorado y Mariano Barbacid. Al salir del trabajo volví a saborear esa sensación de orgullo y felicidad porque el proceso se había acabado y milagrosamente lo había conseguido.

¿Sigue la ciencia siendo mayoritariamente masculina, ¿hay discriminación por género?

La selección de candidatos era ciega, eramos solo un número, sin género. Un 25% de los aspirantes eran mujeres y finalmente de los 17 que lo hemos logrado 8 somos mujeres. Creo que es una clara declaración de que la profesión de astronauta no es una profesión de hombres, al igual que ninguna lo es. Creo que el género no predispone a nada, sino que son un conjunto de características mucho más complejas lo que puede determinar que una determinada profesión, proceso, estudio se te de mejor.

Creo firmemente que se están dando pasos importantes y de calado contra la discriminación por género y que la situación es cada vez mejor. Dicho esto, también considero que esa discriminación sigue existiendo y aún tardaremos en tener un porcentaje de representación en las profesiones (especialmente en los puestos de toma de decisiones) que sea paralelo al porcentaje que representamos en la sociedad.

¿Cómo te ha cambiado la vida en estos meses?

Por un lado, el cambio de vida ha sido mayor de lo que anticipé cuando recibí la noticia. El interés que ha despertado nuestro nombramiento, en términos de entrevistas, proyectos, conferencias, etc. ha sido enorme. Ver que ahora hablan de mí como referente es una responsabilidad muy grande y da un poco de vértigo. Pero, al mismo tiempo, he experimentado de primera mano cómo compartir mi experiencia y lo que yo he aprendido, así como apostar por la divulgación científica, la educación y determinados valores le está sirviendo a mucha gente. Eso me llena de orgullo. Por otro lado, sigo con mi trabajo, mis amigos y mis hobbies, de modo que, al mismo tiempo, es como si nada hubiera cambiado. Ahora tengo dos trabajos.

¿Por qué te quedaste en España a pesar de las dificultades que supone trabajar aquí en Ciencia?

Sinceramente, mi idea era hacer el post-doctorado en Estados Unidos. Quería vivir esa experiencia y además, pasar una temporada en el extranjero, viendo cómo otros grupos trabajan es muy enriquecedor y casi necesario en la carrera de un investigador. En mi caso, aunque no pensaba quedarme en España, decidí no cerrar esa puerta. Siempre he admirado a Mariano Barbacid y al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que es uno de los mejores centros de investigación de cáncer del mundo. Por ello, contacté con él y me ofreció unirme al grupo. Me alegro mucho de haber tomado esa decisión y me siento una privilegiada, pero mi situación no es la habitual de los investigadores en España.

¿Qué puede aportar una biotecnóloga a las misiones espaciales?

Mi formación en biotecnología y en investigación me facilitaría el desempeño en aquellas misiones más relacionadas con el desarrollo de experimentos con animales, células, plantas, así como los relacionados con ciencias biomédicas (en los que los astronautas somos los propios sujetos de pruebas). También me ha permitido adquirir muchas habilidades que pueden resultar muy útiles para un miembro de una misión espacial tripulada, como la capacidad de asimilar gran cantidad de datos y quedarme con lo relevante a nivel operativo, seguir procedimientos de manera escrupulosa, atención al detalle, toma de datos, solución de problemas imprevistos, etc. Todo este tipo de cosas forman parte de mi día a día como investigadora.

¿En qué medida puede contribuir el Espacio al tratamiento del cáncer?

La investigación, en general, y la investigación llevada a cabo en el Espacio, en particular, aporta enormes beneficios a la sociedad, dado que se llevan a cabo multitud de experimentos relacionados con ciencias biomédicas, ciencias físicas, dinámica de fluidos, nuevos materiales, etc. que, además de avanzar en el conocimiento científico, sirven para desarrollar nuevas aplicaciones en todos los sectores de la sociedad (eficiencia energética, automatización, inteligencia artificial, monitorización del cambio climático y un largo etc.). En el caso concreto del cáncer, ya hay varios ejemplos de estudios en microgravedad llevados a cabo en la estación espacial internacional que se están aplicando: nuevas formulaciones de medicamentos que permiten una administración más rápida y cómoda (en lugar de tener que estar durante horas en un hospital), nuevos sistemas de detección de tumores basados en tomografía computerizada, o modelos tridimensionales de organoides que se utilizan para estudiar el comportamiento de los tumores.

¿Sabías que Gredos es la primera y única Reserva Starlight de Castilla y León? ¿Qué opinas?

La sierra de Gredos es un tesoro de enorme belleza que merece la pena visitar, y disfrutar del cielo nocturno libre de contaminación lumínica y poder hacer observación es una experiencia maravillosa. Gredos auna la belleza y atractivo turístico que tiene el Parque Regional con la Astronomía en una sinergia perfecta. Que sea Reserva Starlight, por lo tanto, me parece genial. Ojalá que mucha gente se anime y disfrute de ello, porque merece mucho la pena.

Las fotografías de Sara García Alonso en Gredos son de Fernando Apausa (@fernandoapausa).

Eva Veneros Hernández de la Torre.
Barajas. Navarredonda de Gredos,
Casa del Altozano. Base de Polaris
Casa rural en Gredos

Sara García Alonso
Sara García Alonso (Foto: Fernando Apausa )
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