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"Atapuerca", de Eudald Carbonell y Marta Navazo

Ed. Salvat. 2023
Por José María Manuel García-Osuna Rodríguez
martes 23 de enero de 2024, 17:16h
Atapuerca: Un millón de años de evolución humana
Atapuerca: Un millón de años de evolución humana
Este libro narra, de forma concienzuda y rigurosa, toda la evolución del descubrimiento realizado en la sierra burgalesa de Atapuerca. Los yacimientos arqueopaleontológicos de dicho lugar han sido, y lo siguen siendo, vitales y paradigmáticos, para poder conocer la formación de la humanidad; como fueron avanzando los homínidos y los seres humanos hasta llegar al momento actual. El libro publicado por la notoria editora barcelonesa, de tanto prestigio, nos presenta esta obra para darnos a conocer cómo van avanzando los trabajos de este gran momento prehistórico.

Durante más de cuarenta años el Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) se ha responsabilizado, suficientemente, sobre cómo hemos evolucionado, desde nuestro pasado más remoto, y la forma prístina de interpretar ese pasado, tan dilatado como en un millón de años de la evolución humana, y sobre todo, como poder interpretar ese hecho prehistórico tan amplio. Esta obra pretende que el lector penetré, sin ningún problema de comprensión, en cómo se realizó la investigación, siempre de la mano de los investigadores-prehistoriadores. Se han excavado diferentes yacimientos, datados todos ellos por diversos métodos, en los que se han utilizado isótopos o métodos bioestratigráficos. Con estos métodos se han podido datar las edades de los homínidos y las herramientas que utilizaban, a todo ello se debe añadir el conocimiento del paleoclima y de la paleoecología, ambos estudios durante el dilatado espacio de tiempo de más de un millón de años.

Las especies de homínidos y ya de seres humanos están analizadas en este volumen, desde el Homo erectus, hasta el Homo sapiens, pasando por el Homo antecessor y el Homo neanderthalensis. Además, como es de rigor en todo tipo de investigación que se precie, se han estudiado todos los animales existentes dentro del ecosistema, y en las diferentes épocas estudiadas. Herbívoros como los proboscidios, bóvidos, cérvidos, équidos, omnívoros como el oso, y depredadores como el león de las cavernas, el lobo y tantos otros. Asimismo, se analizan otros animales como los micromamíferos; y se ha analizado y definido como se producían las interacciones entre las diversas especies existentes, dentro de la actividad de la caza, por parte de los homínidos, para poder alimentarse, con la caza de los mismos; pero, también la aparición del componente pastoril y doméstico. El medio natural fue modificado, por lo que es preciso conocer como se han desarrollado las herramientas para modular el hábitat en que todos esos seres vivos habitaban. Otro hecho estudiado es el relativo a como se produjo, y de que forma se han socializado o humanizado esos primigenios homínidos.

«La actual sierra de Atapuerca es un relieve muy marcado que sobresale en el valle del río Arlanzón. El alto de San Vicente constituye la parte más elevada del sistema, con una altura de 1.080 metros sobre el nivel del mar. Se sitúa en el corredor de La Bureba, una zona que conecta la depresión del Ebro con la depresión del Duero. Constituye un auténtico corredor natural por el que ha circulado un fabuloso caudal de agentes biológicos, entre ellos los primates humanos, y ha dejado su huella, que ha llegado hasta nosotros, como veremos más adelante. Gracias a que la Sierra, se karstificó: se formó en su interior una red de cavidades y galerías que se rellenaron de cadáveres y enseres que utilizaron nuestros antecesores y que se acabaron fosilizando. Los yacimientos prehistóricos de la sierra de Atapuerca se localizan a dieciséis kilómetros de Burgos, a mano izquierda de la carretera nacional que se dirige a Logroño. Esta zona pertenece a los municipios de Ibeas de Juarros y Atapuerca».

Como era de esperar se han unido disciplinas como la ciencia y la filosofía. Atapuerca será la ligazón necesaria que se relacionará con el porvenir de la humanidad. Para incrementar el mayor conocimiento sobre Atapuerca, la obra nos ofrece, al final del texto, una lista importante bibliográfica para poder incrementar el conocimiento sobre esta excavación, que hoy nos ocupa. “Propiedades como el lenguaje, el culto a la muerte, la compasión, el canibalismo o el arte han sido probadas en distintos yacimientos de la Sierra, y de esta manera nos han acercado a los orígenes de nuestro comportamiento actual. Hemos podido rescatar referentes fundamentales de nuestros hábitos culturales que nos permiten conocer cómo nuestro incremento de sociabilidad viene de un pasado muy lejano”.

El depósito de huesos por antonomasia es el de la Gran Dolina, e n el que se puede comprender perfectamente el período del Pleistoceno, que abarca entre los 128.000 y los 74.000 años aproximadamente; pertenece a la Era Cuaternaria. Los animales de este momento prehistórico son: Mamut, Mastodonte, Uro, Rinoceronte lanudo, Toxodon, Diprotodon, Macrauchenia y Oso de las cavernas, entre otros. En ese estrato de Atapuerca se trata de un relleno de 18 metros de potencia fértil. Antes de llegar a TD4, en el nivel TD6 ya se encontraron cientos de herramientas de piedra de modo 1, junto con restos de fauna. A continuación, apareció un resto humano, y luego decenas de huesos pertenecientes a unos seis individuos, que se pudieron datar con una antigüedad de unos 800.000 años. Todo ello se descubrió en el año 1994. A continuación, aparecieron un número mínimo de 11 individuos, al que acompañaban un buen número de herramientas líticas y restos de animales bastante numerosos. A todo ello se le definió como los restos de una especie, nata como novedad, y denominada como el Homo antecessor, que significa el que va por delante o el explorador o el pionero.

Mientras se forma TD7 (hace setecientos ochenta mil años), un riachuelo pasaba por la cueva, y en este nivel solo hay restos de fauna. TD8 es también un nivel muy rico en fauna, y parece que durante la apertura de TD 9 hubo desprendimientos que cerraron la cavidad temporalmente. El último de los niveles de la Gran Dolina es TD10, con dos metros y medio de espesor. Se diferencian varias ocupaciones achelenses en las que la cueva funcionaba más como un abrigo y los preneandertales desarrollan diferentes actividades en un mismo espacio a lo largo del tiempo”.

Dentro de los manuales recomendados existe un buen número bibliográfico, que recomiendo, sin ambages. Por consiguiente, estamos ante un libro muy importante, que indica, sin evitar amplios estudios, ¡como debe ser!, sobre mucho de lo que se debe conocer en relación con la Prehistoria del homínido en La Tierra. Este momento prehistórico define como se fue produciendo la evolución, hasta llegar al momento de la Historia, donde ya se conocen el nombre de las civilizaciones; desde los sumerios, hasta los acadios, asirios o babilonios, hititas o egipcios, etc. Pero para que estos existieran, los antecesores prehistóricos evolucionaron de forma necesaria. Muy buen libro. «In occasu saeculi s umus. ET. Errare humanorum est».

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