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"Región leonesa", de Nicolás Bartolomé Pérez (coordinador)

Ediciones El Forastero. 2020
viernes 20 de diciembre de 2024, 17:16h
Región leonesa
Región leonesa
Desde hace varios años, más o menos una cincuentena de años, en el denominado como País Leonés, Reino de León o Región Leonesa se ha ido conformando una concepción identitaria en contra de la conformación actual de una absurda Comunidad Autónoma con Castilla la Vieja. Sobre todo, y mayoritario, en miles de votos y de asociaciones culturales muy prestigiosas, en la provincia leonesa de León, sin olvidar que este hecho se encuentra in crescendo en las otras dos provincias indiscutibles del Reino de León, que son Zamora y Salamanca.

Esfuerzo loable y más que difícil, ya que la Comunidad Autónoma de Castilla y León realiza esfuerzos ímprobos para anular estos deseos, totalmente correctos y legítimos. Elecciones autonómicas y municipales sucesivas, los votos leonesistas o leoneses van aumentando y definiendo identidades en el Reino de León, que, para que no se olvide nunca, figura en el primer cuartel de la izquierda del escudo de las Españas. Aunque ese león rampante del Reino de León define, de forma ineluctable, a todos los territorios que conformaban esa Corona de León, desde gallegos, hasta asturianos, extremeños y leoneses sensu stricto. Para estimular el conocimiento riguroso de esa identidad, se publicó este libro, que tiene una nueva edición, y que subraya su significado explícito como el de: La 18ª Comunidad Autónoma Española; esta obra está escrita por varios e importantes intelectuales leoneses, donde están todos los que son, aunque obviamente somos muchos más.

Del Prólogo de Sabino Ordás: «Hacía mucho tiempo que no me enfrentaba a un libro compuesto de textos que, con tan claro razonamiento, planteasen uno de los problemas candentes en la realidad española de hoy y propusiesen la solución con tanta cordura y sapiencia. ¿Queremos los leoneses, y el resto de los españoles de buena fe, que se convierta en ceniza el espacio humano e histórico que fue uno de nuestros inexcusables pilares, pese a todas las manipulaciones de la memoria? Si no es así, tenemos que apoyar con energía las razonables pretensiones que este libro plantea».

El libro contiene diferentes trabajos, de diversos autores legionenses, con respecto a este problema todavía no resuelto. La presentación la realiza Nicolás Bartolomé Pérez, donde indica, como jurista prestigioso que es como se produjo la introducción de León en el Ente Autonómico de Castilla, estando en contra la mayoría de los alcaldes y concejales provinciales; ya se había anulado el intento de que el Reino de León, conformado desde 1833, decreto provincial de Javier de Burgos, en las provincias de León, Salamanca y Zamora. Los leoneses de las tres provincias se manifestaron en diversas ocasiones y lugares. El 27 de diciembre de 2019, el Ayuntamiento de la Caput Regni, decidió presentar una moción para que se permitiese la existencia de la Región Leonesa. “La profunda decadencia demográfica, económica y social que ha vivido León en las últimas décadas ha agudizado la impresión de agravio de sus gentes, que han visto como la pertenencia forzada a una macrocomunidad diseñada apresuradamente en los vaivenes políticos de la Transición en nada ha beneficiado a este viejo reino”.

El Primer Ensayo analiza la situación socioeconómica de la Región Leonesa dentro de la autonomía de Castilla y León (1983-2019), realizado por el Doctor Carlos Javier Salgado Fuentes, presidente actual de UPL. En este trabajo se deja bien claro lo de positivo que supondría la autonomía leonesa para las tres provincias, por el estilo descentralizador heredado de nuestros antepasados, con ella se otorgaría un mayor impulso al eje económico de la Vía de la Plata, que une el País Leonés con la Extremadura legionense y Huelva, además de las derivaciones hacia Galicia, siempre en el Reino de León, y hacia Portugal, que nació como Territorio Portucalense condal en el Regnum Imperium Legionensis. “De este modo, podemos decir que, en lo económico, al igual que sucede en lo identitario, la no autonomía de la Región Leonesa ha marginado y arrinconado a ésta, poniéndola en desigualdad de condiciones respecto a otras regiones de España, facilitando con ello una deriva mucho peor que la que ha registrado en periodo autonómico el resto de España”.

El Segundo Ensayo realizado por el sociólogo David Díez Llamas nos aproxima al concepto de una autonomía impuesta a los leoneses, y ya aparece uno de los fautuores del hecho, quien fue el leonés de Santa María del Páramo, jefe del SEU, y franquista notorio, Rodolfo Martín Villa, quien decidió, motu proprio, sobre la voluntad de los leoneses, ya que estos serían sometidos a la autoridad de los políticos de cualquier signo y condición, con Felipe González Márquez y Gregorio Peces Barba apoyando al superministro de la UCD, de que León debería unirse con Castilla para crear una entidad fuerte que frenase a vascos, catalanes y gallegos. Desde esos momentos el deseo con Zamora y Salamanca ha crecido obviamente. “Martín Villa impuso su criterio tanto a sus compañeros de partido como también al conjunto de la población leonesa. Es hora de que el marco político se adapte a los deseos de la ciudadanía, que se acaben las imposiciones”.

El Tercer Ensayo es una joya, ya que la realiza el profesor Rogelio Blanco Martínez, donde indica como se negaron los derechos de los leoneses, a pesar de su generosidad. El doctor Blanco fue el factotum esencial para que la Unesco considerase a las Cortes del Reino de León de 1188, como la Cuna del Parlamentarismo, y una autoridad en el rey Alfonso IX “el Legislador o el de las Cortes”. Realiza una aproximación paradigmática a la Historia legionense, desde la existencia del pueblo ástur en las riberas del río Ástura/Esla. Su acercamiento a lo que representaba el Locus Apellationis es eximio. “El oficialismo minimiza o universaliza, impone cánones desde otras regiones, oculta o amenaza. La razón numérica distrae los datos, se evitan las preguntas y se acumulan las respuestas vacías y con frecuencia provenientes de otros lugares. Este no es el camino”.

En el Cuarto Ensayo, Ignacio Redondo Martínez nos acerca a la crisis territorial leonesa, y en función de ello cuales son las perspectivas de futuro. Será la oligarquía agraria castellana de la Tierra de Campos, en el Medioevo perteneciente al Reino de León, la que presione para estar en el centro territorial de la entidad autonómica. “Creo, en conclusión, que existen razones más que suficientes para justificar la apertura de un debate democrático, respetuoso e integrador sobre el territorio y sobre la medida en que dicho debate va a condicionar el futuro para León más allá del fatalismo habitual, pues cuestionar el territorio es ensanchar los márgenes de lo posible”.

El Quinto Ensayo corresponde a uno de los buenos historiadores medievalistas leoneses, que lo es el profesor Ricardo Chao Prieto, donde analiza la entidad regional histórica de León. Realiza un estupendo estudio sobre todo lo que representó León, desde su nacencia como solar de la Legión VII. Su análisis medieval es indubitable, explicitando lo que representaron todas las estructuras nacidas en el Reino de León, desde las foralidades, infantazgos, Cortes de 1188 y posteriores, y las Hermandades concejiles leonesas. Sí es verdad que no se puede aceptar la existencia nominativa de la Corona de Castilla, y menos como Unión de Reinos. Los monarcas se definen como Reyes de Castilla y de León, desde 1230. También refiere la existencia del Liber Iudiciorum. En las Cortes, León representaba a Asturias y a Ponferrada; Zamora a Galicia, y Salamanca a Extremadura. También realiza un inteligente acercamiento a la Orden legionense de Santiago.

El león rampante figura en la heráldica municipal de muchos lugares que pertenecieron a la corona leonesa, ya que en la Edad Media fue frecuente que los concejos adoptaran este símbolo en una de las caras de sus sellos. Así podemos encontrarlo todavía en la actualidad en ciudades, pueblos y villas de Galicia, Asturias, León, Zamora, Salamanca, Extremadura e incluso en Andalucía. Y, por supuesto, en multitud de poblaciones de la América española”. El Sexto Ensayo corresponde a otro historiador leonés, Alberto Flecha Pérez. Sobre el regionalismo invisible. Refiere como la caída del Muro de Berlín, propugnó el final de los rígidos bloques nacidos con la Guerra Fría. Hace cien años, la región se refería al territorio local más propincuo. Con la llegada de la Transición política española, el pueblo de León se moviliza en sentido regionalista, en dos fórmulas: el uniprovincial y el regional con León, Zamora y Salamanca.

Su excentricidad actual se debe exclusivamente a un relato del actual Estado de las Autonomías y a su reparto de legitimidades. La exclusión de León de este reparto es la que ha abierto una quiebra inédita que, por el momento, no ha hecho más que asomar”. El Séptimo Ensayo es del profesor José Luis Prieto Arroyo, en donde se estudian las razones de Estado sobre el hecho leonés. Solo citaré de este trabajo, estupendamente esclarecedor, lo que Martín Villa indicó el 29 de marzo de 1980, que define la amoralidad del personaje: ‘Con el corazón en la mano hubiésemos preferido votar por León solo, pero han primado las razones de Estado’. Es aceptable que hay que poner fin a un despropósito llamado Castilla y León. Está claro que la resistencia leonesa ha motivado que la Cuestión leonesa no sea de un rango inferior a la catalana, y requiere de un tratamiento bien diferenciado. En suma, aquí, está una obra esencial para que los españoles conozcan la identidad leonesa, y los deseos de recuperar sus derechos. ¡Magnífica! «Glaudius Domini super terram cito et velociter».

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