Dicen los expertos que era muy corto y el protocolo exige 10 centímetros por debajo de la rodilla. Como el que llevaba Letizia, luto riguroso y mantilla de encaje (esa sí que sabe). Pero yo creo que son ganas de hacer daño ¿Cómo no se va a quedar sin luz el país entero? De la mala baba que anda suelta, tío. Alégrate, que pudo ser mucho peor. Menos mal que la gente responde con entusiasmo y fair play. Fair play quiere decir “me da igual lo que pase mientras me pueda tomar una birra con los coleguis”. Jijí, jajá, qué vecino tan majo tengo y no lo conocía. Con el apagón, nos hemos quedado dos horas colgados en el ascensor y oye, tan a gustito.
Qué satisfacción saber que también de esto hemos salido fortalecidos. Gracias a la tralla que nos da el Gobierno, estamos curtidos y curados de espantos, asombros, hechos insólitos y perplejidades. Pero todo es por nuestro bien. Lo que no mata, engorda. Un par de zambombazos más de Red Eléctrica y en España no necesitamos reamarnos militarmente. Que se rearmen los nórdicos que son unos tiquismiquis puristas y aburridos, incapaces de improvisar y ver el lado guay de las cosas. Nosotros a lo nuestro (ya sabes, a dejarnos dar por saco).
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