Espías en el mundo ha habido millones, pero para Jorge Díaz el espía por antonomasia es el barón Ino von Rolland, nacido en Tesalónica como Isaac Ezratty. Judío, de los muchos sefardíes que se establecieron en tierras griegas después de ser expulsados por los Reyes Católicos de nuestro país; las circunstancias convirtieron, a ese judío de baja estatura (150 centímetros), en un nazi irredento y cruel. Sin embargo, no le pudieron hacer ni ario ni atleta pese a su amistad con Wilhelm Canaris. El barón von Rolland fue un personaje histórico que vivió en España en dos épocas diferentes: la Gran Guerra y años después de la Segunda Guerra Mundial. En esos periodos, siempre estuvo al servicio de Alemania. También vivió en Argentina durante la década de los años cuarenta, después de pasar un par de periodos en los campos de concentración de Buchenwald y Auschwitz, de donde pudo salir gracias a la mediación del almirante Canaris. Jorge Díaz reconoce que su obra tiene la influencia de Eduardo Mendoza y su libro “La verdad sobre el caso Savolta”, los movimientos anarquistas de la Barcelona del primer tercio del siglo XX han estado presente en su literatura en su novela “La justicia de los errantes”, ahora también, pero en menor medida. “El espía” es un thriller histórico con un ritmo trepidante que va dando saltos por diferentes momentos históricos. Desde 1917 hasta 1952. Aunque escrito en tercera persona, la novela tiene distintos puntos de vista y tramas que se van cruzando hasta que desembocan en una sola. También se incluyen unas cartas en primera persona del cabo Bermejo. La novela sigue al barón en su periplo entre las diferentes guerras mundiales, tanto en España como en América. La novela incluye unos supuestos interrogatorios secretos que realizaron al Barón en el Camp 020, los militares ingleses una vez terminada la Segunda Guerra Mundial y nos van anticipando hacia donde irá la trama. La otra trama principal cuenta la investigación que el cabo Javier Bermejo realiza con la ayuda de Eusebio Marcos, un represaliado por el franquismo, sobre la muerte violenta del Barón en Mojácar a manos o dientes de unos perros. Sospechosos hay muchos, pero son unos jóvenes los que están en el punto de mira del guardia civil. No vamos a desvelar las motivaciones que tienen esos chavales ni tampoco las que tiene un médico y cacique del pueblo, el doctor Arévalo, y su hija Isabel, personaje que irá adquiriendo cada vez más importancia. Con los pocos medios que tiene el cabo novato, que se enfrenta en solitario a su primer caso importante, va realizando una investigación rigurosa y con muchas aristas. Resultando que el Barón tiene más enemigos de los que pueda parecer en un principio, al que muchos le tenían más que respeto, miedo. Muchos tenían alguna razón para querer ver muerto a ese nazi seductor de mujeres. Algo insólito si pensamos en un nazi de metro y medio al que no había mujer que no cayese prendada por su porte y mirada. Los integrantes de Carmen Mola han decidido hacer un receso en su carrera para escribir novelas individualmente. Hasta el momento se han presentado dos y ambas tienen como eje central la Segunda Guerra Mundial, esperemos que Mercero no haga lo mismo. El estilo de Díaz tiene mucho de Mola, con pinceladas muy gore y tramas donde el factor histórico y enigmático prevalecen sobre una trama policial muy sólida. Ni que decir tiene que la novela interesa y se lee con facilidad y fascinación creciente. Damos otra vez la bienvenida a las historias que Jorge Díaz tiene en su magín particular y que estamos seguros que, como “El espía”, no van a defraudar.
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