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Gordas, lisiadas y mamarrachas
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Gordas, lisiadas y mamarrachas

GORDAS, LISIADAS Y MAMARRACHAS

Lo que hay que ver
sábado 26 de julio de 2025, 07:27h

Quiero mirar con la sencillez de un niño, con la inocencia de un preso político, con la transparencia de El Principito, porque “lo esencial es invisible a los ojos”.

Gordas, lisiadas y mamarrachas
Gordas, lisiadas y mamarrachas

Es decir, vemos, casi constantemente, prejuicios, atardeceres falsos, combates e insinuaciones a la condición física y psíquica del ser humano. El que es gordo, porque está mal visto y se le ve mucho, la que es flaca porque hay que mirar dos veces, los que son inteligentes porque los vemos por encima de nosotros, el que es disfuncional porque la creencia es que no funcionan, la que es alta y delgada, morena saladá, así con tilde, porque así se escuchaba la canción y porque es como su madre, y la que habla porque no calla, y el que no dice nada porque lo sabe todo… pero, resulta que nadie es perfecto y nos permitimos el lujo de ir por ahí catalogando a la gente.

Por Gordas, lisiadas y mamarrachas, por ejemplo, que es lo que nos vienen a contar aquí estas dos actrices y creadoras, iba a decir, mozas, y ya lo he dicho, mejor dicho, ya lo he escrito, por inevitable, Anna Marchessi y Coria Castillo o Coria Castillo y Anna Marchessi.

Inevitable es, por tanto, que nos hagan ver, por si no lo sabíamos, lo que hay que ver, la cantidad de encorsetamientos que padecemos y también cómo, nosotros mismos, etiquetamos a otras personas. Por gordas, por lisiadas, por altas, por bajas, por flacas, por feas, por calvas, por extranjeras, por listas, por sexo, religión y origen, por naturaleza propia, por oficio y por beneficio, por distintas, por perros verdes.

Coria y Anna, Anna y Coria, desde el humor, desde el reírse de sí mismas y, al mismo tiempo, de todos nosotros, espectadores sumisos y entregados, pero ¡cuánta razón tienen!, y por mucho que nos digan, seguiremos siempre con los mismos prejuicios creyendo que la normalidad está en nosotros y la paja en el ojo ajeno para no ver la viga en el propio ojo, o algo así.

En definitiva, que todos somos mamarrachas, mientras no aprendamos a decir mesa, que a lo mejor se dice meeeeesa, o messssssa, vaya usted a saber.

Hay contiendas constantes, que si el lenguaje inclusivo, que si la forma de vestir, que si las ideas políticas, que si las preferencias sexuales, que si el poder económico, que si la contemplación de los quehaceres, o el trabajo duro, que si nos confunden, que si has respirado de más, que si cuídese usted que me va a pegar sus miasmas, sus bacterias y sus tonterías que las tiene usted, grosso modo, en abundancia.

Gordas, lisiadas y mamarrachas es un cúmulo de acidez, ironía, crítica, observación cotidiana, costumbres, confusiones, piedad, lástimas, arrojo, reivindicaciones, libertad para decir lo que quieran, lo que sienten, lo que ocurre, lo que somos nosotros, nosotras, nosotres, y la madre que las parió.

La realidad no existe, la ficción tampoco, se distorsiona la realidad y la ficción supera a la realidad y, al final, vemos cada con nuestros ojos, sentimos con nuestros sentimientos, perogrulladas que no lo son tanto, porque algunos se dejan llevar por lo que dicen, comentan, aparentan, cuestionan, ensalzan, critican… los otros. Pero ¿quiénes son los otros? Nosotros/as/es.

FICHA ARTÍSTICA

GORDAS, LISIADAS Y MAMARRACHAS

Creación e interpretación: Anna Marchessi y Coria Castillo

Audiovisuales de escena: La Dalia Negra

Voces en off: Alberto San Juan y Luis Larrodera

Una producción de Teatro del Barrio

Espacio: Teatro del Barrio

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