¿Es cierto que Walt Disney fue el verdadero creador de Mickey Mouse? ¿Te has enterado de la teoría que sugiere un origen andaluz para el famoso personaje? ¿Sabías que hipotecó su hogar para financiar la construcción de Disneyland? ¿O que alteró su fecha de nacimiento para poder enlistarse en el ejército? Durante la realización de Blancanieves y los siete enanitos, casi se enfrentó a la quiebra. Tras su fallecimiento, la compañía estuvo al borde del cierre. Además, se intentó adaptar el Quijote en cuatro ocasiones diferentes. Aunque todos reconocemos al pato Donald, Cenicienta, Pinocho y el icónico castillo que aparece al inicio de cada película de Walt Disney Pictures, poco sabemos realmente sobre el hombre detrás de ese universo mágico. El libro *Eso no estaba en mi libro de historia de Disney* nos invita a explorar el lado menos conocido —y más sorprendente— de Walt Disney y su célebre estudio de animación, que se convertiría en la fábrica de los sueños. Más allá del relato oficial, lo verdaderamente fascinante radica en lo que nunca nos contaron. Este libro presenta una recopilación de las curiosidades más sorprendentes, anécdotas desconocidas y momentos clave que definieron la vida del conocido como Mago de Burbank, abarcando desde sus inicios como dibujante hasta la fundación de un imperio audiovisual sin igual. A través de sus páginas, se pueden descubrir los sueños, fracasos, obsesiones y genialidades de un individuo que cambió para siempre el cine y la cultura popular. Además, el autor investiga la conexión del animador con España y se adentra en los entresijos de su estudio para desvelar el origen de los clásicos animados, los secretos que guardan sus personajes y cómo factores como la tecnología, la política e incluso la Segunda Guerra Mundial impactaron en su desarrollo. Con un estilo dinámico, entretenido y repleto de datos sorprendentes, esta obra no solo cautivará a los seguidores de Disney, sino también a los aficionados al cine y a la historia. ¿Es Jorge Fonte la persona que más sabe sobre Walt Disney? Uff, por supuesto que no. Ni muchísimo menos. No, no, solo soy un apasionado del universo Disney que quiere compartir esa pasión. Después de 5 libros dedicados al pionero de la industria de la animación estadounidense más famoso de la historia, ¿qué le sigue interesando de él? ¿No se ha cansado del personaje? Walt Disney, sin duda, fue un personaje muy particular, un emprendedor, un creativo, un hombre con mil sueños y el firme propósito de llevarlos a cabo. Déjame decirte: una de las cosas que más me gustan de él es la capacidad que tuvo para saberse rodear de artistas que, en sus distintos campos, fueran mejores que él, y reunirlos para que trabajaran todos juntos bajo el paraguas de la Disney. Él, personalmente, nunca fue un gran animador, ni pintor de fondos, ni músico o compositor de canciones; no era ingeniero, ni director de cine… Pero reunió en torno suyo a los mejores en sus respetivas áreas de trabajo para alcanzar logros que por separado nunca hubieran logrado. Ese, quizás sea su gran éxito. Ahí es donde radicó su magia. La documentación que maneja, y que ha manejado anteriormente, es muy amplia. ¿Le quedan aún fuentes por explorar? ¿Anécdotas que contar? Y bueno, todavía no he escrito un libro sobre los parques de atracciones, ni sobre los largometrajes de acción real, ni sobre los programas de televisión…, así que sí, todavía queda mucho que contar. Que lo haga yo, eso ya es otra cuestión. ¿Por qué ahora una nueva obra, que recorre la historia del famoso Estudio Disney, incluyendo en qué se ha convertido este tras la muerte de este gran creador de sueños? Quizás precisamente por eso. Entendía que hacía falta un libro que se adentrara en toda la historia del Estudio Disney, desde el nacimiento de su creador hasta la actualidad, haciendo un recorrido riguroso por estos cien años de historia. Además, creía muy interesante contar la propia historia de la oficina Disney en España, pues se trata de algo muy desconocido para el público en general. Antes de la Guerra Civil Española, es decir, desde principios de los años 30, ya existía un representante de Disney en España encargado de la comercialización de las licencias de explotación de los personajes Disney. ¿Cree usted que estaría satisfecho con el trabajo que están realizando, o que sentiría que no tiene nada que ver con su legado? Uff, buena pregunta. Y difícil de contestar. Creo que Disney estaría contento con muchas de las cosas que el Estudio ha realizado a lo largo de los años (la expansión de los parques de atracciones, la creación de grandes películas como The Little Mermaid o Beauty and the Beast), pero, al mismo tiempo, no creo que hubiera dado su aprobación al diseño de algunos personajes (como Jazmín, Esmeralda o Pocahontas), ni luz verde a algunas películas como The Black Cauldron, The Fox and the Hound o Treasure Planet. La absorción de compañías rivales (como The Jim Henson Company, la ABC, Lucasfilm Ltd., Pixar Animation Studios o la major 20th Century Fox), tampoco creo que hubieran estado entre sus prioridades. ¿El autor hace un guiño a la editorial que publica su libro deteniéndose en todo lo que tiene que ver con España o trata de consolarnos al saber que no era compatriota? Bueno, realmente, como español, me parecía interesante adentrarme un poco en las referencias hispanas que aparecen en la filmografía Disney. Digamos que fue una cuestión meramente patriótica (risas). Hace más de 40 años se dijo que Disney había nacido en Mojácar. ¿Con qué objetivo se pudo difundir un bulo semejante que ha contado con varias versiones distintas? Todo surge en 1940, cuando la revista cinematográfica Primer Plano publicó un artículo (portada incluida) afirmando que Walt Disney, realmente, no era norteamericano, sino que había nacido en un pequeño pueblo andaluz llamado Mojácar. Hay que ponerse en situación: España acababa de salir de una cruenta guerra civil y el franquismo necesitaba, desesperadamente, buscar referentes patrióticos que dieran prestigio a todo lo español. En 1940, tras el estreno de Blancanieves y los siete enanitos, decir que Disney era español suponía ponerlo al mismo nivel que Cervantes o Velázquez. O, lo que es lo mismo, seguir vendiendo España como tierra de grandes artistas. Y, sin duda, en aquellos años, Walt Disney era uno de los más grandes y admirado en todo el mundo.
¿Llegó Disney a ser tan rico como su personaje el Tío Rico McPato, el más acaudalado de Patolandia, y tan pobre como Cenicienta? otro de sus personajes emblemáticos. Ni una cosa ni la otra, y las dos al mismo tiempo (risas). Te explico: la filosofía de Walt Disney era reinvertir todo lo ganado en su próximo proyecto, de forma que la siguiente película siempre fuera mejor que la anterior. Por lo que, para desesperación de su hermano Roy (que era quien llevaba las finanzas del Estudio), la Disney estuvo al borde de la quiebre muchas veces a lo largo de su historia. Realmente, la bonanza económica solo llegó con los parques de atracciones Disneyland y The Walt Disney World. Antes no, antes Disney tuvo que pedir muchos prestamos a los bancos (para producir Blancanieves o construir Disneyland se endeudó hasta las cejas) y pasar por verdaderos apuros económicos. Así que sí, ahora el Estudio Disney es tan rico (o más) que McPato, pero, durante muchos años también fue tan pobre como Cenicienta. ¿Qué sueños se quedaron sin cumplir y cuál fue el mayor fracaso que ocultó siempre? Muchos, claramente, muchos. Disney no paraba de tener ideas para proyectos futuros. Probablemente, el más importante de todos fue The Walt Disney World en Florida. Se hubiese sentido muy orgulloso del Centro EPCOT y del gran parque que es. Y estoy seguro que también le hubiera encantado poder ver como terminó la última película de animación en la que participó personalmente: The Jungle Book. ¿Fracasos? Bueno, hubo algunos, claro. Películas que no llegaron a funcionar tan bien como él hubiera deseado, como Pollyanna o el film de animación The Sword in the Stone. Jorge Fonte es especialista en Walt Disney y Woody Allen. ¿Por qué y cómo surge la pasión por estos grandes creadores? Pues la verdad es que no lo sé muy bien, ya que, realmente, son dos cineastas muy distintos entre sí. Supongo que tendrá que ver con la dualidad del ser humano, y que me atraen los genios (quizás porque me veo tan lejos de ellos que los tomo como modelos a imitar). Mi pasión por el cine viene desde muy joven, pero, sin duda, fue mi paso por la Universidad de La Laguna (en Tenerife) y mi trabajo en el Aula de Cine, lo que marcó mi carrera como ensayista cinematográfico. Aquellos años me motivaron a dedicarme a investigar, estudiar y escribir sobre los cineastas que más admiraba. No solo sobre Walt Disney y Woody Allen, sino también sobre muchos otros tan dispares y distintos como Oliver Stone, Steven Spielberg, John Lasseter, Robert Zemeckis, Russ Meyer, Ridley Scott o Rob Reiner. Si alguien le encuentra lógica o algún tipo de conexión entre todo este grupo, que me lo diga (y así me ahora sesiones en el psicólogo). Risas. Puedes comprar el libro en:
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