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Francisco Sosa Wagner
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Entrevista a Francisco Sosa Wagner, autor de “Memorias europeas”

"A todos los partidos políticos se les puede reprochar falta de democracia”

Por Javier Velasco Oliaga
jueves 14 de mayo de 2015, 07:13h

Francisco Sosa Wagner ha sido un político realmente original y único. Dejó su cátedra de Derecho Administrativo para sumarse a las fuerzas de la política vasca Rosa Díez. Su experiencia ha sido realmente frustrante, aunque su trabajo ha dejado huella en el Parlamento Europeo. Su experiencia europea la ha plasmado en sus “Memorias europeas”, que ahora acaba de publicar la editorial Funambulista.

  • Javier Velasco Oliaga y Francisco Sosa Wagner

Francisco Sosa Wagner (Fotos: Alfredo Merino)
Francisco Sosa Wagner (Fotos: Alfredo Merino)

Con su sempiterna pajarita, algo muy común entre los políticos del desaparecido partido de Tierno Galván, ha paseado por Europa su bonhomía y sus conocimientos académicos. Su visión, más avanzada que la del partido al que ha representado en estos últimos años, queda reflejada en su dietario con subtítulo Mi traición a UPyD. En la mejor tradición de políticos intelectuales, su libro es una delicia de leer por su agilidad, ironía y criticismo. En la entrevista nos desvela las claves de su libro.

¿Qué ha pretendido al escribir sus “Memorias europeas”?
Dejar el testimonio de quien ha seguido con ojo crítico el funcionamiento del Parlamento europeo y además se ha complacido en contemplar la vida cultural en el centro de Europa. Y disfrutarla en la medida en que es posible.

¿Por qué ha escogido el formato de dietario para escribirlo?
Me ha parecido el más cómodo. Cada sábado, cuando volvía a España, anotaba todo lo que había vivido en la semana.

Los políticos españoles no están muy acostumbrados a escribir sus memorias. ¿A qué cree que es debido?
Hay en efecto una falta de costumbre en España y no solo entre los políticos. Echo de menos este tipo de libros firmados por altos funcionarios, diplomáticos, magistrados etc. Lamentable porque soy un consumidor de este tipo de literatura. Lo mismo ocurre con las “cartas”, aunque ahora ya será imposible con los correos electrónicos, que se limitan a formular mensajes y muy raramente a contener verdaderas epístolas.

El formato que ha escogido nos recuerda a las memorias de Manuel Azaña por su minuciosidad y su ironía. ¿Le gustaría que le recordasen por este paralelismo?
Me encantaría. He leído un par de veces las Memorias de Azaña aunque mis notas son probablemente peores pero más extensas. Este tipo de documentos son muy expresivos: por lo que se hace y se cuenta, por lo que no se hace..., por las pinturas de los personajes que el autor trata, por las situaciones cómicas que se viven... Indispensables para un historiador.

Todos los intelectuales que han entrado en política han salido escaldados. ¿Está reñida la intelectualidad con la política?
El mismo Azaña murió en el empeño y Negrín, que era catedrático de Medicina, tampoco salió bien parado, por citar dos personajes de la República. Lo mismo podemos decir de Ortega, de Marañón, etc. Pero es curioso que los intelectuales han hecho casi todos sus intentos de acercarse a la política. El intelectual debe hacer política si es su gusto aunque de la política de partido debe huir. Sobre todo en la España actual donde los partidos se asemejan a veces a las partidas.

Cuando fue a buscarle Rosa Díez, ¿qué le dijo para que decidiese dar el paso de volver a la política?
Pasé un verano entero valorando con mi mujer la oferta de Rosa Díez. Al final pensamos que, para un profesor de derecho público, estar en el Parlamento Europeo es como para un médico aprovechar la estancia en un hospital gigantesco con cientos de camas y quirófanos abiertos día y noche.

¿No supuso que le iba a pasar lo mismo que a los militantes del PSP de Tierno Galván que se integraron en el PSOE?
A los militantes del PSP que se integraron en el PSOE (mi caso) les fue muy bien. Los que llegaron más lejos fueron Fernando Morán y Pepe Bono.

¿No intuyó cuando se produjeron hace seis años las primeras expulsiones, Gerardo Hernández Les o Javier Carroquino, lo que era el partido magenta?
No, no lo intuí.

Lo suyo fue llegar y besar el santo. ¿Qué cree que aportó su desembarco en Europa?
La visión de un jurista con cierta experiencia y una fuerte vocación europeísta. Vocación cultivada y muy pensada.

¿Hemos adolecido de una voz unitaria en Europa?
Ese es un problema que solo se solucionará reforzando la integración política.

¿Qué destacaría de su labor en el parlamento europeo?
Mi participación en asuntos como las interconexiones energéticas, el mercado de derechos de emisión y el hecho de poner sobre la mesa, por medio de preguntas parlamentarias, centenares de asuntos que afectaban a millones de europeos. También haber reflexionado en varios libros (con Mercedes Fuertes) sobre Europa, las bancarrotas, las fórmulas federales...

¿Es racional la forma de trabajar en el parlamento europeo? ¿Qué cambiaría?
El Parlamento Europeo tiene grandes luces, pero también sombras. De entre estas últimas diría que es necesario que los diputados se concentren más en la tarea legislativa propiamente dicha y en los grandes debates políticos.

¿Es partidario de las primarias en los partidos? ¿No están realmente dirigidas por el aparato de los mismos?
Las primarias son un trampantojo. A todos los partidos políticos se les puede reprochar “falta de democracia”. ¿No se deberá a que son estructuras organizativas en las que es difícil que aniden las prácticas democráticas? Se trata de un debate de largo alcance que abordo escuetamente en mi libro.

¿Le ha supuesto una decepción el comportamiento de los líderes de UPyD?
Sí y muy grande. Nunca pude pensar que la propuesta de tender un puente con la formación de Albert Rivera desencadenara una campaña contra mí de insultos y descalificaciones.

¿Esperaba la reacción de los gorriaranes, cuando propuso un acercamiento con Ciudadanos?
No, en absoluto.

¿Sigue siendo España un país quevedesco?
Yo creo que España está ahora necesitada de un narrador como el Valle-Inclán del ciclo isabelino. Y por supuesto de un humorista como Jardiel.

En el libro termina alentando a que Ciudadanos tenga cuidado con los fichajes que provienen a última hora de UPyD. ¿Esos personajes miran más por ellos mismos o por el bien común?
A veces, digo yo, que mirarán por el bien común... No se puede descartar.

Me imagino que ya no querrá volver más a pisar las arenas movedizas de la política. ¿Me equivoco?
El pueblo español puede dormir tranquilo. Nunca más le representaré.

Para terminar, una guinda en aguardiente. Por favor, escriba el epitafio de UPyD.
En latín: Ad maiorem Rosae gloriam.


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