29/01/2025@11:11:00
Era lunes, todos los perros aullaban, los gansos graznaban y la luna se escondía por detrás de tu mirada. Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca alejandrina, de anagrama, o de coliseo pasional. Imaginé también un mundo donde no existiera el mito religioso que nos prometiera morir nunca, porque después de la muerte, nuestra alma sempiterna ascendería a, precisamente, un paraíso. Y me hace pensar sobre dicho mito ¿De verdad nos hace felices? ¿O solo nos hace ilusorios? ¿Es la muerte la causa principal de nuestras desgracias, o más bien nuestras desgracias nace de nuestros intentos de negar la muerte?